El bótox es una sustancia que es capaz de impedir la contracción muscular, paralizando de forma temporal el músculo donde es inyectado, por lo que puede ser utilizado en el tratamiento de diversas enfermedades como microcefalia, paraplejia y espasmos musculares, por ejemplo.
Además, la toxina botulínica también actúa inhibiendo los estimulos neuronales relacionados con la contracción muscular y es muy utilizado en procedimientos estéticos, principalmente para disminuir las arrugas y marcas de expresión.
La toxina botulínica es una sustancia producida por la bacteria Clostridium botulinum, por lo que debe ser usado solo bajo indicación médica, pues es necesaria una evaluación completa de salud para que se evalúen los riesgos relacionados con el uso de esa toxina.
Para qué sirve
El bótox puede ser indicado en algunas situaciones, siendo las principales:
- Control del blefaroespasmo, que consiste en cerrar los ojos de forma vigorosa e incontrolable;
- Reducción de la sudoración, en caso de hiperhidrosis o bromhidrosis;
- Corrección de estrabismo ocular;
- Controlar el bruxismo;
- Espasmos faciales, conocidos como tic nervioso;
- Reducción de la salivación excesiva;
- Control de la espasticidad en enfermedades neurológicas como la microcefalia.
- Disminución del dolor neuropático;
- Relajar la contracción muscular excesiva causada por un ACV;
- Disminución de los temblores, en caso de la enfermedad de Parkinson;
- Combatir la tartamudez;
- Cambios en la región de la articulación temporomandibular;
- Combatir el dolor lumbar crónico y en caso de dolor miofascial;
- Incontinencia urinaria por vejiga nerviosa.
Es importante que la aplicación del bótox se haga de acuerdo con las indicaciones del médico, ya que grandes cantidades de esta toxina pueden tener el efecto contrario al deseado y promover la parálisis muscular permanente, un síntoma que caracteriza la enfermedad del botulismo. Conozca qué es y cuáles son los síntomas del botulismo.
Bótox en la estética
El bótox también se puede aplicar con fines estéticos, siendo recomendado para promover una sonrisa más armoniosa, reducir la apariencia de las encías y para tratar las arrugas y líneas de expresión.
Es importante que el uso de bótox en estética se realice bajo la orientación de un dermatólogo, cirujano plástico u otro profesional capacitado para aplicar la toxina, ya que de esta forma se puede obtener un resultado más satisfactorio.
Cómo se aplica
El bótox se aplica en pequeñas concentraciones en la zona a tratar, pudiendo ser necesario repetir la aplicación al cabo de unos meses para garantizar el efecto, pues este es temporal.
Además, dependiendo de la finalidad del tratamiento, se puede inyectar bajas concentraciones de toxina botulínica por vía intramuscular, que puede bloquear las señales nerviosas relacionadas con el origen del dolor y favorecer la relajación muscular.
Posibles riesgos
El bótox solo debe ser aplicado por el médico porque es importante hacer una evaluación completa del estado de salud y verificar la cantidad ideal a utilizar en el tratamiento para que no haya efectos adversos.
Esto se debe a que cuando se ingiere la toxina, puede provocar insuficiencia respiratoria y la persona puede morir por asfixia, lo que también puede ocurrir cuando se inyectan grandes cantidades de esta toxina, pues puede ocasionar parálisis de otros órganos.
Además, dependiendo de la dosis utilizada, los músculos afectados por la toxina se vuelven flácidos o paralizados y, además del efecto local, como la toxina puede extenderse por los tejidos, otras zonas también pueden verse afectadas, quedando flácidas o incluso paralizadas.
Contraindicaciones
El bótox no se debe realizar en caso de alergia a la toxina botulínica, si se tuvo una reacción alérgica tras un uso previo, durante el embarazo o si presenta una infección en la región donde será aplicada, ni debe ser utilizado por personas que padecen una enfermedad autoinmune, ya que no se sabe cómo reaccionará el cuerpo a la sustancia.