7 increíbles beneficios del ajo (con recetas)

Evidencia científica

El ajo proporciona varios beneficios para la salud, como combatir virus y bacterias, disminuir el colesterol y la presión arterial, aumentar la inmunidad, tratar la tos y resfriados y controlar la diabetes. Asimismo, también ayuda a prevenir enfermedades neurodegenerativas, como la enfermedad de Alzheimer y el mal de Parkinson.

Estos beneficios del ajo para la salud se deben a los compuestos sulfurados, principalmente la alicina, que le proporciona el olor característico al ajo, además de ser rico en selenio, magnesio, aminoácidos esenciales, saponósidos, vitaminas y flavonoides, aportando propiedades antioxidantes, antiinflamatorias, inmunitarias y cardioprotectoras.

El ajo (Allium sativum) forma parte de una planta, el bulbo, que aparte de ser utilizado para fines medicinales, también es muy usado en la cocina para condimentar y sazonar los alimentos, aportando un aroma característico a las comidas, en todo tipo de preparaciones, como guisos, sopas, carnes, ensaladas, cremas, salsas, panes o galletas. 

Beneficios del ajo para la salud (y cómo usar)

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Beneficios del ajo

Los principales beneficios de consumir ajo son: 

1. Combatir virus, bacterias y hongos

El ajo posee un compuesto sulfurado llamado alicina, que le confiere acción antimicrobiana, inhibiendo el crecimiento y la proliferación de bacterias, virus y hongos. Incluso también ayuda a eliminar las toxinas y bacterias patogénicas que afectan la flora normal del intestino, siendo útil para tratar las parasitosis.  

2. Combatir el cáncer de colon

Gracias a la acción de la alicina, de la aliina y del ajoene, que son compuestos sulfurados, el ajo posee efecto antioxidante, lo cual evita la formación de radicales libres y protege las células del organismo. Asimismo, los sulfuros de alilo ayudan a estimular algunas enzimas que desintoxican al organismo de agentes que causan cáncer de colon. 

3. Proteger la salud del corazón

El ajo ayuda a reducir los niveles de colesterol "malo" (LDL) y de triglicéridos en la sangre debido a que inhibe su oxidación, reduciendo así el riesgo de sufrir aterosclerosis.

Asimismo, disminuye la presión arterial alta debido a que ejerce un efecto hipotensor y favorece la circulación de la sangre por causar un efecto vasodilatador. También evita la formación de trombos gracias a que inhibe la agregación plaquetaria. 

4. Actuar como antiinflamatorio natural

Gracias a la alicina y a sus antioxidantes, el ajo disminuye la respuesta inflamatoria en el organismo, que es causada por diversas enfermedades. Asimismo, sus compuestos sulfurados le proporcionan propiedades analgésicas y modulan la respuesta del sistema inmune.

5. Evitar problemas respiratorios

El ajo estimula las funciones respiratorias gracias a sus propiedades expectorantes y antisépticas, facilitando la respiración, por lo que su uso es excelente para tratar la gripe, tos, resfriados, ronquera, asma, bronquitis y afecciones pulmonares.

6. Ayudar a controlar la diabetes 

Según algunos estudios, el ajo tiene propiedades antidiabéticas que están relacionadas con la capacidad de incrementar la secreción de insulina desde las células beta del páncreas, mejorando su funcionamiento, ayudando así a prevenir y a controlar la diabetes. 

Además de eso, el ajo puede actuar evitando la progresión de esta enfermedad, al inhibir los productos avanzados de la glucólisis, que son compuestos relacionados con el envejecimiento prematuro y que además producen complicaciones en la diabetes. 

7. Mantener la salud cerebral

Gracias a su poder antioxidante y antiinflamatorio, que le proporcionan la alicina y los compuestos sulfurados, y a su contenido de selenio y colina, el consumo frecuente de ajo podría proteger las células del cerebro y disminuir el daño causado por los radicales libres, los cuales están implicados en el surgimiento de enfermedades neurodegenerativas, como el alzheimer y la demencia. 

Por este motivo, el ajo es un alimento con mucho potencial para mejorar la memoria y favorecer el proceso de aprendizaje, contribuyendo a la salud cerebral. Además del ajo fresco, también existe el ajo negro, el cual pasa por un proceso de fermentación que potencia todos sus beneficios. Conozca más sobre el ajo negro.

