Artrosis acromioclavicular: síntomas y tratamiento

La artrosis acromioclavicular es una enfermedad que surge debido al desgaste de la articulación que se encuentra entre la clavícula y el hueso llamado acromion, provocando la aparición de algunos síntomas como hinchazón, dolor y rigidez en la articulación y dificultad para realizar algunos movimientos.

Este desgaste articular es más común en deportistas, culturistas y trabajadores que utilizan mucho los brazos, lo que puede provocar dolor y dificultad en el movimiento.

Por lo general, el tratamiento de este tipo de artrosis consiste la realización de varias sesiones de fisioterapia, uso de medicamentos analgésicos y antiinflamatorios recomendados por el ortopedista y, en los casos más graves, puede ser necesario recurrir a la cirugía.

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Principales síntomas

Los síntomas de la artrosis acromioclavicular son:

  • Dolor y sensibilidad en la parte superior del hombro alrededor de la articulación, principalmente al rotar o levantar el brazo durante las actividades regulares diarias o al comprimir la articulación;
  • Reducción del movimiento del hombro;
  • Dolor al dormir de lado sobre la articulación;
  • Chasquido cuando se mueve el hombro y el área de la articulación puede volverse más prominente, principalmente si se ha sufrido de una lesión anterior.

Ante la presencia de estos síntomas, es importante acudir a un ortopedista para que realice una evaluación e indique la realización de exámenes de diagnóstico que permitan identificar cuál es la causa.

Test online de síntomas

Para saber si tienes artrosis, seleccione los síntomas que presenta a continuación:

  1. 1. Dolor articular que se presenta al realizar esfuerzos pero mejora con el reposo.
  2. 2. Rigidez en las articulaciones que surge después del reposo y desaparece al cabo de 30 minutos.
  3. 3. Movimiento reducido en una o más articulaciones.
  4. 4. Sensación de que una o más articulaciones están “flojas” o inestables.
  5. 5. Aumento del tamaño de las articulaciones.
  6. 6. Crepitaciones, como "clics" frecuentes al mover partes del cuerpo.

Esta prueba es una herramienta que sirve únicamente como medio de orientación. Por lo tanto, no pretende proporcionar un diagnóstico y no reemplaza la consulta con un ortopedista o médico general.

Posibles causas

La artrosis acromioclavicular es causada por un proceso inflamatorio que puede ocurrir debido a una sobrecarga de la articulación, la cual va ocasionando el desgaste de la misma, causando dolor al ejecutar ciertos movimientos. 

Este problema es más común en personas que levantan pesos, atletas que practican deportes en los que es necesario ejecutar varios movimientos con los brazos, como natación o tenis, por ejemplo, y en personas que trabajan esforzando los brazos diariamente. 

Cómo se realiza el diagnóstico

El diagnóstico de la enfermedad es llevado a cabo por el ortopedista, el cual realiza un examen físico e indica la realización de algunos exámenes de imagen como una radiografía o resonancia magnética, las cuales permiten evaluar de una forma más precisa el desgaste de la articulación y observar lesiones que puedan haber ocurrido en consecuencia de la artrosis.

Tratamiento de la artrosis acromioclavicular

El tratamiento de la artrosis acromioclavicular debe ser indicado por el ortopedista, el cual puede referir a la persona a fisioterapia, además de indicar la ingestión de medicamentos analgésicos y antiinflamatorios hasta que mejoren los síntomas.

Además, también puede recomendar reducir los ejercicios o actividades diarias que causen desgaste de la articulación, debiendo ser sustituidos por ejercicios que fortalezcan la región del hombro.

Si la fisioterapia y los ejercicios de fortalecimiento no son suficientes para mejorar la situación, puede ser necesario la colocación de una inyección de corticoides en la articulación con la finalidad de reducir la inflamación y el dolor.

En casos más graves, puede ser necesario recurrir a una cirugía llamada artroscopia de hombro. Después de la cirugía, se debe inmovilizar el miembro durante un período de 2 a 3 semanas aproximadamente y, luego de este período, se aconseja realizar fisioterapia de rehabilitación. Conozca cómo es realizada esta cirugía y cuáles son los riesgos asociados