El ejercicio en la etapa infantil es importante y se recomienda su realización debido a que ayuda a conservar la salud del niño, previniendo enfermedades, como la obesidad; además de que favorece el desarrollo de las capacidades intelectuales, motrices y sociales, promoviendo una buena calidad de vida.
La práctica de ejercicio en la infancia proporciona varios beneficios para el desarrollo del niño, debiendo siempre ser estimulado desde edades tempranas, de preferencia en grupo, ya que esto lo motiva a continuar con la actividad y genera un hábito que es reforzado por sus compañeros de grupo.
En caso de que el niño tenga problemas respiratorios, enfermedades cardíacas o un peso inadecuado, se recomienda consultar al pediatra para que realice una evaluación clínica y determine si es necesario algún cuidado especial al momento de realizar ejercicio.
Los principales beneficios de la actividad física en la infancia son:
1. Huesos más fuertes
Los mejores ejercicios para practicar en la infancia son los que producen algún impacto, como corrida o fútbol, porque así hay un mejor desarrollo óseo en poco tiempo, lo que reduce el riesgo de osteoporosis en la vida adulta y puede verse reflejado incluso años más tarde en la menopausia.
2. Niños más altos
La actividad física favorece al crecimiento infantil porque cuando los músculos son contraídos, los huesos responden creciendo y fortaleciéndose; por esta razón, los niños activos tienden a desarrollarse mejor y a ser más altos, en comparación con aquellos que no hacen ningún tipo de ejercicio físico.
No obstante, la altura del niño es influenciada por la genética, por esta causa, no siempre los niños más bajos o más altos son así porque practicaron o no actividad física, a pesar de que el ejercicio tenga influencia.
Vea cuál puede ser la altura estimada de su hijo cuando sea adulto.
3. Disminución del riesgo de sedentarismo en la vida adulta
El niño que aprende a practicar ejercicios desde temprano, ya sea haciendo clases de natación, ballet o entrenamientos de fútbol, tiene menos probabilidades de volverse un adulto sedentario, mejorando así su calidad de vida, pues esto disminuye el riesgo de problemas cardíacos y de eventos como infartos o ACV.
4. Mejora la autoestima
Los niños que realizan más ejercicios tienen una mayor autoestima, son más felices, tienen más confianza y también les gusta más compartir sus conquistas y sentimientos, lo que también puede verse reflejado en su vida adulta, tornándolos adultos más saludables. La facilidad con que ellas demuestran lo que sienten durante las clases también ayuda a los padres y profesores a comprender sus frustraciones, facilitando así el trato diario.
5. Mantenimiento del peso adecuado
Practicar ejercicios desde la infancia ayuda a mantener el peso ideal, siendo útil para quienes están dentro del peso y también para aquellos que necesitan adelgazar un poco, puesto que el gasto calórico de los ejercicios contribuye a la quema de grasa que también puede estar acumulada dentro de sus pequeños vasos sanguíneos.
6. Previene enfermedades cardiovasculares en la adultez
A pesar de que las enfermedades cardiovasculares no son características de la infancia, la realización de ejercicio habitual en esta etapa ayuda a prevenir este tipo de enfermedades en la edad adulta, disminuyendo los factores de riesgo como presión elevada, incremento de los niveles de insulina y exceso de grasa .
Conozca si su hijo está dentro del peso más indicado para su edad, colocando sus datos en la siguiente calculadora:
Cuáles son los mejores ejercicios en la infancia
Toda actividad física es bienvenida, por esta razón, los padres y los niños pueden escoger juntos cuál actividad practicar, tomando en consideración el tipo físico y las características del niño, pues no todos tienen la misma aptitud para todo. Algunas buenas opciones son:
- Natación: mejora la respiración y el acondicionamiento cardiovascular, pero como no tiene impacto en los huesos, la natación no aumenta la densidad ósea;
- Ballet: ideal para mejorar la postura y aumentar la flexibilidad de los músculos y las articulaciones, favoreciendo un cuerpo esbelto y alargado;
- Corrida: fortalece más los huesos en comparación con la natación;
- Gimnasia artística: tiene mucho impacto, por lo que fortalece los huesos;
- Judo y Karate: enseña a respetar las reglas y a controlar bien los movimientos y, además, como tiene buen impacto, es excelente para fortalecer los huesos y estimular el crecimiento;
- Jiu-jitsu: debido al contacto físico, la proximidad con los otros y la necesidad de mirar a los ojos del compañero durante los entrenamientos, el niño gana autoconfianza y pierde timidez;
- Baloncesto: el rebote del balón ayuda a fortalecer los huesos de los brazos;
- Fútbol: como incluye mucha corrida, es un excelente ejercicio para fortalecer los huesos de las piernas.
En relación a la musculación, es importante consultar al pediatra antes de iniciar la práctica de este tipo de actividades, pudiendo recomendarse que se acuda al gimnasio no más de 3 veces a la semana y que la carga sea baja, dando preferencia a una mayor cantidad de repeticiones. De esta forma, los padres que les gusta y practican la musculación no tienen que tener recelo por inscribir a sus hijos en los gimnasios, siempre que los ejercicios sean orientados por profesionales competentes y estén atentos a los errores que puedan ser cometidos durante la realización de los ejercicios.
Cuál es el ejercicio más indicado según la edad
La actividad física que el niño debe realizar varía según la edad, como se indica en la tabla a continuación:
Riesgos más comunes
Los riesgos más comunes durante la práctica de ejercicios en la infancia implican:
- Deshidratación: esto se da debido a que los niños tienen dificultad para regular su temperatura corporal y, por esta causa, es más probable que haya deshidratación si no se beben líquidos durante la actividad. Razón por la cual, es importante que cada 30 minutos de actividad física sea ofrecido al niño un poco de agua o jugo natural de fruta, incluso si este no tiene sed.
- Fragilidad ósea en atletas: las niñas que realizan actividad más de 5 veces a la semana, a lo largo de los años, al contrario de lo que se piensa, pueden tener mayor fragilidad ósea debido a la reducción del estrógeno en el torrente sanguíneo.
Cuando el niño sigue las recomendaciones de ingerir líquidos durante los entrenamientos, protegerse del sol y evitar las horas más calientes del día, el riesgo de deshidratación disminuye de forma drástica.
Transformar las clases de actividad física en momentos de placer, en lugar de horas de entrenamiento para atletas, tiene más beneficios durante la infancia porque, además de no exigir mucho esfuerzo psicológico, existe menor riesgo de fragilidad ósea debido al exceso de actividad física.
Beneficios del ejercicio en enfermedades del niño
El ejercicio físico se recomienda a pesar de la presencia de algunas enfermedades, ya que proporciona beneficios además del tratamiento médico específico, siendo recomendado la orientación de un fisioterapeuta y del médico para su realización.
Sin embargo, existen algunas enfermedades en que la realización de ejercicio no se recomienda, tendiendo que ser adaptada de forma individual para garantizar el bienestar y no empeorar la condición actual, como en el caso de hepatitis, enfermedades renales crónicas o meningitis, por ejemplo.