El cáncer de tiroides es un tumor que surge en la glándula tiroides y que, en los estadios iniciales, causa el surgimiento de un nódulo en el cuello, que cuanto más agresivo, puede aumentar de tamaño rápidamente y causar otros síntomas como ronquido y/o dificultad para deglutir.
El diagnóstico de cáncer de tiroides generalmente se realiza con ultrasonido de tiroides y aspiración con aguja fina (PAAF), sin embargo, exámenes como tomografía o resonancia magnética también pueden indicarse. Cuando se confirma, el tratamiento generalmente incluye la remoción del tumor por medio de cirugía.
En caso de sospecha de cáncer de tiroides es importante consultar a un médico general o endocrinólogo para una evaluación detallada, ya que cuando el tratamiento se realiza adecuadamente, el cáncer de tiroides tiene cura en la mayoría de los casos.
Principales síntomas
Los síntomas que pueden indicar el desarrollo de cáncer de tiroides son:
- Nódulo o una bolita en el cuello;
- Inflamación en el cuello;
- Ronquera;
- Dificultad para respirar;
- Ganglios inflamados en el cuello;
- Dificultad para deglutir.
Sin embargo, el cáncer de tiroides generalmente causa pocos síntomas en la fase inicial, siendo que el surgimiento de un nódulo o hinchazón en el cuello tiende a ser el único síntoma en esta etapa, el cual puede pasar desapercibido.
En caso de sospecha de cáncer de tiroides es importante consultar a un médico general o endocrinólogo para que realice una evaluación más detalla e inicie el tratamiento más apropiado.
Cómo se realiza el diagnóstico
El diagnóstico de cáncer de tiroides generalmente es realizado por el médico general o endocrinólogo, que puede indicar exámenes de sangre, como medición de TSH y T4 libre, además de ultrasonido de tiroides.
Sin embargo, para confirmar el diagnóstico de cáncer, se utiliza la punción por aspiración de aguja fina (PAAF) del nódulo, ya que permite identificar la presencia de células malignas en la glándula. Conozca más cómo se realiza la PAAF y su resultado.
Además, también pueden indicarse exámenes de imagen como la tomografía computarizada o resonancia magnética, principalmente si hay sospecha de cáncer en otras partes del cuerpo.
Tipos de cáncer de tiroides
Los principales tipos de cáncer de tiroides son:
- Carcinoma papilar: este tipo de cáncer de tiroides es el más común y el más fácil de tratar;
- Carcinoma folicular: este cáncer es menos frecuente que el papilar, pero también suele tener un buen pronóstico;
- Carcinoma medular: es raro y generalmente causa un nódulo en la tiroides, pero el tratamiento puede ser complicado debido a la presencia de metástasis;
- Carcinoma anaplásico: es muy raro y muy agresivo, teniendo pocas posibilidades de cura.
Aunque el diagnóstico del tipo de cáncer de tiroides ayude en la elección del tratamiento más adecuado, otros factores también son evaluados como el crecimiento del tumor y presencia de metástasis.
Cómo se realiza el tratamiento
El tratamiento del cáncer de tiroides generalmente es orientado por el endocrinólogo u oncólogo que toma en consideración el tipo de cáncer, su tamaño y la presencia de metástasis, y generalmente incluye la remoción del tumor por medio de cirugía. Vea cómo se realiza la cirugía de tiroides.
Además de la cirugía, la terapia con yodo radioactivo y la hormona tiroides generalmente son indicados para complementar el tratamiento. Asimismo, la quimioterapia y radioterapia también pueden ser indicados, especialmente en los casos de tumores más avanzados y que no respondieron bien a los tratamientos iniciales.
¿El cáncer de tiroides tiene cura?
En algunos casos, el cáncer de tiroides puede curarse, principalmente cuando se diagnostica en estadios iniciales, sin embargo, el éxito del tratamiento generalmente depende del tamaño del tumor, presencia de metástasis y la relación de otros órganos, vasos sanguíneos y nervios cercanos.
Además, dependiendo del tipo de cáncer, el tratamiento puede ser más complicado, como en el caso del carcinoma anaplásico, que incluso siendo diagnosticado en estadios tempranos, no logra ser tratado adecuadamente debido a su agresividad.
Recuperación y acompañamiento
Normalmente, la persona puede regresar a sus tareas habituales el día después de la cirugía, sin embargo, es importante evitar deportes y esfuerzos por alrededor de 10 días a 2 semana. Posterior a la cirugía, pueden surgir alteraciones como dificultad para deglutir, ronquidos e hipoparatiroidismo, sin embargo estos son transitorios. Conozca qué es el hipoparatiroidismo y sus síntomas.
Además, durante el acompañamiento médico generalmente se indican exámenes para evaluar la efectividad de la cirugía de remoción del tumor, así como ultrasonido de cuello y medición de la calcitonina, tiroglobulina o antígeno carcinoembrionario (CEA) en la sangre, los cuales puede repetirse regularmente. Conozca más para qué sirve el CEA y sus valores normales.