Qué es:
La buspirona es un ansiolítico indicado para el tratamiento del trastorno de ansiedad generalizada o el alivio de los síntomas de ansiedad, asociada o no a depresión, como nerviosismo, tensión, miedo, preocupación constante o dificultad para dormir, por ejemplo.
Este medicamento puede encontrarse en farmacias convencionales en forma de tabletas o comprimidos de clorhidrato de buspirona de 5 mg o 10 mg, bajo los nombres comerciales Paxon, Relax, Ansial, Buspar, entre otros.
La buspirona siempre debe ser empleada bajo indicación médica y es vendida solo con prescripción y retención de receta por parte de la farmacia.
Para qué sirve
La buspirona está indicada para el tratamiento de trastornos de ansiedad como:
- Trastorno de ansiedad generalizada;
- Ansiedad, acompañada o no de depresión.
De esta manera, la buspirona ayuda a aliviar los síntomas de la ansiedad como miedo constante, tensión, irritabilidad, dificultad para dormir o falta de concentración, por ejemplo.
Vea cómo reconocer los síntomas de la ansiedad.
En qué dosis usar
La buspirona debe tomarse por vía oral, con un vaso de agua, antes o después de las comidas, de acuerdo con las indicaciones del médico.
La dosis inicial que suele ser recomendada para adultos es de 1 tableta o comprimido de 5 mg, 3 veces al día. Esta dosis puede ser alterada por el médico cada dos o tres días, hasta una dosis máxima de 60 mg al día.
La posología de la buspirona debe ser adaptada por el médico de forma individual, de acuerdo con cada caso, evaluando la gravedad de los síntomas y la respuesta al tratamiento. En el caso de personas que estén bajo tratamiento con itraconazol o nefazodona, las dosis deben ser reducidas.
La duración del tratamiento con la buspirona también varía de acuerdo con la evaluación médica, soliendo ser indicado como mínimo 3 a 4 semanas de tratamiento. Es importante no parar el tratamiento por cuenta propia y sin indicación del médico.
Posibles efectos secundarios
Los efectos secundarios más comunes de la buspirona incluyen hormigueo, mareos, dolores de cabeza, nerviosismo, somnolencia, cambios de humor, palpitaciones, náuseas, vómitos, dolor abdominal, estreñimiento, insomnio, depresión, ira y cansancio.
La buspirona puede causar reacciones alérgicas graves que requieren de atención médica inmediata. Por esta razón, siempre se debe interrumpir el tratamiento y acudir al centro de urgencias más cercano al presentar síntomas como dificultad para respirar, sensación de garganta cerrada, urticaria o hinchazón en la boca, lengua o rostro.
Conozca cómo identificar los síntomas de una reacción alérgica.
Contraindicaciones
La buspirona no debe ser empleada en niños o adolescentes menores de 18 años de edad, personas con antecedentes familiares de crisis convulsivas, epilepsia, intoxicación por alcohol, insuficiencia hepática o renal grave ni en aquellas que estén bajo tratamiento con medicamentos ansiolíticos y antidepresivos.
Asimismo, este medicamento debe ser utilizado con precaución en situaciones de glaucoma de ángulo estrecho o cerrado, miastenia gravis, dependencia a drogas e intolerancia a la galactosa.
Durante el embarazo o la lactancia, la buspirona solo debe ser usada bajo indicaciones médicas.
Este medicamento tampoco debe ser utilizado por personas que están bajo tratamiento con medicamentos inhibidores de la monoaminooxidasa (IMAO), como isocarboxazida, fenelzina o tranilcipromina, por ejemplo, debiendo esperar al menos 14 días luego de terminado el tratamiento con los IMAO para iniciar el uso de buspirona.
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