El acto de aguantarse las ganas de evacuar puede causar que las heces se desplacen por encima del recto, a una zona llamada colon sigmoide, en el que se produce la absorción de agua contenida en las heces, por lo que al permanecer ahí, las heces se endurecen y resecan, ocasionando estreñimiento y dificultad para evacuar.
En ocasiones, las actividades diarias hacen que la persona no tenga tiempo de defecar, ya sea por el tipo de trabajo, como en el caso de cajeros en supermercados o choferes de transporte público, por ejemplo, teniendo que aguantarse las ganas de defecar, y haciendo este proceso cada vez más difícil.
Por eso, aguantarse las ganas de defecar puede favorecer el desarrollo de fisuras anales y hemorroides, por ejemplo, que a su vez pueden originar sangre en las heces, siendo recomendado acudir con un gastroenterólogo o cirujano general para que realice una evaluación clínica e indique el tratamiento más adecuado.
Principales consecuencias
Las consecuencias principales de aguantar las ganas de evacuar son:
1. Estreñimiento
La consecuencia más común de aguantar las ganas de evacuar es sufrir de estreñimiento, debido a que las heces permanecen más tiempo en el intestino, donde se da la absorción de agua y, por esta razón, estas se resecan y se tornan más difíciles de expulsar.
Qué hacer: el mejor momento para evacuar es inmediatamente después de sentir las ganas, pues así no es necesario hacer fuerza para defecar, lo que ayuda a mantener al intestino funcionando correctamente y, por ende, evita las complicaciones relacionadas con el estreñimiento.
2. Fisuras anales
Las fisuras anales surgen normalmente cuando las heces se encuentran bastante endurecidas y secas, lo que provoca lesiones en el ano al momento de evacuar, pudiendo traer como resultado sangre de color rojo vivo en las heces, dolor e incomodidad al defecar. Conozca cómo identificar y tratar las fisuras anales.
Qué hacer: el tratamiento para las fisuras anales es realizado con el objetivo de evitar infecciones, siendo necesario realizar la higiene íntima adecuada, preferiblemente, mediante papel higiénico humedecido con agua. Asimismo, es importante mejorar los hábitos alimentarios, mantenerse siempre hidratado y evitar aguantar las ganas de evacuar para que no se generen nuevas fisuras.
3. Hemorroides
Las hemorroides surgen debido al resecamiento de las heces y al esfuerzo realizado para evacuar, siendo habitual en personas que sufren de estreñimiento y que no logran defecar en otros lugares que no sea en su casa, reteniendo así las heces.
Las hemorroides corresponden a las venas dilatadas y sobresalidas que surgen en la región anal, las cuales pueden provocar comezón y dolor en la región, además de la presencia de sangre en las heces. Conozca qué son las hemorroides y los principales síntomas.
Qué hacer: el tratamiento para las hemorroides puede ser realizado con el uso de pomadas que disminuyen la dilatación de las venas y alivian el dolor, como el Proctoacid o Ultraproct, por ejemplo. No obstante, cuando las hemorroides no son solucionadas con el tiempo o con el uso de pomadas, puede recomendarse por el médico la realización de cirugía.
4. Hernias abdominales
Las hernias abdominales pueden surgir cuando se ejerce mucho esfuerzo para evacuar, pudiendo ocurrir con mayor facilidad en personas que sufren de estreñimiento o que aguantan las ganas de defecar habitualmente.
La hernia abdominal se caracteriza por una fragilidad en la musculatura del abdomen, pudiendo sobresalir una parte del intestino en algún punto débil de estos músculos, causando ciertos síntomas, como dolor, hinchazón y enrojecimiento en el sitio de la hernia.
Qué hacer: en el caso de hernia abdominal, lo más indicado es acudir al médico para que sea realizada la corrección de la hernia por medio de un procedimiento quirúrgico. Asimismo, es importante mejorar los hábitos alimentarios y de vida, con la finalidad de evitar que la hernia abdominal vuelva a surgir. Conozca cómo es realizada la cirugía de la hernia abdominal.
5. Diverticulitis
La diverticulitis es la inflamación aguda de los divertículos, que son pequeñas estructuras que surgen en las paredes del intestino debido, principalmente, al estreñimiento crónico. Cuando estas estructuras se inflaman, puede originar dolor abdominal, náuseas, vómitos y fiebre, por ejemplo. Conozca más acerca de la diverticulitis.
Qué hacer: es indicado acudir al gastroenterólogo tan pronto como surjan los primeros síntomas para que sean realizados exámenes de diagnóstico y el tratamiento pueda ser iniciado, evitando complicaciones como perforación del intestino e infecciones, por ejemplo.
6. Incontinencia fecal
Cuando se ejerce mucha fuerza constantemente para evacuar, los músculos del recto y del ano comienzan a atrofiarse, lo que hace que la persona no logre controlar la eliminación de la materia fecal, liberando gases y heces tanto sólidas como líquidas de forma involuntaria. Por lo tanto, la incontinencia fecal puede causar vergüenza y ansiedad, interfiriendo en la calidad de vida de la persona. Conozca qué es la incontinencia fecal y cómo identificarla.
Qué hacer: lo más recomendado en el caso de incontinencia fecal es consultar al coloproctólogo para que sea evaluado el problema e iniciado el mejor tratamiento, el cual se realiza, normalmente, mediante fisioterapia y ejercicios para fortalecer los músculos de la pelvis, aliviando los síntomas de la incontinencia.
Además, se recomienda que la persona siga una dieta rica en fibras y pobre en alimentos que aumenten los movimientos intestinales, como el café, por ejemplo. Vea cómo se realiza la dieta para la incontinencia fecal.
Conozca cómo evacuar correctamente y evitar las consecuencias: