Cirugía ortognática: qué es, cuándo está indicada, riesgos y recuperación

La cirugía ortognática es un procedimiento quirúrgico indicado para la corrección y el reposicionamiento de los huesos del maxilar y/o de la mandíbula, en los casos de problemas congénitos, apnea obstructiva del sueño, fracturas faciales o disfunción temporomandibular, por ejemplo. Además, puede realizarse con fines estéticos para obtener un rostro más armonioso.

Esta cirugía puede ser indicada por el cirujano maxilofacial u odontólogo cuando existe dificultad para masticar o hablar, siendo realizada bajo anestesia general.

El tiempo de recuperación varía de acuerdo con el procedimiento realizado, siendo generalmente de 6 a 12 meses, pudiendo ser recomendada posteriormente la realización de fisioterapia y drenaje linfático para ayudar en la recuperación.

Paciente sonriendo y viéndose en un espejo

Cuándo está indicada

La cirugía ortognática está indicada en las siguientes situaciones:

  • Problemas congénitos en la mandíbula o hendidura del paladar;
  • Maloclusión dental, debido a problemas en los huesos de la cara;
  • Mordida cruzada o abierta;
  • Fracturas faciales;
  • Quistes o tumores faciales;
  • Apnea obstructiva del sueño;
  • Disfunción temporomandibular;
  • Microsomía hemifacial.

Asimismo, la cirugía ortognática puede indicarse para el tratamiento de algunos síndromes que afectan el habla y la masticación, con el objetivo de corregir el posicionamiento de la mandíbula, como en el caso del síndrome de Apert, Crouzon, Treacher Collins o Pierre Robin, por ejemplo.

Este procedimiento quirúrgico permite corregir deformidades maxilofaciales que no pueden ser rectificadas con otras formas de tratamiento.

Además, la cirugía ortognática puede indicarse como procedimiento de preparación para la colocación de prótesis dentales, con el objetivo de favorecer la restauración de los dientes, hacer que la rehabilitación protésica sea posible y permitir una dentición funcional y estética.

Otra indicación de la cirugía ortognática es la estética, para obtener un rostro más armonioso y simétrico.

Tipos de cirugía ortognática

De acuerdo con la posición de los maxilares y los dientes, el cirujano puede recomendar la realización de dos tipos de cirugía:

  • Cirugía ortognática clase 2, que es realizada en los casos donde el maxilar superior se encuentra adelantado con respecto a los dientes inferiores;
  • Cirugía ortognática clase 3, que se utiliza para corregir casos en los que los dientes inferiores están adelantados en comparación con los del maxilar superior.

En los casos donde las alteraciones de crecimiento del maxilar comprometan la respiración, puede ser realizada también una rinoplastia para mejorar el paso de aire.

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Cómo prepararse para la cirugía

Para prepararse para la cirugía ortognática, es importante aclarar con el cirujano todas las dudas sobre el procedimiento quirúrgico y la recuperación.

Asimismo, se debe informar todos los medicamentos, vitaminas y suplementos nutricionales que se toman frecuentemente, pues algunos pueden afectar la recuperación, interferir en la anestesia o aumentar el riesgo de sangrado o formación de coágulos. También se debe informar sobre alergias u otro problema de salud.

Igualmente, se recomienda no fumar ni consumir bebidas alcohólicas antes de la cirugía, además de tener una alimentación más líquida en el día antes del procedimiento, dando preferencia a agua, sopas, tés y gelatina natural, pues no requieren de masticación.

Antes de la cirugía, el cirujano solicitará exámenes para planear el procedimiento, como radiografía panorámica, tomografia computarizada de la cara, fotografías de los dientes y de la cara, y la realización de un modelo de los dientes.

Otros exámenes que pueden ser solicitados antes de la cirugía incluyen riesgo quirúrgico y exámenes de sangre para evaluar el estado de salud general de la persona.

