Qué es:
La alveolitis es una situación que puede presentarse después de la extracción de un diente, normalmente el tercer molar, también conocido como la muela del juicio, en que no se observa la formación de un coágulo sanguíneo o se confirma el desplazamiento de ese coágulo, dando como resultado una inflamación e infección local. De acuerdo a las características, la alveolitis puede clasificarse en dos tipos principales:
- Alveolitis seca, en que el hueso y las terminaciones nerviosas están expuestas, causando dolor;
- Alveolitis purulenta, en que es posible notar la presencia de secreciones (pus) y sangrado.
Es importante consultar al dentista para que realice una evaluación de la alveolitis y, de esta forma, puede realizar el tratamiento adecuado, el cual puede incluir la realización de limpieza local y el uso de antibióticos y medicamentos antiinflamatorios.
Síntomas de alveolitis
Los síntomas más comunes que puede causar una alveolitis son dolor intenso en el sitio de la extracción que se irradia al resto de la cara, el cuello o el oído, mal aliento, cambios en el gusto, hinchazón y enrojecimiento, aumento de tamaño de los ganglios linfáticos en la región, fiebre y presencia de pus, en caso de tratarse de una alveolitis húmeda
Los síntomas de alveolitis suelen surgir de 2 a 3 días después de la extracción del diente, pudiendo haber:
- Dolor leve e intenso en la zona;
- Dolor que puede irradiarse al rostro, cuello y oído;
- Mal aliento, en algunos casos;
- Inflamación de la encía;
- Fiebre, principalmente en los casos de alveolitis purulenta;
- Inflamación y enrojecimiento de la zona.
Los síntomas surgen debido que no se forma el coágulo en la zona o este se desplaza antes de la cicatrización completa, lo cual lleva a la inflamación de la región y aumenta el riesgo de infección, ya que el alvéolo, que corresponde a la cavidad en que el diente se inserta, queda expuesto, pudiendo haber acumulación de restos de alimentos y aumento de la proliferación bacteriana.
Posibles causas
Las causas de la alveolitis aún on están totalmente claras, sin embargo, se cree que está relacionada con el aumento de la actividad fibrinolítica de los alvéolos, es decir, con la velocidad en que el coágulo se disuelve, dando como resultado la exposición del alvéolo, así como inflamación e infección. Conozca más sobre el proceso de hemostasia.
Sin embargo, algunos factores pueden aumentar el riesgo de alveolitis, como dificultad para la extracción del diente, malos hábitos de higiene oral y la realización de gárgaras que pueden movilizar el coágulo sanguíneo. Además, la anestesia usada en la extracción, presencia de infecciones existentes cerca de la zona, tabaquismo, uso de anticonceptivos orales, mala desinfección de la zona, enfermedades como diabetes o problemas de coagulación, también pueden aumentar el riesgo de desarrollar una alveolitis.
Cómo se realiza el tratamiento
El tratamiento de la alveolitis debe estar orientado por el dentista después de la evaluación de la zona, pudiendo indicar el uso de medicamentos antiinflamatorios, analgésicos y antibióticos para aliviar los síntomas y tratar o prevenir infección en la zona. En algunos casos, también se puede indicar la aplicación de anestésico local que debe ser usado de acuerdo a la orientación del médico.
Durante la observación del alvéolo, el dentista puede confirmar la presencia de alguna sutura que pueda estar interfiriendo la cicatrización correcta, por lo que podría removerla. Además, también se puede realizar una limpieza de la zona con el objetivo de remover cualquier resto de alimento que pueda haberse acumulado en el alvéolo.