Qué son:
Las células madre son células que pueden diferenciarse en varios tipos de células en el cuerpo, durante la fase de formación del embrión y también durante el crecimiento y la vida adulta, ya que tienen capacidad de autorrenovación, dando como resultado células especializadas responsables de funciones específicas en el cuerpo.
Por esto, las células madre son capaces de diferenciarse en células sanguíneas, musculares, cardíacas, óseas o del sistema nervioso central, por ejemplo, constituyendo diversos tejidos corporales con funciones especializadas.
Debido a su capacidad de autorrenovación y diferenciación, las células madre se pueden utilizar en el tratamiento de diversas enfermedades, como la enfermedad de Alzheimer, la enfermedad de Parkinson, la mielofibrosis, la talasemia o la anemia de células falciformes, por ejemplo.
Para qué sirven las células madre
Las células madre sirven para tratar una variedad de enfermedades, tales como:
- Enfermedades metabólicas tales como obesidad, diabetes, enfermedad hepática, leucodistrofia metacromática, síndrome de Günther, adrenoleucodistrofia, enfermedad de Krabbe y síndrome de Niemann Pick;
- Inmunodeficiencias tales como hipogammaglobulinemia, artritis reumatoide, enfermedad granulomatosa crónica y síndrome linfoproliferativo ligado al cromosoma X;
- Hemoglobinopatías, que son trastornos relacionados con la hemoglobina, como la talasemia y la anemia de células falciformes;
- Deficiencias relacionadas con la médula ósea, que es el sitio donde se producen las células madre, como la anemia aplásica, enfermedad de Fanconi, anemia sideroblástica, síndrome de Evans, hemoglobinuria paroxística nocturna, dermatomiositis juvenil, xantogranuloma juvenil y la enfermedad de Glanzmann;
- Enfermedades oncológicas tales como leucemia linfoblástica aguda, leucemia mieloide crónica, enfermedad de Hodgkin, mielofibrosis, leucemia mieloide aguda y tumores sólidos.
Además de estas enfermedades, el tratamiento con células madre también puede ser beneficioso en casos de osteoporosis, cardiopatías, Alzheimer, Parkinson, displasia del timo, traumatismo craneoencefálico y anoxia cerebral, por ejemplo.
Debido al avance de la investigación científica, el tratamiento con células madre se ha probado en varias otras enfermedades y puede estar disponible para la población si los resultados son positivos.
Tipos de células madre
Las células madre pueden ser clasificadas en 3 tipos principales, que incluyen:
1. Células madre embrionarias
Las células madre embrionarias se forman al principio del desarrollo del embrión, siendo las primeras células formadas tras la fecundación, y tienen una gran capacidad de diferenciación y especialización.
Hay dos tipos de células madre embrionarias, las células madre pluripotentes, que pueden convertirse en cualquier tejido y órgano del cuerpo, y las células madre totipotentes, que dan lugar a los tejidos extraembrionarios y la placenta.
2. Células madre adultas
Las células madre adultas son células que no han pasado por un proceso de diferenciación y son las encargadas de renovar todos los tejidos del organismo. Este tipo de células se pueden encontrar en cualquier parte del cuerpo, pero principalmente en el cordón umbilical y la médula ósea.
Las células madre adultas se pueden diferenciar en dos grandes grupos, las células madre hematopoyéticas, que son las encargadas de dar lugar a las células sanguíneas, y las células mesenquimales, que dan lugar a los cartílagos, músculos y tendones, por ejemplo.
3. Células madre pluripotentes
Las células madre pluripotentes son células madre inducidas, que se producen en el laboratorio con células de embriones en estado de blastocisto.
Este tipo de células madre pueden especializarse en cualquier tipo de célula del cuerpo y, por lo tanto, pueden usarse en el tratamiento de enfermedades para regenerar o reparar tejidos y órganos.
Cómo se realiza el tratamiento con células madre
El tratamiento con células madre debe realizarse en un hospital o clínica especializada en este tipo de procedimientos y se realiza con la aplicación de células madre directamente en la sangre de la persona en tratamiento, lo que resulta en la estimulación del sistema inmunológico y la formación de células especializadas.
La célula madre utilizada suele recolectarse después del nacimiento, siendo congelada en un laboratorio especializado en histocompatibilidad y criopreservación o en un banco público.
¿Por qué guardar las células madre?
Debido a la posibilidad de ser utilizadas en el tratamiento de diversas enfermedades, las células madre pueden recolectarse y conservarse a temperaturas negativas muy bajas, lo que permite que estén disponibles en cualquier momento durante unos 20 a 25 años, para que puedan ser utilizadas por el bebé o familia cuando sea necesario.
El proceso de recolección y almacenamiento de células madre se denomina crioconservación y el deseo de recolectar y conservar estas células debe informarse antes de la entrega. Después del parto, las células madre del bebé se pueden obtener de la sangre, el cordón umbilical o la médula ósea.
Las células criopreservadas normalmente se almacenan en laboratorios especializados en histocompatibilidad y criopreservación, que generalmente ofrecen planes pagados para la preservación de las células durante 25 años, o en un banco público en el que las células son donadas a la sociedad, sea utilizados para el tratamiento o la investigación de enfermedades.
Ventajas de guardar las células madre
El almacenamiento de células madre del cordón umbilical del bebé puede ser útil para tratar afecciones que pueda tener el bebé o su familia inmediata. Por lo tanto, las ventajas de la criopreservación incluyen:
- Proteger al bebé y a la familia, si existe la necesidad de trasplantar estas células, su conservación reduce las posibilidades de rechazo para el bebé, y también existe la posibilidad de que puedan ser utilizadas para tratar a un familiar directo que lo pueda necesitar, como hermano o primo, por ejemplo;
- Permitir la disponibilidad inmediata de células para trasplante en caso de necesidad;
- Método de recolección simple e indoloro, que se realiza inmediatamente después del parto y no causa dolor a la madre ni al bebé.
Las mismas células se pueden obtener a través de la médula ósea, pero las posibilidades de encontrar un donante compatible son menores, además de que el procedimiento para recolectar las células tiene riesgos y requiere cirugía.
La criopreservación de células madre durante el parto es un servicio que puede ser costoso y la decisión de utilizar o no este servicio debe discutirse con el médico, para que los nuevos padres puedan tomar la mejor decisión para su bebé.
Además, las células madre no solo sirven para tratar futuras enfermedades que pueda tener el bebé, sino que también pueden servir para tratar enfermedades de familiares directos, como un hermano, padre o primo.