Azotemia: qué es, síntomas, causas, tipos y tratamiento

La azotemia es una condición en la que hay un nivel alto de productos nitrogenados en la sangre, suero o plasma, como urea, creatinina, ácido úrico y proteínas, lo cual puede interferir en el funcionamiento de los riñones y causar síntomas como náuseas, cansancio excesivo, debilidad, hinchazón, reducción del volumen de orina, falta de aire y confusión mental.

Esta alteración puede ser el resultado de cualquier condición que interfiera en la circulación sanguínea hacia los riñones, como insuficiencia cardíaca, deshidratación, hemorragia o tumores del tracto urinario, por ejemplo. Asimismo, daños en las estructuras de los riñones u obstrucciones de los uréteres o vejiga también pueden resultar en azotemia.

El tratamiento de la azotemia debe ser realizado lo antes posible en el hospital, por el nefrólogo, pues puede causar complicaciones como daño renal agudo. De esta manera, el tratamiento puede ser llevado a cabo a través de la administración de suero en la vena y de medicamentos para controlar los niveles de electrolitos en la sangre y, en ciertos casos, hemodiálisis.

Profesional evaluando un tubo de ensayo con una muestra de sangre

Síntomas de azotemia

Los principales síntomas de azotemia incluyen:

  • Disminución del volumen total de orina;
  • Cansancio excesivo o debilidad;
  • Náuseas y vómitos;
  • Hinchazón en las piernas, tobillos y pies;
  • Falta de aire;
  • Dolor en el pecho;
  • Pérdida del apetito;
  • Palpitaciones cardíacas.

Aparte de estos síntomas, puede incluso haber dificultad de concentración y atención, confusión mental, convulsiones o coma, debido a las grandes cantidades de urea en la sangre, situación conocida como uremia. Vea mejor qué es la uremia.

Cómo confirmar el diagnóstico

El diagnóstico de la azotemia es realizado en el hospital por el nefrólogo o médico general, a través de la evaluación de los síntomas y la realización de exámenes de sangre que miden los niveles de urea nitrogenada (BUN) y creatinina.

Además, es importante verificar los niveles de creatinina, de urea, de ácido úrico y de proteínas totales y fracciones en la sangre, y realizar la medición de los electrolitos y la verificación del metabolismo, lo que permite evaluar la función de los riñones y las complicaciones relacionadas con la reducción del funcionamiento renal.

Otros exámenes que el médico puede solicitar para evaluar los riñones son ecografía, tomografía computarizada y, en ciertos casos, biopsia renal. 

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Principales causas

Las principales causas de la azotemia incluyen:

  • Insuficiencia cardíaca o hepática;
  • Deshidratación aguda;
  • Hemorragia;
  • Dieta rica en proteínas;
  • Quemaduras graves;
  • Infecciones;
  • Toxinas de drogas ilícitas o alcohol;
  • Piedras en los riñones;
  • Infecciones urinarias recurrentes;
  • Fallo renal, necrosis tubular o glomerulonefritis;
  • Hiperplasia prostática benigna.

Asimismo, la azotemia puede ser causada por el uso de medicamentos nefrotóxicos, antiinflamatorios, antibióticos o quimioterapia, por ejemplo.

Tipos de azotemia

De acuerdo con la causa, la azotemia puede ser clasificada en:

  • Azotemia prerrenal: ocurre debido a situaciones que disminuyen el flujo sanguíneo hacia los riñones, interfiriendo en la llegada de sangre a estos órganos;
  • Azotemia renal o intrínseca: puede surgir debido a daños en las estructuras de los riñones, como glomérulos, túbulos renales, intersticio o vasos sanguíneos renales;
  • Azotemia posrenal: ocurre debido a alteraciones del flujo urinario u obstrucción de los uréteres o vejiga.

La presencia de urea y creatinina en la sangre son normales; sin embargo, cuando hay alguna alteración en los riñones o alguna condición que interfiere en la circulación sanguínea, la concentración de estas sustancias puede aumentar hasta niveles tóxicos para el organismo, lo que puede dar como resultado daños permanentes en los riñones.

Cómo es realizado el tratamiento

El tratamiento de la azotemia tiene como objetivo reducir la concentración de los compuestos nitrogenados en la sangre y aliviar cualquier otro síntoma asociado, además de tratar la condición de salud que causó la azotemia, con el objetivo de evitar daños permanentes en los riñones.

De esta manera, el médico puede recomendar la administración de líquidos directamente en la vena, en el hospital, con la finalidad de aliviar cualquier otro síntoma asociado, y tratar la condición de salud que causó la azotemia, para así evitar daños permanentes en los riñones.

Además, puede ser recomendado por el médico el uso de medicamentos vasopresores, para restablecer el flujo sanguíneo hacia los riñones, o de diuréticos, que reducen la concentración de potasio y normalizan los niveles de calcio en la sangre.

En ciertos casos, como en el daño renal agudo o en la enfermedad renal crónica, el médico puede indicar la realización de diálisis peritoneal o hemodiálisis.

También es importante mantener los hábitos saludables, con la práctica regular de ejercicios y alimentación saludable, reduciendo el consumo de alimentos ricos en potasio y en proteínas, aparte de aumentar el consumo de vegetales. Conozca qué comer para mejorar el funcionamiento de los riñones.

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