El botulismo es una enfermedad grave causada por la toxina de la bacteria Clostridium botulinum, que provoca síntomas como náuseas, vómitos, caída del párpado superior, visión doble, dificultad para respirar y parálisis de los músculos respiratorios, que pueden poner en peligro la vida.
La bacteria productora de toxina botulínica puede ingresar al organismo a través del consumo de alimentos contaminados o mal conservados, heridas en la piel, alteraciones en la microbiota intestinal o incluso a través de la inyección de Botox en procedimientos estéticos, pudiendo afectar tanto adultos como niños.
El tratamiento del botulismo debe ser realizado lo antes posible por el médico general o infectólogo en el hospital, para evitar que la enfermedad progrese, ya que puede poner en peligro la vida. Por lo tanto, al identificar síntomas de botulismo, debe buscar atención médica de inmediato o acudir al servicio de urgencia más cercano.
Principales síntomas
Los síntomas principales de botulismo son:
- Boca seca;
- Visión doble o borrosa y caída del párpado superior;
- Dolor de cabeza;
- Náuseas, vómitos, cólicos, estreñimiento y/o diarrea;
- Fiebre;
- Vértigo;
- Retención urinaria;
- Dificultad para hablar o tragar, alteración en la voz o dificultad para hablar;
- Debilidad y parálisis de los músculos de las piernas y de los músculos respiratorios.
Los signos y síntomas de botulismo normalmente surgen entre 4 a 36 horas después de que la toxina entra al organismo. Cuanto mayor es la concentración de la toxina en la sangre, los síntomas surgen más pronto.
A medida que la enfermedad progresa, los síntomas se vuelven más graves y debilitantes, principalmente debido a la debilidad de los músculos respiratorios, que produce dificultad respiratoria, pudiendo inclusive causar la muerte debido a la parálisis de estos músculos.
En caso de botulismo infantil, que se caracteriza por la entrada de la bacteria en el organismo y la posterior producción de toxinas, el cuadro clínico puede variar desde estreñimiento leve hasta la muerte súbita. Por esto es importante identificar el botulismo cuando surgen los primeros síntomas para que pueda realizarse el tratamiento lo más rápido posible.
Cómo confirmar el diagnóstico
El diagnóstico del botulismo es realizado por un médico clínico general o infectólogo en el hospital, a través de la evaluación de los síntomas, examen físico, antecedentes de salud, anamnesis alimentaria de los últimos días y la presencia de heridas.
Además, para confirmar el diagnóstico, el médico debe solicitar análisis de sangre, para identificar la presencia de la toxina producida por la bacteria en la sangre, o heces que indiquen la presencia de la bacteria en el cuerpo. Sin embargo, como los resultados de estas pruebas tardan unos días, el tratamiento se inicia inmediatamente en base a la evaluación clínica, si el médico sospecha de botulismo.
Causas de botulismo
El botulismo es causado principalmente por el consumo de alimentos contaminados por la bacteria y su toxina. La principal causa del botulismo infantil es el consumo de miel antes del primer año de vida, ya que a esta edad el sistema inmunológico del bebé aún no está bien desarrollado, por lo que es propenso a infecciones por bacterias oportunistas.
En enlatado o embotellado casero también representa un alto riesgo de infección por Clostridium botulinum, puesto que la presencia de humedad y nutrientes y la ausencia de oxígeno, hacen que la bacteria logre multiplicarse y producir toxinas resistentes a las enzimas digestivas, resultando en una intoxicación alimentaria.
Los vegetales, pescados, frutas y los condimentos son las fuentes alimentarias más comunes. La carne bovina y porcina, los lácteos, y la carne de aves y otros alimentos también pueden contener la bacteria o la toxina botulínica.
Tipos de botulismo
De acuerdo al mecanismo por el que la toxina de la bacteria entra en el organismo, la enfermedad se clasifica en:
- Botulismo alimentario, en el que las personas se contagian de la bacteria al consumir alimentos contaminados o que fueron almacenados de forma incorrecta, y los síntomas generalmente surgen luego de las 12 a 72 horas después de consumir estos alimentos. En algunos casos, los síntomas se pueden iniciar entre las 2 horas hasta 8 días después del consumo de los alimentos contaminados con la toxina;
- Botulismo por herida, en el que el Clostridium botulinum infecta a la persona a través de la contaminación de heridas, principalmente úlceras crónicas, fisuras o heridas causadas por agujas en usuarios de drogas inyectadas. El tiempo de incubación de botulismo por heridas, generalmente, es de 5 a 15 días, siendo que este tipo de botulismo causa también síntomas de infección, como fiebre, por ejemplo;
- Botulismo intestinal, en que la bacteria se fija y multiplica en el intestino, produciendo la toxina y siendo absorbida por el organismo. Este tipo de botulismo es más común en personas a las que se les realiza cirugías intestinales, padecen enfermedad de Crohn o utilizan antibióticos por un tiempo prolongado, el cual altera la microbiota intestinal.
Además de eso, otro tipo de botulismo es el iatrogénico, que a pasar de ser raro, puede ocurrir debido a inyecciones en grandes cantidades de bótox en tratamientos estéticos para las arrugas, o tratamientos médicos para la migraña, por ejemplo.
Cómo se realiza el tratamiento
El tratamiento para el botulismo debe ser realizado en el hospital, por lo general en la unidad de cuidados intensivos, debido a que tiene como objetivo neutralizar la toxina producida por la bacteria en el organismo, siendo importante que la persona sea monitorizada para evitar que la enfermedad progrese.
Normalmente, el tratamiento consiste en la aplicación de un suero antibotulínico, conocido también como antitoxina, debiendo ser realizado lo más pronto posible para que aumenten las probabilidades de cura.
Este suero puede causar reacciones de hipersensibilidad cuando es administrado, siendo este otro de los motivos por el cual el tratamiento debe ser llevado a cabo en el hospital. Además, también se recomienda la realización de un lavado estomacal y un lavado intestinal para eliminar cualquier resto de alimento contaminado.
Medidas de soporte de vida, como el uso de respiradores, monitorización de la función cardíaca, una nutrición adecuada y la prevención en el surgimiento de escaras, también pueden ser parte del tratamiento, debido a que la toxina botulínica puede causar una parada de los músculos cardiorrespiratorios, colocando la vida de la persona en riesgo.
Cómo prevenir la infección
Para prevenir la contaminación por la bacteria Clostridium botulinum es importante tener cuidado con el consumo, distribución y comercialización de alimentos, por lo que es recomendado:
- Evitar la ingesta de alimentos industrializados que presenten líquido en su interior;
- No conservar los alimentos a altas temperaturas;
- Evitar consumir alimentos enlatados, principalmente aquellos que se encuentran abombadas, dañadas o que presenten alteraciones en el olor y en el aspecto;
- Higienizar bien los alimentos antes de consumirlos;
- Hervir durante por lo menos 5 minutos los alimentos en conserva o enlatados antes de consumirse.
No se le debe ofrecer miel al bebé con menos de 2 años de edad, debido a que este alimento es un medio de propagación de las esporas de esta bacteria, pudiendo causarle botulismo al bebé, ya que el sistema inmunológico no se encuentra completamente desarrollado.