10 enfermedades causadas por la falta de vitaminas

La falta de vitaminas puede provocar enfermedades graves como raquitismo, osteomalacia, beriberi, pelagra, escorbuto, xeroftalmía y ceguera nocturna.

Por lo general, estas deficiencias surgen debido a una alimentación inadecuada o cuando el organismo no logra absorber los nutrientes correctamente, situación que puede ocurrir por diarreas frecuentes o por el uso de medicamentos que interfieren en su absorción.

Para asegurar el buen funcionamiento del cuerpo, es fundamental mantener una dieta saludable y variada. No obstante, la suplementación es una alternativa eficaz para prevenir y tratar estas carencias, especialmente en aquellas personas cuyo aporte a través de los alimentos es limitado.

El consumo de complejos vitamínicos no deben sustituir una buena alimentación, así como no deben ser utilizados sin supervisión de un médico o nutricionista.

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10 enfermedades por falta de vitaminas

Las enfermedades que pueden surgir por la falta de vitaminas son:

1. Raquitismo y osteomalacia

Estas enfermedades óseas surgen principalmente por la deficiencia de vitamina D, la cual impide la correcta mineralización de los huesos.

Causas: falta de exposición a los rayos solares (fuente principal) e ingesta insuficiente de salmón, sardinas, atún, huevos y lácteos.

Síntomas: dolor óseo y muscular, debilidad en brazos. La osteomalacia causa desmineralización ósea con alto riesgo de fracturas y, el raquitismo en los niños, afecta del crecimiento y puede ocasionar deformidades óseas.

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Tratamiento: se recomienda actividad al aire libre con exposición al sol de brazos y manos al menos 15 minutos diarios. Además, puede requerir suplementación, así como aumentar el consumo de lácteos, aceite de hígado de pescado y ostras. 

2. Escorbuto

El escorbuto es la manifestación grave de la deficiencia de vitamina C. Ocurre cuando las reservas del organismo se agotan severamente.

Causas: baja ingesta de frutas y vegetales, hábito tabáquico (que aumenta la necesidad de la vitamina) y diarreas.

Síntomas: debilidad, reducción del apetito, anemia, sangrados, inflamación de las encías y pérdida de dientes. En etapas previas se presentan resfriados frecuentes y manchas rojas en la piel.

Tratamiento: normalmente se realiza la suplementación de la vitamina C, además de aumentar el consumo de frutas y vegetales ricos en esta vitamina, como kiwi, naranja, pomelo, papaya, manga, fresas, brócoli, pimiento verde, berro y tomate.

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3. Ceguera nocturna y xeroftalmía

La ceguera nocturna y la xeroftalmía son condiciones oculares son provocadas por la falta de vitamina A, esencial para la salud visual y el sistema inmune.

Causas: deficiencia materna durante el embarazo o la lactancia materna, diarreas que reducen la absorción o bajo consumo de alimentos ricos en vitamina A.

Síntomas: dificultad para ver de noche, sequedad extrema en ojos (xeroftalmía) y piel. También se asocia a una baja inmunidad (infecciones frecuentes).

Tratamiento: el tratamiento consiste en la suplementación en altas dosis, así como la inclusión de lácteos, vegetales de hojas verdes oscuras, frutas amarillas y rojas, pescados grasos y huevo. Conozca los alimentos ricos en vitamina A.

4. Beriberi

El beriberi es una enfermedad que surge como consecuencia directa de la deficiencia de vitamina B1 (tiamina).

Causas: es común en personas con un consumo excesivo de alcohol (que bloquea la absorción de la vitamina), así como en dietas basadas casi exclusivamente en carbohidratos simples (como arroz blanco refinado) o tras cuadros de vómitos intensos.

Síntomas: se manifiesta principalmente con hinchazón en las piernas, sensación de adormecimiento en extremidades, dificultad para respirar y, en casos avanzados, insuficiencia cardíaca.

Tratamiento: el tratamiento del beriberi debe llevarse a cabo bajo supervisión médica, combinando reposo con la administración de vitamina B1 (inyectable u oral) por un periodo mínimo de seis meses.

