Una bola en la encía puede surgir debido a alguna inflamación o infección en la encía o en el diente, como en el caso de la periodontitis o una caries muy profunda no tratada. Asimismo, también puede surgir debido a aftas o a un mucocele, por ejemplo.
Por lo general, la presencia de un bulto en la encía no causa ningún otro síntoma; sin embargo, también puede surgir sangrado en la encía, hinchazón, fiebre, dificultad para abrir la boca, dolor o mal aliento persistente.
Es importante consultar al odontólogo para que sea identificada la causa de la bola en la encía e iniciado el tratamiento más adecuado, pudiendo recomendarse mejorar los hábitos de higiene de la boca, además del uso de antibióticos, en ciertos casos.
Principales causas de bola en la encía
Las posibles causas de bolas en la encía incluyen:
1. Infección
Una infección en la boca puede provocar el surgimiento de abscesos, los cuales pueden verse como una bola en la encía, siendo normalmente un intento del cuerpo de eliminar la causa de la infección.
Esta infección por lo general es el resultado de la acumulación de restos de alimentos en los dientes y falta de una adecuada higiene bucal, lo que hace que las bacterias presentes en la boca proliferen, pudiendo dar como resultado la formación de caries y de cálculo dental.
Cómo quitar: la forma más eficaz de evitar el surgimiento de bolas en la encía debido a infecciones que son el resultado de la acumulación de restos de alimentos en la boca, por ejemplo, es el correcto cepillado dental. Se recomienda que los dientes y la lengua sean cepillados mínimo 3 veces al día y sea utilizado hilo dental para remover los restos de comida que se quedan entre los dientes, además del uso de enjuague bucal. Vea cómo cepillarse los dientes correctamente.
2. Aftas
Las aftas pueden surgir en cualquier zona de la boca, incluyendo la encía, lo que causa dolor y molestias para hablar y masticar, y pueden aparecer debido a baja inmunidad, uso de aparatos dentales o alimentos muy ácidos, por ejemplo. Conozca otras causas de aftas.
Cómo quitar: para aliviar el dolor y las molestias ocasionadas por la presencia de un afta en la encía, se puede realizar enjuagues de agua con sal, por ejemplo, pues esto favorece la cicatrización y reduce el riesgo de infección. Sin embargo, en caso de que las aftas no desaparezcan al cabo de unas semanas o surjan otros síntomas asociados, lo más indicado es acudir al odontólogo, pues puede ser indicativo de otras situaciones, como enfermedad de Crohn o síndrome de Sjögren.
3. Mucocele
El mucocele es un quiste de moco benigno que ocurre debido a la obstrucción de las glándulas salivales o traumas en la boca, ocasionando la formación de una bola que contiene saliva en su interior, siendo más frecuente en los labios, pero también puede afectar más raramente la encía, paladar, lengua o la parte interna de la mejilla.
El mucocele no es grave y generalmente no ocasiona dolor, a menos que haya alguna otra lesión asociada.
Cómo quitar: el bulto normalmente desaparece en pocos días, no siendo necesario tratamiento. Sin embargo, cuando crece mucho o no desaparece en dos semanas, es importante acudir al dentista para que pueda ser removido por medio de un pequeño procedimiento quirúrgico para eliminar la glándula salival y reducir la hinchazón. Conozca cómo es realizada la remoción del mucocele.
4. Fístula dental
Una fístula dental se forma como intento del cuerpo de eliminar una infección, lo que da como resultado la formación de una bola que puede liberar pus en el tejido de la boca o en la encía.
Cómo quitar: en el caso de una fístula dental, lo mejor es acudir al odontólogo para que esta sea evaluada y sea realizado el mejor tratamiento para prevenir el empeoramiento de la infección, siendo normalmente realizada una limpieza bucal para eliminar la posible causa de la fístula, o un tratamiento en el diente, en caso de que esta se deba a una caries avanzada; además, también puede ser indicado el uso de antibióticos.
De esta forma, es importante que la higiene bucal sea realizada de forma correcta, mediante el cepillado dental, el uso del hilo dental y enjuague bucal.
5. Gingivitis y periodontitis
La gingivitis es una inflamación en la encía normalmente causada por la acumulación de placa dental o de cálculo en el surco gingival, debido a la mala higiene oral. Los primeros síntomas son enrojecimiento de la encía, sangrado al cepillarse los dientes y mal aliento persistente.
Cuando la gingivitis no es tratada, esta puede avanzar a periodontitis, que es cuando se ven afectados los tejidos que dan soporte a los dientes, como el ligamento periodontal y el hueso alveolar, provocando su destrucción y pérdida ósea, lo que puede ocasionar un absceso periodontal, que es una bola llena de pus.
Cómo quitar: se debe consultar al odontólogo para que sea realizada una evaluación, diagnosticada la gingivitis o periodontitis y realizado el tratamiento más adecuado, que consiste en remover por completo todo el cálculo acumulado. De esta forma, es importante mantener una buena higiene bucal mediante el correcto cepillado de los dientes, con un cepillo suave o eléctrico, y utilizar hilo dental diariamente. Asimismo, en el caso de la periodontitis, el odontólogo puede indicar el uso de antibióticos o incluso cirugía. Vea más sobre el tratamiento de la periodontitis.
6. Caries profunda
La caries profunda puede afectar la pulpa del diente y formar un absceso periapical, que es una bola llena de pus en la punta de la raíz del diente, lo que puede convertirse en una fístula que aparece en el fondo de la encía.
Cómo quitar: el tratamiento de la caries debe ser llevado a cabo por el odontólogo a través de un tratamiento de conducto, y puede ser indicado el uso de antibióticos antes de hacer el procedimiento. En ciertos casos, puede ser necesaria la remoción del diente afectado.
7. Pénfigo vulgar
El pénfigo vulgar es una enfermedad autoinmune rara en la que el sistema inmunitario produce anticuerpos que atacan y destruyen las células de la mucosa de la boca, formando ampollas o heridas en la encía, parte interna de las mejillas, paladar, lengua o garganta, las cuales causan dolor y ardor, y al desaparecer, dejan manchas oscuras que permanecen durante varios meses.
Por lo general, las ampollas inician en la boca o en la garganta y muchas veces son confundidas con aftas; sin embargo, estas luego pueden aparecer en la piel y en las mucosas como nariz, ojos, órganos genitales, ano o esófago. Estas bolas pueden romperse y ocasionar el surgimiento de úlceras.
Cómo quitar: el pénfigo es una enfermedad grave que requiere de ser tratada, razón por la cual, al surgir los primeros síntomas de la enfermedad, es importante consultar al médico general o dermatólogo para que pueda ser iniciado el tratamiento, el cual suele ser llevado a cabo con el uso de corticosteroides, inmunosupresores o antibióticos.