La caquexia es un síndrome metabólico grave caracterizado por una pérdida extrema de peso y masa muscular y/o grasa, asociado a la disminución del apetito y deficiencias nutricionales que no pueden corregirse incluso con una alimentación adecuada, lo que requiere un tratamiento especializado.
Este síndrome es más común en personas con enfermedades crónicas, como el cáncer, la infección por el virus VIH, aquellos que han sufrido un accidente o quienes padecen enfermedades cardiovasculares, como la insuficiencia cardíaca, por ejemplo.
El tratamiento de la caquexia debe ser guiado por un equipo multidisciplinario, que puede incluir fisioterapeutas, psicólogos, médicos y nutricionistas. Estos profesionales pueden recomendar ejercicios específicos, una dieta personalizada y, en algunos casos, medicamentos como hormonas, antiinflamatorios y esteroides, dependiendo de la gravedad de la condición.

Principales síntomas
Los principales síntomas de la caquexia son:
- Pérdida de peso grave;
- Pérdida de apetito o saciedad precoz;
- Debilidad, cansancio excesivo o falta de energía;
- Pérdida de masa muscular y/o grasa corporal;
- Boca seca o alteración del gusto;
- Vómitos o diarrea.
La caquexia también puede causar deficiencias nutricionales, anemia o debilitamiento del sistema inmunológico.
En los niños, puede interferir en el crecimiento y desarrollo adecuado, provocando retrasos en el desarrollo físico e incluso cognitivo, dependiendo de la gravedad de la condición.
Es importante consultar al endocrinólogo, nutrólogo, médico general o pediatra siempre que surjan síntomas de caquexia para que se identifique su causa y se inicie el tratamiento específico para evitar complicaciones.
Cómo se realiza el diagnóstico
El diagnóstico de la caquexia se realiza por el endocrinólogo, nutrólogo, médico general o pediatra mediante la evaluación de los síntomas, historial de salud, examen físico y pruebas de laboratorio.
¿Cómo se detecta la caquexia?
La caquexia se detecta cuando hay una pérdida de peso de al menos el 5% en 12 meses o cuando la persona tiene un índice de masa corporal (IMC) inferior a 20 kg/m² asociado a una enfermedad crónica.
Además, se deben considerar los resultados de los exámenes de laboratorio, como los niveles de albúmina en la sangre, transferrina y proteína C reactiva (PCR), por ejemplo.
La caquexia se clasifica según el porcentaje de peso perdido en el último año, siendo considerada leve cuando hay una pérdida de aproximadamente el 5%, moderada al 10% y grave al 15%, siendo importante que la evaluación sea realizada por un médico y un nutricionista.
Causas de caquexia
La caquexia es causada por el aumento persistente del metabolismo basal del cuerpo y la pérdida del apetito, lo que lleva a una menor ingesta de calorías y proteínas, provocando la pérdida de masa muscular, con o sin pérdida de grasa.
La pérdida del apetito generalmente está relacionada con la resistencia a la insulina y al aumento de sustancias inflamatorias en el cuerpo, como las citoquinas, y la disminución de glucagón, cortisol y catecolaminas.
Además, algunos hormonas también pueden tener sus niveles disminuidos, como la testosterona, grelina o la hormona de crecimiento, por ejemplo.
Quién tiene mayor riesgo
Los principales factores que aumentan el riesgo de caquexia son:
- Cáncer;
- Enfermedades cardiovasculares, como insuficiencia cardíaca congestiva (ICC);
- Insuficiencia renal o problemas hepáticos;
- Tuberculosis o EPOC (enfermedad pulmonar obstructiva crónica);
- Infecciones crónicas o SIDA;
- Fibrosis quística;
- Inanición
Además, la caquexia puede ser causada por leishmaniasis visceral, artritis reumatoide, ACV o alteraciones neurológicas, como la enfermedad de Alzheimer o demencia en estados avanzados.
Otras causas de caquexia son la intoxicación y las quemaduras graves, por ejemplo.
Tipos de caquexia
Los principales tipos de caquexia son:
1. Caquexia crónica
La caquexia crónica se presenta en personas mayores, siendo principalmente causada por el desarrollo de enfermedades crónicas.