Para garantizar la recuperación, es indispensable suprimir totalmente el consumo de alcohol y adoptar una dieta rica en tiamina que priorice los alimentos integrales (como arroz y pastas) frente a los refinados, e incluya fuentes clave como avena, levadura de cerveza, semillas de girasol, legumbres y frutos secos.

5. Pelagra

La pelagra es una enfermedad rara y grave producida por el déficit severo de vitamina B3 (Niacina).

Causas: suele asociarse a dietas muy pobres en proteínas y vitaminas, alcoholismo crónico, o enfermedades que causan malabsorción intestinal (diarreas crónicas).

Síntomas: la pelagra es conocida por las "4 D": dermatitis (inflamación severa de la piel, especialmente en zonas expuestas al sol), diarrea, demencia (confusión mental) y defunción si no es tratada a tiempo.

Tratamiento: el médico suele indicar la administración de suplementos de niacina (B3) y complejo B, junto con el consumo de alimentos ricos en proteínas como carnes, pescados, huevos y cacahuates.

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5. Síndrome hemorrágico y trastornos de coagulación

La deficiencia de vitamina K compromete la capacidad de la sangre para coagular, llevando a cuadros hemorrágicos.

Causas: uso prolongado de antibióticos, pues estos eliminan la flora bacteriana productora de la vitamina, o anticoagulantes (como la warfarina). Asimismo, algunas condiciones que causan mala absorción de grasas, como gastritis crónica, enfermedad celiaca, pancreatitis, cáncer o alcoholismo, también pueden ocasionar deficiencia de vitamina K.

En recién nacidos, la deficiencia es fisiológica y frecuente debido a la baja transferencia placentaria.

Síntomas: tiempos de coagulación prolongados, aparición de hematomas espontáneos, sangrado en mucosas (encías, nariz) y riesgo de desarrollar la enfermedad hemorrágica del recién nacido.

Tratamiento: para corregir deficiencias leves o mantener niveles óptimos, se debe aumentar el consumo de filoquinona (K1) presente en vegetales de hoja verde oscura (brócoli, espinaca, kale, berro, acelga), así como en aceites vegetales y lácteos.

Al ser una vitamina liposoluble, se recomienda consumir estos vegetales acompañados de una fuente de grasa saludable (como aceite de oliva o aguacate) para garantizar su correcta absorción en el intestino. 

En casos de hemorragia activa o sobredosis de anticoagulantes, se administra vitamina K vía oral, subcutánea o intravenosa bajo estricta supervisión médica para restablecer los tiempos de coagulación.

En recién nacidos se aplica un protocolo estándar de profilaxis que consiste en una inyección intramuscular única de vitamina K (fitomenadiona) al nacer para prevenir hemorragias intracraneales o digestivas. Si la enfermedad ya está presente, se administran dosis terapéuticas más altas.

6. Trastornos neurológicos y anemia perniciosa

El sistema nervioso y la producción de glóbulos rojos dependen críticamente de la integridad de la mielina y la síntesis de ADN, procesos que fallan ante la falta de vitamina B12 (Cobalamina) y vitamina E (Tocoferol).

Deficiencia de Vitamina B12:

La deficiencia de vitamina B12 causa anemia perniciosa, siendo esta una una condición autoinmune donde el cuerpo no produce "factor Intrínseco", una proteína necesaria para absorber la B12. Esto genera glóbulos rojos grandes y disfuncionales, condición conocida como anemia megaloblástica.

  • Síntomas neurológicos: dado que la B12 protege la vaina de mielina de los nervios, su carencia causa daños irreversibles: hormigueo persistente (parestesia), pérdida de equilibrio (ataxia), confusión, pérdida de memoria, depresión y, en casos severos, demencia o psicosis.
  • Causas: dietas veganas o vegetarianas estrictas sin suplementación adecuada, gastritis atrófica, uso prolongado de omeprazol o metformina, y cirugías bariátricas.
  • Tratamiento: si es por mala absorción (anemia perniciosa), se requieren inyecciones intramusculares de B12 de por vida. Si es dietética, suplementos orales sublinguales y consumo de alimentos, como hígado, carnes, huevos y lácteos.

