Absceso perianal: qué es, causas y cómo curar

El absceso perianal, anal o anorrectal, es la formación de una cavidad llena de pus en la piel de la región alrededor del ano, que puede provocar síntomas como: dolor al defecar o sentarse, la aparición de un bulto doloroso en la región anal, sangrado o eliminación de secreción amarillenta.

Generalmente, el absceso anorrectal resulta del bloqueo de las glándulas que existen en la región del ano, seguido por el desarrollo de bacterias. Sin embargo, algunas enfermedades como el cáncer y la enfermedad inflamatoria intestinal, especialmente la enfermedad de Crohn, también pueden estar involucradas, facilitando su formación.

En caso de sospecha de absceso perianal, se recomienda acudir a urgencias para una evaluación. La principal forma de tratamiento es mediante el drenaje del absceso realizado por cirugía, que debe ser efectuada por un coloproctólogo

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Cuáles son las causas

En la mayoría de los casos, el absceso perianal o anorrectal es provocado por una infección bacteriana debido a el bloqueo de las glándulas que producen el moco de la región anal.

Sin embargo, existen algunas condiciones que aumentan el riesgo de la formación de un absceso perianal, como:

  • Enfermedad inflamatoria intestinal, como enfermedad de Crohn o colitis ulcerativa;

  • Hidrosadenitis supurativa;

  • Infecciones del recto;

  • Heridas en la región anal;

  • Cáncer anorrectal;

  • Inmunidad comprometida;

  • Secuelas de tratamientos con radioterapia.

Generalmente, estas condiciones provocan inflamaciones en el tejido del recto y ano, facilitando la acumulación de bacterias y formación de pus, además de causar dolor al evacuar en al algunos casos. 

Principales síntomas

Los principales síntomas del absceso perianal o anorrectal son:

  • Dolor en la región del ano o cerca de esta, especialmente al evacuar o sentarse;
  • Bulto en la región anal;
  • Enrojecimiento, hinchazón y/o calor en el lugar;
  • Aumento de la sensibilidad en la zona;
  • Fiebre;
  • Sangrado y secreción de pus.

El dolor causado por el absceso perianal normalmente es constante alrededor del ano y, en algunos casos, puede empeorar cuando la persona se sienta o evacúa. Además, en algunos casos, estos síntomas pueden ser similares a los de una proctitis. Entienda mejor qué es la proctitis y cuáles son sus síntomas.

Cómo se realiza el diagnóstico

El diagnóstico de absceso perianal generalmente es realizado por el proctólogo o gastroenterólogo, tomando en cuenta los síntomas presentados y las alteraciones observadas durante el examen de la región del ano, que a veces se realiza mediante una anoscopia.

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Sin embargo, en algunos casos, también pueden ser necesarios exámenes de imagen como la ecografía o la resonancia magnética para evaluar más detalladamente la región afectada y confirmar el diagnóstico.

Cómo curar

El tratamiento del absceso perianal puede involucrar:

1. Drenaje mediante cirugía

La principal forma de tratamiento para el absceso perianal es el drenaje del pus, que debe realizarse lo antes posible para reducir el riesgo de una infección más grave. Normalmente, lo realiza un médico general bajo anestesia local y sin necesidad de hospitalización.

Sin embargo, en casos más complicados de absceso anorrectal, el médico puede indicar la hospitalización para que el drenaje sea realizado en un quirófano por un cirujano general o un coloproctólogo.

Después del drenaje, el médico puede recomendar reposo, el uso de analgésicos y baños de asiento con agua tibia debido a su efecto antiinflamatorio. Es importante que la recuperación sea supervisada por un médico para asegurar una mejora completa del absceso.

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2. Uso de antibióticos 

El uso de antibióticos siempre debe ser orientado por un médico, y generalmente se indica además del drenaje cuando el absceso perianal es grande, presenta una extensa área de enrojecimiento o si existe riesgo de infección generalizada, como en casos de diabetes o inmunidad comprometida.

3. Tratamiento de alteraciones asociadas

A veces, puede haber una fístula relacionada con el absceso perianal. Esta fístula es un canal que puede surgir después de la salida del pus o debido a otras enfermedades, y puede dificultar la mejora de la infección.

En estos casos, el tratamiento del absceso anorrectal también debe incluir el tratamiento de la fístula, que puede realizarse mediante cirugía o a través de la colocación de un material en el interior de la fístula para estimular su cierre. 

Qué hacer si el absceso perianal no mejora

Si el absceso perianal no mejora, se recomienda consultar a un médico, ya que después del drenaje puede haber una falla en la cicatrización y la formación de una fístula, lo que puede ser responsable de la persistencia o el retorno de síntomas como hinchazón perianal y secreción.

Además, en algunos casos, el absceso puede regresar, lo cual es más frecuente durante el primer año después del tratamiento inicial.

Posibles complicaciones

En algunos casos, el absceso perianal puede dar lugar a una fístula anal, cuyo trayecto puede ir desde el ano hasta la vagina, útero, vías urinarias u otras partes del intestino, por ejemplo.

Otras complicaciones que el absceso anal puede provocar son el compromiso del esfínter anal, causando incontinencia fecal, o una infección necrotizante, que ocurre cuando las bacterias afectan tejidos vecinos como la piel, músculos y grasa.

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Además, si el tratamiento no se realiza correctamente, es posible que las bacterias alcancen el torrente sanguíneo y provoquen una infección generalizada, que incluso podría llevar a la muerte.