El adenoma tubular es un crecimiento anormal de las células tubulares del intestino que, por lo general, no causa ningún tipo de síntoma, pero que puede ser identificado durante una colonoscopia intestinal.
En la mayoría de los casos, el adenoma tubular se considera benigno y, por lo tanto, tiene poco riesgo de convertirse en cáncer. Sin embargo, dependiendo del grado de alteraciones en las células, podría indicar una lesión precancerosa.
Una vez identificada esta condición, es importante realizar los exámenes de rutina para seguir la evolución del adenoma tubular, especialmente en personas que tienen factores de riesgo, como una dieta rica en grasas, consumo frecuente de bebidas alcohólicas o tabaquismo.
Cómo identificar el adenoma tubular
La mayoría de los casos de adenoma tubular no presenta signos ni síntomas, sin embargo, algunas personas pueden experimentar cambios en los hábitos intestinales, alteración en el color de las heces, dolor abdominal y síntomas relacionados con la anemia, como fatiga y palidez.
Por lo tanto, en la mayoría de los casos, el adenoma tubular es identificado durante una colonoscopia, que es un examen recomendado por el gastroenterólogo o médico general en el cual se evalúa la mucosa intestinal con el objetivo de identificar alteraciones. Conozca cómo se realiza la colonoscopia.
¿El adenoma tubular es benigno?
En la mayoría de los casos, el adenoma tubular es benigno, pero es preciso el acompañamiento periódico para verificar la evolución. En algunas situaciones, durante la colonoscopia es realizada la remoción de la lesión, dependiendo de la forma en que ella se presente en el examen, y de esta manera se envía la muestra para ser analizada en el laboratorio, y verificar así el grado de las alteraciones en las células.
De esta manera, el adenoma tubular puede presentar algún grado de alteración, llamada ¨displasia¨, siendo clasificado en dos tipos, que incluyen:
- Displasia de bajo grado: es el tipo de alteración celular leve o moderada, el cual no presenta células cancerígenas;
- Displasia de alto grado: es el tipo de displasia donde las células presentan más alteraciones que pueden llegar a ser cancerígenas.
Además de eso, cuando el adenoma tubular es del tipo de displasia de alto grado, se debe realizar un acompañamiento médico más regular y el examen de colonoscopia en un menor tiempo que en la displasia de bajo grado, pues existe un mayor riesgo de haber una transformación maligna del adenoma, aumentando el riesgo de cáncer colorrectal. Conozca cuáles son los síntomas de cáncer de colon y cómo es realizado el tratamiento.
Cómo se realiza el tratamiento
El adenoma tubular es considerado benigno en la mayoría de los casos, por lo que generalmente no requiere un tratamiento específico.
Dado que la aparición del adenoma a menudo está relacionada con el estilo de vida, su tratamiento se centra en mejorar los hábitos alimenticios, dando preferencia al consumo de vegetales y alimentos ricos en fibras, y reduciendo la ingesta de grasas. Estos cuidados permiten disminuir la tasa de crecimiento del adenoma y el riesgo de malignidad.
Por otro lado, en los casos en que el médico detecta un riesgo de desarrollo de cáncer, el adenoma tubular puede ser extirpado durante una colonoscopia.