Cómo es el procedimiento

La cirugía ortognática es llevada a cabo por el cirujano maxilofacial en el hospital, en la que son seguidas las siguientes etapas para realizar el procedimiento:

  1. Utilización de aparatos de ortodoncia, según las indicaciones del ortodoncista, durante al menos 1 año antes de la cirugía, para que la posición de los dientes sea corregida en función de la estructura ósea. En ciertos casos, también puede ser necesaria la extracción de algunos dientes;
  2. Simulación computarizada de la cirugía, después del período de uso de los aparatos de ortodoncia, con el objetivo de visualizar el resultado final del procedimiento, incluyendo los resultados estéticos, para que sea realizado el procedimiento;
  3. Realización de la cirugía, donde, antes de comenzarla, es administrado suero fisiológico en la vena, por el enfermero, para hidratar y administrar medicamentos y para que el anestesiólogo pueda aplicar la anestesia general;
  4. Reposicionamiento de la mandíbula, por medio de un procedimiento quirúrgico que es realizado dentro de la boca, por lo que no deja cicatriz en el rostro. Sin embargo, en algunos casos, puede ser necesario un pequeño corte en la cara en la zona de la mandíbula;
  5. Fijación de la mandíbula, por medio de pequeños tornillos o placas dentro de la encía.

Después de la cirugía, se debe continuar con el uso de los aparatos de ortodoncia durante al menos 3 a 9 meses, y también puede ser indicado por el odontólogo la realización de implantes dentales u otros tratamientos estéticos.

Cómo es la recuperación de la cirugía

Generalmente, la persona vuelve a casa 1 o 2 días después de la cirugía, y el medico indica medicamentos analgésicos para aliviar el dolor, como el paracetamol, y antibióticos, para evitar infección. La recuperación de la cirugía ortognática puede demorar de 6 a 12 meses.

Además, también es importante tener los siguientes cuidados:

  • Tomar los medicamentos en los horarios correctos, según las indicaciones del cirujano;
  • Guardar reposo en las primeras 2 a 4 semanas, evitando ir al trabajo o a la escuela;
  • Aplicar compresas frías en la cara en los primeros días después de la cirugía, durante 10 a 20 minutos, varias veces al día, para ayudar a reducir la hinchazón;
  • Tener una alimentación líquida o pastosa en los primeros 3 meses, o de acuerdo con las indicaciones del cirujano;
  • Evitar realizar esfuerzos y ejercicios, así como exponerse al sol;
  • Evitar fumar, pues puede interferir en la cicatrización y aumentar el riesgo de infección;
  • Utilizar un cepillo de dientes suave, evitando cepillar los dientes con mucha intensidad;
  • Hacer drenaje linfático en la cara, para disminuir la hinchazón. 

Asimismo, se recomienda hacer sesiones de fisioterapia, que pueden ser indiciadas 1 o 2 días después de la cirugía, o según las indicaciones del médico.

Inicialmente, el objetivo de la fisioterapia debe ser reducir el dolor y la hinchazón local, y después de 15 días aproximadamente, si la cicatrización es favorable, esta puede enfocarse en realizar ejercicios para aumentar la movilidad de la articulación temporomandibular y facilitar la apertura de la boca, facilitando la masticación.

El drenaje linfático puede ayudar a reducir la hinchazón de la cara, pudiendo ser realizado en todas las sesiones.

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Posibles riesgos de la cirugía

Los principales riesgos de la cirugía ortognática son pérdida de la sensibilidad del rostro, sensación de adormecimiento en la parte interna de las mejillas o en los labios, sangrados de la boca o de la nariz, infección en la zona donde fueron realizados los cortes, o daños en los dientes.

Asimismo, como en todas las cirugías que utilizan anestesia general, pueden surgir complicaciones posoperatorias como náuseas, vómitos, caída de la presión arterial, escalofríos y temblores, por ejemplo.

Signos de alerta para volver al médico

Es importante consultar al cirujano o acudir al centro de emergencias más cercano en caso de que surjan alguno de los siguientes síntomas:

  • Fiebre superior a 38 °C;
  • Dificultad respiratoria;
  • Dolor intenso o que no mejora con los medicamentos;
  • Presencia de secreción o pus en la zona de la cicatriz;
  • Enrojecimiento, hinchazón o sensibilidad en la cicatriz;
  • Vómito o diarrea persistentes;
  • Sangrado que no se detiene.

Estos síntomas deben ser evaluados por el médico inmediatamente para indicar el tratamiento más adecuado.

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