La atrofia muscular es la pérdida o disminución de la masa muscular, lo que provoca síntomas como debilidad en un brazo, una pierna o el rostro, así como dificultad para tragar o hablar.
Esta pérdida de la masa muscular puede ser causada por un estilo de vida sedentario, permanecer encamado durante largos períodos, lesiones en los nervios o en la médula espinal, o por el envejecimiento natural del cuerpo.
El tratamiento de la atrofia muscular es realizado por un ortopedista, neurólogo, médico general o pediatra y, generalmente, incluye fisioterapia, terapia ocupacional o cirugía, entre otras opciones.

Síntomas de atrofia muscular
Los principales síntomas de la atrofia muscular son:
- Debilidad en un brazo, una pierna o el rostro.
- Dificultad para tragar o hablar.
- Entumecimiento o sensación de hormigueo en el brazo o la pierna.
- Dificultad para sentarse, ponerse de pie o caminar sin ayuda.
Además, debido a la pérdida de masa muscular, la persona puede presentar un brazo o una pierna más pequeña que la otra.
Es importante consultar a un ortopedista, neurólogo, médico general o pediatra siempre que aparezcan síntomas de atrofia muscular, para realizar el diagnóstico, identificar la causa e iniciar el tratamiento más adecuado.
Cómo confirmar el diagnóstico
El diagnóstico de la atrofia muscular lo realiza el ortopedista, neurólogo, médico general o pediatra mediante la evaluación de los síntomas, el historial médico y el examen físico.
Para identificar la causa de la atrofia muscular, el médico puede solicitar pruebas como radiografías, resonancia magnética o tomografía computarizada (TC).
Otras pruebas que podrían ser necesarias incluyen análisis de sangre, electromiografía o incluso una biopsia del músculo o del nervio, si es preciso.
Posibles causas
Las principales causas de atrofia muscular son:
1. Falta de uso del músculo
La falta de uso del músculo puede causar atrofia muscular leve a grave, lo que resulta en la disminución de la masa muscular y de la fuerza.
Generalmente, este tipo de atrofia muscular se presenta al estar encamado durante períodos prolongados o por la inmovilización de un brazo o una pierna debido a fracturas, traumas o cirugías, entre otros.
Además, tener un estilo de vida sedentario, trabajar sentado la mayor parte del día o padecer condiciones de salud como un ACV (accidente cerebrovascular) u otras enfermedades cerebrales también puede causar atrofia muscular.
2. Envejecimiento
El envejecimiento natural del cuerpo también puede causar atrofia muscular, debido a la menor producción de proteínas relacionadas con el crecimiento muscular.
Este tipo de atrofia muscular, conocido como sarcopenia, puede ocasionar caídas o accidentes en personas mayores debido a la debilidad muscular y la pérdida de equilibrio.
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El daño en los nervios que estimulan los músculos puede resultar en una menor estimulación muscular y en el desarrollo de la atrofia.
Este tipo de atrofia puede ser causado por enfermedades como la esclerosis lateral amiotrófica, la síndrome de Guillain-Barré, la esclerosis múltipla o la poliomielitis, entre otras.
Otras causas incluyen lesiones en la médula espinal, neuropatía diabética o incluso el daño por toxinas o el consumo excesivo y frecuente de bebidas alcohólicas.
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La atrofia muscular puede ser causada por factores genéticos, como es el caso de la atrofia muscular espinal (AME).
Aunque es una enfermedad rara, la AME provoca la destrucción progresiva de las células nerviosas del cerebro y la médula espinal, que controlan los movimientos musculares del cuerpo.
Esto da lugar a síntomas que pueden estar presentes desde la infancia, como dificultad para sostener la cabeza o problemas para alimentarse, entre otros.
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La desnutrición puede causar atrofia muscular debido a una alimentación deficiente en proteínas y nutrientes necesarios para el crecimiento muscular.