Deficiencia de Vitamina E:

La vitamina E al ser un potente antioxidante, su falta permite que los radicales libres dañen las neuronas y los glóbulos rojos (anemia hemolítica).

  • Síntomas: debilidad muscular progresiva, movimientos oculares anormales, problemas de visión (retinopatía) y ataxia (dificultad para coordinar movimientos).
  • Causas: es muy rara por dieta; casi siempre se debe a problemas de absorción de grasas (pancreatitis, fibrosis quística, colestasis o enfermedad de Crohn).
  • Tratamiento: suplementación con tocoferol hidrosoluble, especial para quienes no digieren grasas, y consumo de aceites vegetales como girasol o germen de trigo, almendras y semillas.

7. Complicaciones del embarazo y defectos congénitos

La deficiencia de vitamina B9, conocida también como folato o ácido Fólico, es crítica porque interviene en el cierre del tubo neural del feto durante las primeras semanas de gestación, a menudo antes de que la mujer sepa que está embarazada.

Riesgos: abortos espontáneos, hemorragias, preeclampsia (presión alta en la madre) y defectos en el tubo neural del bebé.

Causas: aumento drástico de la demanda fisiológica durante el embarazo, malabsorción (celiaquía), consumo de alcohol y uso de fármacos antagonistas del folato, como metotrexato y anticonvulsivos.

Tratamiento: la suplementación debe iniciarse 3 meses antes de buscar el embarazo y mantenerse durante el primer trimestre.

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Además, se debe incluir el consumo de vegetales de hoja verde oscura (como espinacas y acelgas), legumbres (lentejas, frijoles), hígado y alimentos fortificados (harinas y cereales).

8. Dermatitis 

La dermatitis es una afección cutánea y capilar que puede ser causada por la falta de biotina, conocida también como vitamina B7 o H.

Síntomas: caída severa del cabello (alopecia), sarpullido rojo y descamativo alrededor de ojos, nariz y boca, y hormigueos.

Causas: consumo habitual de claras de huevo crudas, pues estas contienen avidina, un compuesto que bloquea la vitamina, o uso prolongado de antibióticos potentes.

Tratamiento: suplementación con biotina y consumo de yema de huevo cocida y nueces.

9. Anemia sideroblástica y problemas neurológicos

La falta de vitamina B6 (piridoxina) puede causar anemia sideroblástica, así como problemas neurológicos, debido a que su déficit impide el uso correcto del hierro para la síntesis de hemoglobina.

Síntomas: fatiga, debilidad extrema y palidez debido a que los glóbulos rojos son pequeños y no pueden transportar oxígeno adecuadamente.

Además, puede haber problemas neurológicos, como confusión, depresión, irritabilidad, pesadillas, hormigueo/entumecimiento en manos y pies (neuropatía periférica).

Causas: uso de medicamentos como la isoniazida (para tuberculosis), alcoholismo y cirrosis.

Tratamiento: el médico indicará suplementación controlada de B6, pues el exceso es tóxico, así como aumentar el consumo de alimentos ricos en piridoxina, como pollo, plátano, patata y garbanzos.

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10. Ariboflavinosis

La ariboflavinosis es el conjunto de lesiones que afectan principalmente a las mucosas, la piel y los ojos, causadas por la deficiencia de vitamina B2 (riboflavina), un nutriente esencial para el mantenimiento de los tejidos y la respiración celular.

Síntomas: grietas dolorosas y fisuras en las comisuras de los labios, inflamación y coloración rojiza intensa de la lengua (glositis).

Además, también se puede presentar dermatitis seborreica (escamas grasas y rojas) en los pliegues de la nariz, orejas, párpados y, a veces, en el área genital.

Causas:

Dietéticas: Dietas estrictas sin lácteos (como en veganos no suplementados o intolerantes a la lactosa) y bajo consumo de carnes.

Fisiológicas: Alcoholismo crónico (principal causa), ancianos con mala alimentación y síndromes de malabsorción intestinal.

Tratamiento: es recomendada la suplementación oral con riboflavina, así como aumentar el consumo de leche y derivados (yogur, queso), hígado, huevos, almendras, champiñones y espinacas.

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