12 causas de la obesidad (y qué hacer)

La obesidad es causada por un conjunto de factores genéticos, hormonales, ambientales y hábitos de vida, como consumir más calorías de las que se gastan, no practicar actividad física o tener desequilibrios hormonales.

Estos factores pueden resultar en la acumulación de grasa en el cuerpo, aumento del apetito y/o disminución del metabolismo, pudiendo afectar a personas de cualquier edad, incluidas las niñas y los niños. Vea cómo a identificar la obesidad infantil.

La obesidad puede aumentar el riesgo de problemas de salud, como diabetes, enfermedades cardiovasculares, presión arterial alta o incluso cáncer, por lo que se debe consultar a un endocrinólogo para evaluar el estado de salud y seguir una dieta orientada por un nutricionista

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Principales causa de obesidad

Las principales causas de la obesidad son:

1. Alimentación rica en azúcares, grasas y carbohidratos

El azúcar, la grasa y los carbohidratos son alimentos ricos en calorías, que se utilizan como fuente de energía para el cuerpo.

Sin embargo, cuando se consumen en exceso, se almacenan en forma de grasa, favoreciendo el aumento de peso y el desarrollo de la obesidad.

Qué hacer: realizar cambios en la dieta, incluyendo una alimentación balanceada y rica en frutas, verduras, hortalizas, fibras y agua, según las indicaciones del médico y del nutricionista.

Vea en el video a continuación como perder peso de forma saludable:

Pérdida de peso 1 kg a la semana sin pasar hambre

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2. Estilo de vida sedentario

El estilo de vida sedentario se caracteriza por poca o ninguna actividad física, siendo una de las principales causas de obesidad.

Lea también: Sedentarismo: qué es, causas, consecuencias y cómo combatirlo tuasaude.com/es/sedentarismo

Esto lleva a una acumulación de grasa en el cuerpo y al desarrollo de la obesidad, especialmente cuando no existe un equilibrio entre la cantidad de alimentos consumidos y las calorías gastadas por día.

Qué hacer: se recomienda realizar entre 150 y 300 minutos de ejercicio físico moderado por semana para perder peso, combinado con una dieta balanceada.

Es fundamental contar con una evaluación médica antes de comenzar los ejercicios para evaluar el estado de salud, además de recibir orientación de un entrenador físico para evitar lesiones. 

3. Predisposición genética

La predisposición genética también es una causa de obesidad, especialmente cuando los padres son obesos. Se han identificado en investigaciones más de 15 genes relacionados con la obesidad.

Lea también: Obesidad: qué es, causas, tipos, síntomas y cómo prevenir tuasaude.com/es/obesidad

Las probabilidades de desarrollar obesidad son de aproximadamente un 80% cuando ambos padres son obesos, disminuyendo al 40% cuando solo uno de los padres lo es.

Qué hacer: la genética puede contribuir a la obesidad, sin embargo, los hábitos de vida saludables, como la práctica diaria de ejercicio y una alimentación baja en grasas, pueden ayudar a evitar la acumulación de grasa en el cuerpo.

En algunos casos, el endocrinólogo puede recomendar el uso de medicamentos para perder peso o la realización de una cirugía bariátrica, por ejemplo. Vea cómo es el tratamiento de la obesidad.

3. Falta de actividad física

La falta de actividad física es una de las principales causas de la obesidad, especialmente cuando no existe un equilibrio entre lo que una persona come y las calorías que quema al día, lo que ocasiona la acumulación de grasa en el cuerpo.

La práctica de actividades físicas, como caminar o nadar, por ejemplo, es fundamental para combatir la obesidad, ya que ayuda a aumentar el metabolismo del organismo, favoreciendo el gasto energético y la quema de calorías, facilitando la pérdida de peso.

Qué hacer: lo ideal para bajar de peso es realizar entre 150 a 300 minutos de actividad física a la semana, y es fundamental contar con una evaluación médica antes de iniciar los ejercicios para evaluar el estado de salud, además de contar con la orientación de un educador físico o entrenador personal para evitar lesiones, como una tendinitis o una distensión muscular. Vea cuáles son los mejores ejercicios para bajar de peso.

4. Alteraciones en los niveles de leptina y grelina

Las alteraciones en los niveles de leptina y grelina también pueden contribuir al desarrollo de la obesidad.

La leptina y la grelina son dos hormonas importantes para regular el apetito. Cuando su funcionamiento no está debidamente regulado, la persona puede sentir más hambre de lo normal. Vea cómo la leptina y la grelina influyen en el apetito.

Qué hacer: se debe evitar el consumo de alimentos ricos en azúcar, comidas muy grasosas, productos enlatados y procesados, y seguir una dieta balanceada indicada por el nutricionista, además de practicar ejercicio físico regularmente.

5. Estrés excesivo

El estrés excesivo provoca un aumento en la producción de cortisol, una hormona que ayuda al cuerpo a responder a situaciones de estrés.

Lea también: Cortisol alto: síntomas y tratamiento tuasaude.com/es/cortisol-alto

Sin embargo, cuando los niveles de cortisol son muy altos, puede haber acumulación de grasa y un metabolismo más lento, favoreciendo la obesidad.

Qué hacer: es importante adoptar medidas para reducir el estrés, como practicar actividades físicas o tener un pasatiempo. Vea algunas formas de combatir el estrés.

Si el estrés es intenso, se debe acudir a un psiquiatra o médico general que pueda recomendar el tratamiento más adecuado.