De este modo, los adultos mayores con cáncer, enfermedades respiratorias, renales, cardíacas o hepáticas tienen un mayor riesgo de desarrollar este tipo de caquexia.
Además, una mala alimentación, los trastornos alimentarios o el envejecimiento natural del cuerpo pueden provocar una deficiente absorción de nutrientes o pérdida de apetito, lo que incrementa el riesgo de padecer caquexia crónica.
2. Caquexia cancerosa
La caquexia cancerosa o neoplásica puede surgir en personas con cáncer, por lo que también se le llama caquexia del cáncer.
Generalmente, este tipo de caquexia aparece en las etapas más avanzadas del cáncer o en cáncer terminal.
3. Caquexia cardíaca
La caquexia cardíaca normalmente está relacionada con la insuficiencia cardíaca congestiva (ICC).
Este tipo de caquexia puede ocurrir debido a la propia enfermedad cardíaca, el uso de medicamentos para su tratamiento o la mala absorción intestinal, por ejemplo.
Tratamientos para la caquexia
El tratamiento de la caquexia debe ser realizado por un equipo multidisciplinario, que puede incluir endocrinólogos, nutrólogos, médicos generales y/o pediatras, con el objetivo de aumentar el apetito, reducir las sustancias inflamatorias en el cuerpo y mejorar la calidad de vida de la persona.
Los principales tratamientos para la caquexia son:
1. Nutrición adecuada
La nutrición adecuada es fundamental en el tratamiento de la caquexia y debe ser supervisada por un nutricionista o nutrólogo.
De este modo, la dieta para la caquexia debe aumentar progresivamente la ingesta de calorías, incluyendo proteínas, carbohidratos, ácidos grasos, vitaminas y minerales esenciales para el buen funcionamiento del organismo.
Este aumento de las calorías debe ser gradual para evitar el síndrome de realimentación, que es una condición potencialmente grave que puede ocurrir cuando alguien que estaba en ayuno o con ingesta alimentaria inadecuada comienza a alimentarse nuevamente de manera abrupta y en grandes cantidades.
Lea también: Síndrome de realimentación: qué es, síntomas y tratamiento tuasaude.com/es/sindrome-de-realimentacionSin embargo, la dieta para la caquexia no puede revertir el estado metabólico ni la reposición de masa muscular, pero ayuda a reparar los tejidos y fortalecer el sistema inmunológico.
2. Suplementos nutricionales
Cuando la persona con caquexia presenta deficiencias nutricionales graves, además de una alimentación adecuada, el médico o nutricionista puede recomendar el uso de suplementos nutricionales.
Estos suplementos varían según el tipo de deficiencia nutricional que la persona tenga.
Lea también: Dieta polimérica: para qué sirve, tipos y cómo preparar tuasaude.com/es/dieta-polimerica3. Nutrición enteral o parenteral
En casos más graves, el médico puede recomendar nutrición enteral, realizada a través del uso de sonda nasogástrica o nasoentérica, o nutrición parenteral, que implica la administración de nutrientes directamente en la vena.
4. Ejercicios físicos
Se pueden recomendar ejercicios físicos para la caquexia con el fin de reducir la pérdida de masa muscular.
Además, los ejercicios físicos ayudan a mejorar la resistencia a la insulina, reducen la inflamación y el estrés oxidativo en el cuerpo.
Los ejercicios físicos pueden combinarse con el uso de suplementos nutricionales, como los aminoácidos de cadena ramificada (BCAA), según la orientación del médico o nutricionista.
5. Fisioterapia
La fisioterapia para la caquexia es importante para evitar la pérdida excesiva de masa muscular, además de estimular el movimiento, ya que en la caquexia la persona puede perder la habilidad motora.
La fisioterapia también contribuye a mantener la fuerza muscular, mejorar la flexibilidad y prevenir complicaciones secundarias, como lesiones por inmovilización y problemas respiratorios, que pueden surgir debido a la debilidad muscular.
Con ejercicios adecuados y supervisados por un fisioterapeuta, es posible mejorar la calidad de vida de la persona.
6. Medicamentos para la caquexia
Los medicamentos para la caquexia, como el acetato de megestrol, hormona de crecimiento o corticoides, por ejemplo, pueden ser indicados por el médico para aumentar el apetito.