La bulimia es un trastorno alimentario grave caracterizado por episodios de atracones, en los que se consume una cantidad excesiva de alimentos en un corto período de tiempo.
Además, también se acompaña de una preocupación desmedida por el aumento de peso, lo que lleva a la realización de comportamientos compensatorios después de comer para evitar engordar, tales como vómitos autoinducidos, uso de laxantes o ejercicio físico excesivo.
Es crucial que al identificar cualquier signo de bulimia, la persona reciba el apoyo de sus familiares y sea evaluada por un equipo multidisciplinario de salud, que incluya médicos, nutricionistas, psiquiatras y psicólogos. Esto es fundamental para mejorar su calidad de vida y evitar complicaciones.
Síntomas de la bulimia
Los principales síntomas de bulimia son:
- Comer a escondidas grandes cantidades de alimentos (atracones);
- Tener comportamientos compensatorios después de los atracones, como vómitos;
- Usar regularmente laxantes, diuréticos o inhibidores del apetito;
- Práctica excesiva de ejercicio después de los atracones;
- Sentimientos de angustia y culpa después de los atracones;
- Inflamación frecuente en la garganta;
- Surgimiento recurrente de caries dentales;
- Dientes desgastados;
- Callosidades en el dorso de la mano;
- Dolor abdominal e inflamación en el sistema gastrointestinal frecuente;
- Menstruación irregular.
Asimismo, también es posible que la persona presente signos y síntomas de deshidratación y desnutrición, que ocurren como consecuencia de los hábitos relacionados con el trastorno, además de depresión, irritabilidad, ansiedad, baja autoestima y necesidad en exceso de controlar las calorías.
Principales causas
La bulimia no tiene una causa definida, sin embargo, muchas veces su ocurrencia suele estar relacionada con el culto al cuerpo, que puede estar influenciado por los medios de comunicación o por el comportamiento de la familia y de amigos cercanos.
Debido a esto, muchas veces las personas con este trastorno interpretan que el cuerpo que poseen no es el ideal y lo "culpan" de su infelicidad, evitando así al máximo el aumento de peso. Para ello, normalmente comen los alimentos que desean, pero inmediatamente, debido al sentimiento de culpa, los eliminan para que no haya aumento de peso.
La mayoría de los casos de bulimia se presentan en mujeres jóvenes, quienes además de una preocupación exagerada por el aumento de peso, pueden también sufrir trastornos de ansiedad, trastorno límite de la personalidad o trastorno depresivo mayor, entre otros.
Diferencia entre bulimia y anorexia
En la bulimia nerviosa la persona normalmente posee un peso adecuado o está ligeramente por arriba del peso ideal, ya que continua alimentándose, a pesar de tener comportamientos compensatorios para evitar la ganancia de peso.
En la anorexia, es normal que la persona esté por debajo del peso considerado ideal, ya que es común que deje de alimentarse correctamente, teniendo varias restricciones alimentarias que reducen acentuadamente la cantidad de calorías ingeridas. Conozca más sobre las diferencias entre bulimia y anorexia.
Consecuencias de la bulimia
Las principales consecuencias y complicaciones de la bulimia para la salud son:
- Reflujo y heridas en el esófago;
- Deshidratación;
- Hinchazón de las mejillas;
- Deterioro de los dientes;
- Depresión y cambios de humor;
- Piel seca, caída del cabello y uñas quebradizas;
- Insomnio, cansancio y debilidad;
- Mal aliento y dolor de garganta;
- Estreñimiento crónico e inflamación intestinal;
- Ausencia de menstruación o alteración del ciclo menstrual;
- Problemas en los huesos, como osteoporosis;
- Espasmos musculares;
- Problemas cardíacos, pulmonares o renales.
Además, el uso frecuente de laxantes incluso puede estar asociado a complicaciones, pues estos también promueven la deshidratación y las inflamaciones del tracto gastrointestinal.
Por lo general, estas consecuencias de la bulimia están relacionadas con los comportamientos compensatorios presentados por la persona, es decir, con las actitudes que toman luego de comer, como el vómito forzado, por ejemplo, pues al inducirlo, además de expulsar los alimentos, también expulsan el ácido presente en el estómago, causando lesiones, heridas e irritaciones en la garganta y el esófago.
La bulimia incrementa el riesgo de mortalidad y estas dependerán del modo y la frecuencia de las conductas de purga. Para evitar el desarrollo de complicaciones, es importante que la bulimia sea diagnosticada y tratada de acuerdo a la orientación del psicólogo, psiquiatra y nutricionista.
Cómo debe ser el tratamiento
Debido al hecho de que la bulimia es un trastorno psicológico y alimentario, es importante que la persona disponga de un seguimiento con un psicólogo y un nutricionista, principalmente, para que se inicie la reeducación alimentaria y se estimule el desarrollo de una relación más saludable con la comida para evitar conductas compensatorias.
Asimismo, muchas veces es necesario tomar suplementos de vitaminas y minerales, así como de algunos medicamentos antidepresivos y/o que ayudan a evitar los vómitos. En casos más graves, puede incluso ser necesario el ingreso a un hospital o a clínicas especializadas en tratamiento de trastornos alimentarios.
1. Terapia cognitivo conductual
Realizar terapia es importante para que el psicólogo pueda identificar el comportamiento de la persona y sugerir otras formas de reemplazar los pensamientos para enfrentar situaciones y sentimientos que puedan estar relacionados con la bulimia; además, también es importante establecer estrategias de conciencia corporal y evitar los comportamientos compensatorios.
Asimismo, las sesiones de terapia también deben tener como objetivo comprender las relaciones personales del paciente o momentos difíciles como pérdidas de seres queridos o grandes cambios en la vida personal o profesional, con el fin de fortalecer las relaciones con familiares y con los amigos, que pueden brindar apoyo para superar la bulimia.
Las sesiones de terapia deben realizarse de 1 a 2 veces por semana y también puede estar indicada la terapia de grupo, ya que en esta situación otras personas que también tienen bulimia o que ya fueron tratadas pueden participar y compartir sus experiencias, promoviendo empatía y estimulando el tratamiento.
2. Seguimiento nutricional
El seguimiento nutricional es fundamental en el tratamiento de la bulimia y es realizado con el fin de aclarar dudas sobre la alimentación y las calorías de los alimentos, mostrando cómo elegir aquellos más saludables para favorecer el control o la pérdida de peso sin poner en riesgo la salud, además de fomentar una relación saludable con la comida.
De esta manera, el nutricionista elabora un plan alimenticio para la persona, respetando sus preferencias y estilo de vida, que promueva el correcto desarrollo y el buen funcionamiento del organismo. Asimismo, el plan alimenticio se realiza tomando en consideración cualquier deficiencia nutricional, y en algunos casos puede estar indicado el uso de suplementos de vitaminas y minerales, por ejemplo.
3. Medicamentos
El uso de medicamentos sólo está indicado cuando, durante la terapia, el psicólogo determina que la bulimia está relacionada con otro trastorno psicológico, como depresión o ansiedad, por ejemplo.
En estos casos, la persona es referida con un psiquiatra para que pueda realizar una nueva evaluación y sea indicado el medicamento más adecuado, que generalmente es con antidepresivos inhibidores de la recaptación de serotonina (ISRS), como fluoxetina, que ayudan a disminuir los atracones y los comportamientos compensatorios, además de los síntomas depresivos.
Es importante que la persona haga uso del medicamento de acuerdo con la recomendación del psiquiatra, aparte de consultas regulares, ya que así es posible que se pueda verificar la respuesta al tratamiento y se puedan realizar ajustes en las dosis de los medicamentos.