Información nutricional del ajo

La tabla a continuación indica la composición nutricional por cada 100 gramos de ajo:

Energía 113 calorías
Proteínas 7 g
Carbohidratos 23,9 g
Grasas 0,2 g
Fibras 4,3 g
Vitamina C 17 mg
Magnesio 21 mg
Selenio 14,2 mcg
Calcio 14 mg
Potasio 535 mg
Fósforo 14 mg
Hierro 0,8 mg
Alicina 225 mg
Colina 23,2 mg

Para aprovechar sus beneficios, el ajo debe ser consumido junto con una dieta saludable y equilibrada, acompañada de actividad física de manera regular.

Cómo utilizar el ajo

Para poder beneficiarse de estas propiedades, la American Dietetic Association (ADA) recomienda consumir 1 diente de ajo fresco crudo por día. 

El ajo debe consumirse triturado, partido, cortado o machacado, debiendo dejarlo reposar durante 10 minutos antes de utilizarlo. Esto es importante debido a que durante estos procesos se liberan y se activan los componentes sulfurados del ajo, como la alicina, la aliina y el ajoene del interior de la célula, aumentando su concentración y potenciando sus beneficios.

El ajo puede ser empleado para sazonar carnes, pastas, ensaladas y para preparar salsas y patés. Además de esto, también se puede preparar en forma de té o como agua de ajo para obtener sus beneficios de disminuir el colesterol y proteger el corazón.

Aparte del ajo fresco, también existen cápsulas con el extracto seco, que pueden ser utilizadas como suplemento nutricional. Conozca más sobre las cápsulas de ajo

Cómo comprarlo y almacenarlo

Al momento de comprarlo, se debe dar preferencia a las cabezas de ajo redondas, sin manchas, que no estén machacadas, que posean todos sus dientes unidos y firmes, evitando que estén sueltos, suaves y marchitos. 

Además de esto, para preservar el ajo por más tiempo y evitar que le salga moho, debe almacenarse en un lugar fresco, seco y un poco aireado. 

Recetas con ajo

Algunas formas en las que se puede utilizar el ajo para obtener sus beneficios son:

1. Té de ajo

El té debe prepararse con 1 diente de ajo por cada 100 a 200 ml de agua. Se debe añadir el ajo picado o machacado en agua hirviendo y mantenerlo durante 5 a 10 minutos. Retirar del fuego, dejar reposar y beber tibio.

Para mejorar el sabor del té, se le puede añadir jengibre rallado, unas gotas de limón y 1 cucharada de miel.

2. Agua de ajo

Para preparar el agua de ajo, se debe colocar 1 diente de ajo machacado en 100 ml de agua. Dejar reposar la mezcla durante toda la noche.

Esta agua debe consumirse en ayunas para ayudar a limpiar el intestino y reducir el colesterol, pudiendo tomarse a diario por el tiempo que se desee. 

3. Crema de ajo para carnes

Ingredientes

  • 1 vaso de leche; 
  • 3 dientes de ajo;
  • 1 pizca de sal, de perejil y de orégano;
  • Aceite de oliva.

Modo de preparación

Licuar la leche, el ajo, la sal, el perejil y el orégano. A continuación, agregar el aceite poco a poco hasta alcanzar el punto de crema. Esta receta se puede utilizar para acompañar carnes preparadas a la plancha o a la barbacoa, o para hacer pan de ajo.

La berenjena, la linaza y la alcachofa también pueden ser utilizadas para proteger el corazón, por eso, vea más remedios caseros para bajar el colesterol

Efectos secundarios

El consumo excesivo de ajo puede causar problemas digestivos, cólicos, gases, vómitos, diarrea, dolor de cabeza y mareos.

Contraindicaciones

El consumo de ajo crudo como remedio natural está contraindicado en recién nacidos, durante la cicatrización en el postoperatorio de cirugías, en personas que sufren de presión baja, dolor en el estómago y hemorragias y en individuos que utilicen medicamentos para fluidificar la sangre.

El ajo debe usarse con precaución en caso de trastornos de la coagulación debido a que puede favorecer la aparición de hemorragias.

El ajo no es recomendado en el embarazo y lactancia, especialmente en grandes cantidades o concentrado en la forma de suplementos, ya que puede tener efectos abortivos, además de poder afectar al ciclo menstrual de la mujer.

Algunos estudios han demostrado que el consumo de ajo en las madres lactantes altera el olor de su leche y la conducta de los lactantes. Esto puede deberse a que los sulfóxidos se excretan en cantidades significativas con la leche materna, lo que le confiere un sabor desagradable que puede afectar al niño.

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