Artroscopia de rodilla: qué es, recuperación y secuelas

La artroscopia de rodilla es una cirugía mínimamente invasiva que utiliza una cámara para diagnosticar y tratar diversos problemas en la rodilla. A diferencia de las cirugías tradicionales, no se realiza un corte grande en la piel, lo que reduce el daño a los tejidos y acelera la recuperación.

Esta cirugía se utiliza para tratar diversas condiciones, como la reparación de meniscos, ligamentos cruzados, la alineación de la rótula, entre otras. Es fundamental el uso de vendas compresivas y la aplicación de hielo para reducir el dolor y la inflamación postoperatoria.

La recuperación depende del tipo de procedimiento realizado por el médico ortopedista, aunque en muchos casos será necesario el uso de ayudas para la marcha, como muletas, y la realización de ejercicios y fisioterapia para restaurar la funcionalidad de la rodilla.

artroscopia

Cómo es la cirugía

La artroscopia es una cirugía simple y mínimamente invasiva que consiste en:

  • Aplicación de anestesia, que puede ser local o general;
  • aplicación de un torniquete para evitar el sangrado durante la cirugía
  • pequeña incisión en la piel de entre 1 y 2 cm de cada lado de la rodilla para poder introducir las cámaras;
  • introducción de solución salina para mejorar la visibilidad durante el procedimiento;
  • introducción de las cámaras;
  • exploración y tratamiento, en caso de necesidad. Para el tratamiento, el ortopedista puede aprovechar la incisión para introducir otros instrumentos;
  • extracción de la solución salina;
  • cierre de las incisiones con sutura.

El procedimiento suele ser rápido y permite una recuperación más breve en comparación con las cirugías tradicionales.

La artroscopia de rodilla, si se realiza con fines exploratorios, suele durar entre 30 minutos y 1 hora. En caso de que el médico también utilice este procedimiento para tratar alguna afección, la duración puede ser mayor.

Recomendaciones posoperatorias

Después de la cirugía, se recomienda mantener la pierna elevada por encima del nivel del corazón, aplicar un vendaje de compresión y utilizar hielo varias veces al día para disminuir el dolor y la inflamación.

Es importante mantener la herida seca y cubierta, se recomienda envolver la rodilla en papel film y tomar baño en posición sentada para reducir el riesgo de caídas y proteger la herida del agua.

Cuando el médico retire los puntos se recomienda aplicar crema y realizar masajes en la cicatriz para evitar adherencias en la piel.

Cómo es la recuperación

Luego de la cirugía, la persona permanece internada hasta que se recupere completamente de la anestesia y pueda orinar.

En procedimientos simples puede ser necesario el uso de ayudas de marcha, como las muletas, para evitar cargar peso sobre la pierna operada. El médico podrá recomendar la utilización de analgésicos, como el paracetamol e ibuprofeno, para disminuir el dolor y la inflamación.

Para una mejor recuperación, el médico puede indicar la realización de ejercicios y fisioterapia. La fisioterapia es importante para recuperar la fuerza muscular, evitar la rigidez articular y disminuir el dolor e inflamación.

La actividad física normalmente puede ser retomada cerca de 6 semanas después de la artroscopia, de acuerdo con las indicaciones del ortopedista. 

¿Al cabo de cuánto tiempo puedo volver a caminar?

El tiempo para volver a caminar después de una artroscopia depende de diversos factores, como el motivo de la cirugía y la edad del individuo. En muchos casos, especialmente cuando la artroscopia es solo exploratoria, los individuos pueden comenzar a caminar poco después de la cirugía.

Sin embargo, si se realizan intervenciones adicionales, como reparaciones en el menisco y ligamentos cruzados, la recuperación puede tomar más tiempo y puede ser necesario el uso de férula y muletas para facilitar la movilidad.

Artroscopia como tratamiento

La artroscopia puede utilizarse como tratamiento para una variedad de afecciones de la rodilla, incluyendo la reparación de meniscos y ligamentos cruzados, la alineación de la rótula, la eliminación de quistes de Baker, la extracción de calcificaciones óseas, la reparación del cartílago, y el tratamiento de fracturas simples de la rodilla. 

Además, la artroscopia es útil para tratar otras condiciones como la sinovitis y la limpieza de depósitos de tejido dañado o inflamado dentro de la articulación.

Secuelas de la artroscopia de rodilla

Las secuelas o complicaciones de una artroscopia son poco frecuentes. Sin embargo, como en cualquier otra cirugía, pueden presentarse riesgos como hemorragias durante la intervención, infecciones en la herida, reacciones alérgicas a la anestesia, rigidez en la rodilla o lesiones en las estructuras saludables de la articulación.

Para minimizar estos riesgos, es fundamental acudir a todas las consultas previas a la cirugía, de modo que el médico pueda evaluar la historia clínica de la persona y los medicamentos que esté tomando. Además, es crucial elegir una clínica y un médico de confianza, con experiencia en este tipo de procedimientos.