Citalopram: para qué sirve, dosis y efectos secundarios

El citalopram es un medicamento antidepresivo de la clase de los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina, indicado para el tratamiento de la depresión, el trastorno de pánico o el trastorno obsesivo-compulsivo, por ejemplo, en adultos.

Este medicamento puede encontrarse en farmacias bajo los nombres comerciales de Remicital, Prepram, Zentius, Prisdal, por ejemplo, y también en su forma genérica como "bromhidrato de citalopram", y es vendido solo con prescripción médica y retención de la receta por parte de la farmacia.

La dosis y el tiempo de tratamiento con citalopram dependen de la condición a ser tratada y de la orientación médica, por lo que es importante no interrumpir el uso del medicamento por cuenta propia, pues puede ocasionar efectos indeseados como mareos, ansiedad, dolor de cabeza o confusión mental.

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Para qué sirve

El citalopram está indicado para el tratamiento de las siguientes condiciones:

El citalopram actúa aumentando los niveles de serotonina en el cerebro, un tipo de neurotransmisor que es responsable por la comunicación entre las neuronas y la regulación del humor, del sueño y del apetito, y debe ser siempre indicado por el médico, el cual debe evaluar las condiciones de salud de manera individual.

En qué dosis tomar

El citalopram debe ser tomado por vía oral, con un vaso de agua, una vez al día, siempre en el mismo horario, antes o luego de una comida.

Las dosis que suelen ser recomendadas dependen de la condición a tratar, incluyendo:

  • Depresión: la dosis normalmente recomendada es de 1 comprimido de 20 mg al día. La dosis puede ser aumentada por el médico a hasta 40 mg al día, de acuerdo con la respuesta al tratamiento;
  • Trastorno de pánico: la dosis inicial recomendada es de 10 mg al día en la primera semana, y esta puede ser aumentada por el médico a 20 o 30 mg al día, luego de la primera semana de tratamiento. La dosis máxima recomendada es de 40 mg al día, de acuerdo con la respuesta al tratamiento;
  • Trastorno obsesivo-compulsivo: la dosis que suele ser recomendada es de 1 comprimido de 20 mg al día, pudiendo ser aumentada por el médico a un máximo de 40 mg al día, de acuerdo con la respuesta al tratamiento.

El citalopram puede demorar de 2 a 4 semanas de tratamiento para tener el efecto deseado, y la alteración de las dosis o la interrupción del tratamiento deben ser realizadas según la evaluación y orientación del médico.

El tratamiento con citalopram puede durar varios meses y la suspensión del mismo solo debe llevarse a cabo cuando es indicado por el médico, el cual va a reducir las dosis de forma gradual.

Posibles efectos secundarios

Los efectos secundarios más comunes que pueden surgir durante el tratamiento con citalopram incluyen náuseas, diarrea, estreñimiento, pérdida del apetito, boca seca, aumento de la sed, bostezos, mareos, zumbido en el oído, temblores, hormigueo o adormecimiento en las manos o pies, somnolencia, sudoración, reducción del deseo sexual, impotencia, eyaculación anormal o dificultad para tener un orgasmo.

Es importante comunicar al médico inmediatamente en caso de que la persona presente síntomas como cambios de humor o de comportamiento, empeoramiento de la ansiedad o la depresión, ataques de pánico, dificultad para dormir, impulsividad, irritación, agitación, agresividad, inquietud o pensamientos suicidas.

Asimismo, aunque sea raro, el citalopram puede causar el síndrome serotoninérgico, el cual puede ser percibido a través de síntomas como rigidez muscular, movimientos incontrolables, pérdida de coordinación motora, agitación, fiebre, alucinaciones, escalofríos, sudoración excesiva, vómitos, náuseas, diarrea, palpitaciones cardíacas o incluso pérdida de la conciencia. En este caso, se debe buscar ayuda médica o acudir al servicio de urgencias más cercano inmediatamente.

Contraindicaciones

El citalopram no debe ser empleado en niños o adolescentes menores de 18 años de edad, mujeres embarazadas o en período de lactancia ni por personas que son alérgicas al citalopram o a cualquier otro componente de la fórmula. 

Asimismo, el citalopram no debe ser utilizado por personas que están bajo tratamiento con medicamentos inhibidores de la monoaminooxidasa (IMAO), como selegilina, moclobemida, isocarboxazida, fenelzina, nialamida, iproniazida o tranilcipromina, por ejemplo. En estos casos, se debe esperar al menos 14 días después de finalizado el tratamiento con los inhibidores de la monoaminooxidasa para iniciar el tratamiento con citalopram.

Este medicamento tampoco debe ser empleado por personas que estén bajo tratamiento con litio, metoprolol, linezolid, sumatriptán, tramadol, cimetidina, mefloquina, bupropión, ácido acetilsalicílico o medicamentos antiarrítmicos.