6. Depresión o ansiedad

La depresión o la ansiedad son trastornos psicológicos que pueden alterar el apetito, haciendo que la persona sienta más hambre.

En estos casos, es común que se consuma más azúcar, carbohidratos o alimentos ultraprocesados, como una forma en que el cerebro intenta aumentar los niveles de serotonina.

Esto puede contribuir al desarrollo de la obesidad, y las personas con ansiedad o depresión suelen realizar menos actividad física.

Qué hacer: el tratamiento de la depresión o la ansiedad debe hacerse bajo la orientación de un psiquiatra, quien puede recomendar psicoterapia y/o antidepresivos.

Es fundamental practicar actividades físicas, no solo para perder peso, sino también para aumentar la liberación de endorfinas, mejorando el bienestar físico y mental.

7. Dietas restrictivas

Las dietas restrictivas pueden llevar a una pérdida de peso a corto plazo, pero también pueden alterar el metabolismo y aumentar el apetito cuando se interrumpen.

Al regresar a una dieta normal, existe la tendencia a comer más como respuesta al "estrés" provocado por la restricción de alimentos, lo que en algunos casos puede llevar a la compulsión alimentaria. Vea qué es el trastorno alimentario compulsivo.

Por ello, las dietas restrictivas pueden favorecer el efecto rebote y el desarrollo de la obesidad a largo plazo.

Qué hacer: se debe evitar hacer dietas restrictivas y acudir a un nutricionista para iniciar una dieta balanceada y nutritiva, modificando los hábitos alimentarios a largo plazo para lograr un adelgazamiento saludable y sostenible.

8. Mala calidad del sueño

Dormir mal o no dormir al menos 8 horas por noche puede disminuir los niveles hormonales, como la leptina y la hormona del crecimiento (GH), que se producen principalmente durante el sueño.

Cuando estos niveles hormonales disminuyen, el metabolismo basal baja y aumenta el hambre, lo que lleva a consumir más calorías y gastar menos, incrementando el riesgo de obesidad.

Además, el cansancio y el estrés por no dormir entre 8 y 9 horas por noche elevan los niveles de cortisol, lo que también contribuye a la obesidad.

Qué hacer: se debe mejorar la higiene del sueño creando un ambiente propicio para el descanso, evitando el consumo de bebidas con cafeína por la noche y dejando de usar el celular o tablet al menos 30 minutos antes de dormir para favorecer el sueño.

Lea también: Cómo dormir rápido (en 8 pasos) tuasaude.com/es/como-dormir-rapido

9. Alteraciones hormonales

Las alteraciones hormonales rara vez son la única causa de la obesidad.

Sin embargo, algunas condiciones pueden aumentar el riesgo de obesidad, como el síndrome de Cushing, hipotiroidismo, síndrome de ovarios poliquísticos, hipogonadismo, deficiencia de hormonas de crecimiento, insulinoma e hiperinsulinismo.

Qué hacer: consultar al endocrinólogo para recibir el tratamiento adecuado para la condición hormonal y seguir una dieta de reeducación alimentaria, además de realizar ejercicio físico diario.

10. Uso de medicamentos

El uso de algunos medicamentos puede contribuir a la obesidad, ya que alteran las señales de hambre en el cerebro, lo que puede aumentar el apetito.

Ejemplos de estos medicamentos incluyen antidepresivos, corticoides, antipsicóticos, anticonceptivos hormonales, medicamentos para la presión arterial o incluso insulina.

Qué hacer: es importante no interrumpir ningún tratamiento sin la orientación médica y consultar con el médico la posibilidad de cambiar el medicamento por otro.

11. Dejar de fumar

Dejar de fumar trae muchos beneficios al organismo y ayuda a prevenir diversos tipos de cáncer.

Sin embargo, la mayoría de las personas que dejan de fumar aumentan de peso, ya que la nicotina del cigarrillo tiene un efecto reductor del apetito, lo que puede contribuir a la obesidad.

Qué hacer: para evitar el aumento de peso al dejar de fumar, se debe optar por alimentos saludables y bajos en calorías, además de realizar actividades físicas regularmente.

La psicoterapia también puede ayudar a controlar la ansiedad y evitar el consumo excesivo de calorías durante el día.

12. Embarazo

Debido a las alteraciones hormonales durante el embarazo, junto con la ansiedad y el mito de "comer por dos", la mujer embarazada puede ganar mucho peso y desarrollar obesidad.

La obesidad durante el embarazo puede conllevar varios riesgos, como preeclampsia, diabetes gestacional, aborto espontáneo o tromboembolismo pulmonar.

Lea también: Dieta para embarazadas: qué comer para evitar el exceso de peso tuasaude.com/es/dieta-para-embarazadas

Qué hacer: se debe llevar una alimentación balanceada que proporcione los nutrientes necesarios para el desarrollo del bebé, según las indicaciones del obstetra.

Además, es recomendable comer pequeñas porciones cada 2 o 3 horas y realizar actividades físicas permitidas por el médico.

Qué no funciona para bajar de peso

La principal estrategia que no funciona para bajar de peso es seguir una dieta de moda, ya que son muy restrictivas, difíciles de seguir y, aunque la persona pierda peso rápidamente, es probable que lo recupere igual de rápido.

Lea también: Cómo evitar el efecto rebote (y por qué ocurre) tuasaude.com/es/efecto-rebote

Estas dietas suelen eliminar muchos nutrientes, lo que puede enfermar a la persona, dejarla sin energía e incluso desnutrida.

Por ello, lo más recomendado es realizar una reeducación alimentaria bajo la orientación de un nutricionista.

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