Andaderas para bebés: ventajas y desventajas

Evidencia científica

La andadera infantil es un aparato que permite al bebé a que aprenda a caminar de forma más rápida y se ejercite, por lo que para su elección se debe tomar en cuenta el tipo, es decir, si es una andadera para empujar o en la que el bebé se sienta.

La andadera más indicada es aquella que el bebé debe de empujar, siendo semejante a un carrito de compras, ya que no perjudica las articulaciones ni la postura, mientras el niño camina.

Las andaderas clásicas, en que el bebé se sienta, se desaconsejan y están prohibidas en algunos países, ya que pueden retrasar el desarrollo del niño, y aumentar el riesgo de accidentes como caídas.

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Cuál es la andadera más indicada

La andadera más indicada para bebés es la que se empuja como si fuese un carrito de súper mercado. Este tipo de andadera le dará la confianza al bebé que necesita para iniciar los primeros pasos sin ayuda de los padres, al contrario de lo que se piensa, este objeto no enseña a los bebés a caminar, solo los ayuda. 

Con la andadera que se empuja, el bebé logra alcanzar la misma velocidad que la andadera clásica, por lo que el riesgo de accidente grave es menor.

El bebé puede comenzar a utilizar la andadera alrededor de los 9 meses, ya que a esa edad el niño logra apoyarse en algunos objetos para permanecer de pie. Sin embargo, es importante que el uso de la andadera sea indicado por el pediatra, ya que es quien conoce el desarrollo del bebé, permitiendo adecuar el inicio de su uso.

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Principales desventajas de la andadera clásica

La andadera clásica, es decir, aquella en la que el bebé está sentado, puede ser perjudicial para su desarrollo, pudiendo poner en riesgo su seguridad. Las principales desventajas de la andadera clásica son:

  1. El bebé aprende a caminar de forma errónea, ya que aprende a caminar sentado;
  2. La marcha puede verse atrasada u obstaculizada, porque el bebé logra desplazarse de forma rápida y, cuando no está en la andadera, tiene dificultad para caminar de la misma forma;
  3. El bebé no aprende la postura correcta para caminar, porque aprende a caminar sentado y, cuando no tiene el apoyo de la andadera clásica, tiende a inclinarse;
  4. Fuerza errónea al pisar, ya que el bebé camina con las puntas de los pies y, cuando intenta caminar sin la andadera, la pisada tiende a inclinarse, pudiendo provocar dolor en los pies;
  5. Aumenta el riesgo de accidentes, porque el bebé puede aumentar la velocidad y golpearse con intensidad contra algún objeto y el movimiento puede provocar una lesión, como fracturas o traumatismo craneal.

Sin embargo, siempre es importante que los padres estén atentos a alteraciones en el desarrollo del bebé, como si presenta una postura incorrecta, camina de lado o no apoya completamente los pies en el piso, siendo necesario consultar a un pediatra para que realice una evaluación, ya que el niño puede tener algún problema en los huesos.

Cómo ayudar al bebé a caminar 

Normalmente el niño comienza a dar los primeros pasos a partir de los 12 meses, siendo esperado que logre caminar por sí solo alrededor de los 18 meses. Sin embargo, cada bebé tiene su propio ritmo, por lo que este tiempo puede variar, siendo importante que los padres presten atención para estimular al niño. 

Los padres pueden ayudar a estimular al bebé por medio de estrategias como darle confianza estando cerca de él cuando quiera caminar, darle apoyo para equilibrarse con una de las manos y dejándolo en el suelo en un lugar seguro y cómodo.

Durante este tiempo, es importante que los padres transmitan calma y seguridad al bebé, además de dejarlo explorar el espacio para que sienta seguridad y confianza al intentar caminar. Vea 5 juegos que ayudan a estimular al bebé a caminar solo.

Vea en el video a continuación cómo estimular al bebé:

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