Además, este tipo de atrofia muscular puede ser causado por condiciones de salud que reducen la absorción de nutrientes en los intestinos.
Así, la atrofia muscular puede surgir debido a enfermedades inflamatorias intestinales, síndrome de dumping o cáncer, entre otras. Conozca qué es el síndrome de dumping.
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Las alteraciones metabólicas debido a la diabetes, obesidad, enfermedad de Alzheimer, caquexia del cáncer o insuficiencia cardíaca también pueden causar atrofia muscular.
Esto se debe a que los músculos están relacionados con el metabolismo de nutrientes, la sensibilidad a la insulina y el uso de la glucosa.
De esta manera, estas condiciones de salud pueden provocar la liberación de citoquinas inflamatorias, causar estrés oxidativo y alteraciones hormonales, lo que lleva a la pérdida de masa muscular.
¿La atrofia muscular tiene cura?
La atrofia muscular no tiene una cura definitiva en la mayoría de los casos, pero es posible tratar y gestionar sus síntomas. El tratamiento depende de la causa de la atrofia y puede incluir fisioterapia, ejercicio, medicamentos y, en algunos casos, cirugía.
Cómo se realiza el tratamiento
El tratamiento de la atrofia muscular debe ser realizado bajo la orientación del ortopedista, neurólogo, médico general o pediatra y varía según su causa.
Los principales tratamientos para la atrofia muscular son:
1. Actividad física
Los ejercicios físicos, como el levantamiento de pesas, pueden ayudar a aumentar la masa muscular, siendo recomendados en los casos de atrofia muscular leve.
Estos ejercicios son especialmente importantes para personas con un estilo de vida sedentario.
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La fisioterapia para la atrofia muscular es indicada por el médico para mejorar la fuerza y el tono muscular.
Este tipo de tratamiento es realizado por el fisioterapeuta, quien puede recomendar ejercicios de fortalecimiento y estiramiento muscular o utilizar dispositivos como ultrasonido o electroterapia con corriente rusa, entre otros.
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Las alteraciones en la dieta son recomendadas por el médico para promover el aumento de masa muscular y tratar las deficiencias nutricionales que puedan causar atrofia muscular.
El tratamiento debe ser realizado bajo la orientación del nutricionista, e incluye alimentos ricos en proteínas. Vea los principales alimentos ricos en proteínas.
En algunos casos, se puede recomendar el uso de suplementos alimenticios con ácido fólico, vitamina D, vitaminas B6, B12 y minerales y oligoelementos como calcio y zinc, entre otros.
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La terapia ocupacional puede ser indicada por el médico en los casos de atrofia muscular causada por daño en los nervios o factores genéticos.
Este tipo de tratamiento ayuda a mejorar la calidad de vida y es realizado por un terapeuta ocupacional.
En las sesiones de terapia ocupacional, el profesional ayuda a la persona a utilizar algunos equipos auxiliares, como utensilios especiales o silla de ruedas.
5. Uso de medicamentos
El uso de medicamentos para la atrofia muscular es indicado por el médico en el caso de la atrofia muscular espinal (AME).
En este caso, el medicamento recomendado es Spinraza, que ayuda a reducir los síntomas de la atrofia provocada por una alteración en el gen SMN-1.
Lea también: Spinraza: para qué sirve, dosis y efectos secundarios tuasaude.com/es/spinrazaAsimismo, también existe el Evrysdi, un medicamento que está indicado para el tratamiento de la atrofia muscular espinal 5q en personas que tienen un diagnóstico clínico de AME Tipo 1, Tipo 2 o Tipo 3, o que tienen entre una y cuatro copias del gen SMN2.
Además, el uso de medicamentos puede ser indicado para controlar enfermedades que causan daño en los nervios, y se realiza con fármacos específicos para estas enfermedades.
6. Cirugía
La cirugía para la atrofia muscular puede ser indicada por el médico en los casos de tensión o contractura muscular grave que provoca deformidad en el miembro afectado.