La insulina puede aplicarse a través de una jeringa o de una pluma de insulina precargada, debiendo inyectarse en la capa grasa que se encuentra por debajo de la piel, donde será absorbida lentamente, imitando la producción de esta sustancia por el páncreas.
La insulina puede aplicarse en la región del abdomen, en la parte interior del muslo, en la parte posterior del brazo o en los glúteos, debiendo aplicarse antes de las comidas principales.
Además de estas opciones, la insulina también puede introducirse en el organismo mediante una bomba de insulina, que es un aparato electrónico pequeño y portátil que libera insulina durante 24 horas en dosis muy precisas de acuerdo a las necesidades de la persona.
Cómo inyectar la insulina
Los pasos que se deben seguir para inyectar la insulina dependerán de si se aplica con una jeringa o con una pluma:
1. Aplicar insulina con jeringa
Existen varios tamaños de jeringas de insulina, cuyas capacidades pueden variar entre 0,3 a 2 ml, dependiendo del intervalo de unidades de insulina que la persona necesite.
Generalmente, cada ml puede dividirse en 100 unidades, pero existen insulinas que poseen 500 unidades en cada ml; por esta razón, el cálculo de las unidades necesarias debe ser siempre explicado por el médico de acuerdo con el tipo de insulina y los valores de glucemia. Una vez que se sepa el valor a inyectar, se debe:
- Lavar las manos para evitar ensuciar el frasco de insulina o transportar bacterias a la jeringa;
- Colocar una aguja estéril en una jeringa de insulina también estéril;
- Desinfectar la goma del frasco de insulina con un pedazo de algodón humedecido con alcohol;
- Insertar la aguja de la jeringa en la goma del frasco de insulina y voltear el frasco hacia abajo para que la aguja quede sumergida en el líquido y no aspire aire;
- Halar el émbolo de la jeringa hasta que se llene con el número correcto de unidades. Normalmente, la jeringa está dividida con varias marcas, las cuales cada una representa 1 unidad, y puede poseer hasta 10 unidades para facilitar la tarea;
- Remover la aguja y la jeringa, volviendo a tapar el frasco, de ser posible;
- Hacer un pliegue en la piel, pellizcándola con el dedo índice y el pulgar;
- Insertar completamente la aguja en el pliegue en un ángulo de 45º a 90º y con un movimiento rápido y firme;
- Empujar el émbolo de la jeringa hasta que todo el contenido sea liberado;
- Esperar alrededor de 10 segundos y retirar la aguja de la piel, soltando el pliegue después de remover la aguja.
Cuando es necesario mezclar 2 tipos de insulina en la misma jeringa, se debe colocar la insulina de acción rápida en la jeringa y solo después añadir la de acción lenta, sin necesidad de cambiar de aguja. Normalmente, la insulina rápida es transparente y la lenta es blanquecina, semejante a la leche. Ambas insulinas deben mezclarse por separado antes de aspirarlas con la jeringa, recomendándose rodar los frascos entre las dos manos en lugar de agitarlos.
Después de la aplicación, la aguja y la jeringa deben ser desechadas en la basura o guardadas en un recipiente apto para luego entregarlas en la farmacia y que sean recicladas. Siempre que sea posible, la aguja debe protegerse con la tapa. Ninguna jeringa o aguja debe utilizarse en más de una aplicación, pues puede aumentar el riesgo de infección o reducir la acción del medicamento.
2. Aplicar insulina con pluma
La pluma es una opción más práctica en comparación con la jeringa, no obstante, es más caro; por esta razón, puede que no sea utilizada en todos los casos. Para aplicar correctamente la insulina usando un bolígrafo es necesario:
- Lavar las manos y tener limpio el sitio de inyección; en caso de que esté sucio puede limpiarse con una gasa con alcohol;
- Tener a la mano todo el material necesario, el cual incluye el bolígrafo preparado con el cartucho de insulina y la aguja, y la gasa;
- Preparar la cantidad de insulina que se debe aplicar, girando el bolígrafo y observando el número en la ventana de dosis. Por ejemplo, si el médico indicó que se deben tomar 4 unidades en la cena, se debe girar el bolígrafo hasta que aparezca el número 4.
- Hacer un pliegue en la piel, pellizcándola con el dedo índice y pulgar, principalmente, en el abdomen y el muslo;
- Insertar la aguja entre 45º a 90º con un movimiento rápido y firme. Como la aguja es muy pequeña y solo se inserta en la piel, causa la sensación de una picadura de mosquito y no duele. Además, mientras más grasa corporal posea la persona, el ángulo debe ser mayor (90º);
- Empujar el émbolo o el botón hasta el fondo para inyectar la insulina;
- Esperar hasta 10 segundos antes de retirar la aguja de la piel para que el líquido entre por completo en el organismo;
- Soltar el pliegue de la piel.
Normalmente, la aplicación de insulina no causa dolor ni alteraciones en la piel; no obstante, inmediatamente después de la aplicación de insulina puede salir una pequeña gota de sangre, la cual no debe generar preocupación y puede limpiarse con una gasa.
Dónde aplicar la insulina
La insulina puede aplicarse en la región del abdomen, en la parte interior del muslo, en la parte posterior del brazo y en los glúteos, y se debe hacer, normalmente, antes de comer el desayuno, el almuerzo o la cena.
La aplicación en el abdomen y el muslo permite que se pueda pellizcar la piel y realizar un pliegue cutáneo; no obstante, en el brazo, la aplicación puede ser realizada sin pliegue cuando es colocada por la propia persona, pues el movimiento es más complicado.
Cada vez que se realice la aplicación debe ser siempre en sitios diferentes para evitar la acumulación de grasa y volver la piel flácida en la zona, condición conocida como lipodistrofia. Vea cuáles son los síntomas de la lipodistrofia y cómo tratarla.
Cómo preparar la pluma de insulina
Existen bolígrafos de insulina que son descartables, lo que significa que después de terminar la cantidad de medicamento que está en el interior debe ser desechado. Por esta razón, no necesitan prepararse, siendo necesario solo girar el botón del bolígrafo hasta la cantidad de insulina deseada.
No obstante, la mayoría de los bolígrafos necesitan prepararse tan pronto como termine un cartucho de insulina, pues pueden ser usados a lo largo de varios años. De esta forma, es necesario:
- Desarmar el bolígrafo, girándolo;
- Retirar el depósito vacío de insulina e insertar un frasco nuevo en su interior;
- Unir las dos partes del bolígrafo;
- Encajar una aguja en el extremo del bolígrafo;
- Probar el funcionamiento, viendo si sale una pequeña gota de insulina, y retirar todas las burbujas de aire que puedan estar en el interior del frasco.
Después de que el bolígrafo esté armado, el paciente puede usarlo hasta que el producto acabe; sin embargo, se aconseja cambiar la aguja diariamente para no lesionar la piel ni causar infecciones.