La obesidad puede acarrear diversas consecuencias físicas y mentales, como diabetes tipo 2, enfermedades cardíacas, problemas articulares y respiratorios, así como depresión y ansiedad.
Estos problemas de salud no solo afectan la calidad de vida de quienes los padecen, sino que también incrementan el riesgo de complicaciones graves y de mortalidad prematura.
La obesidad es una condición compleja que requiere un enfoque integral para su prevención y tratamiento, que incluya cambios en el estilo de vida, apoyo médico y psicológico.
Principales consecuencias
Las principales consecuencias de la obesidad para la salud son:
1. Diabetes tipo 2
La acumulación de grasa en la región abdominal puede provocar resistencia a la insulina, lo que impide que la glucosa en la sangre ingrese adecuadamente a las células para ser utilizada como energía. Como resultado, los niveles de glucosa en la sangre aumentan, lo que puede llevar al desarrollo de diabetes tipo 2.
Además, este aumento del azúcar en la sangre también puede sobrecargar el funcionamiento del páncreas, un órgano encargado de producir insulina, disminuyendo la capacidad del cuerpo para regular la glucosa en sangre.
2. Problemas cardíacos
La obesidad incrementa significativamente el riesgo de desarrollar enfermedades cardíacas, como accidentes cerebrovasculares (ACV), infartos y aterosclerosis.
El exceso de peso aumenta la resistencia en los vasos sanguíneos, lo que provoca hipertensión arterial, y obliga al corazón a trabajar más para bombear sangre.
Además, también existe un mayor riesgo de presentar niveles elevados de colesterol LDL (colesterol "malo") y triglicéridos, así como niveles bajos de colesterol HDL (colesterol "bueno"). Estas alteraciones lipídicas pueden conducir a la acumulación de placas en las arterias, un proceso conocido como aterosclerosis, que estrecha las arterias y reduce el flujo sanguíneo hacia el corazón.
3. Falta de aire durante la actividad física
El exceso de grasa en el abdomen puede ejercer presión sobre el diafragma, el músculo principal responsable de la respiración, dificultando la inhalación y la exhalación, lo que limita la capacidad pulmonar y hay una menor capacidad para intercambiar oxígeno y dióxido de carbono. Esta restricción puede causar sensación de falta de aliento, especialmente durante la actividad física.
4. Apnea obstructiva del sueño
La obesidad está estrechamente relacionada con la apnea obstructiva del sueño, una condición en la que las vías respiratorias se bloquean temporalmente durante el sueño. Esta situación provoca interrupciones en la respiración, lo que resulta en disminuciones en los niveles de oxígeno en la sangre y una mala calidad del sueño.
La apnea del sueño puede aumentar el riesgo de hipertensión, problemas cardíacos y otros problemas de salud. Conozca los síntomas y el tratamiento de la apnea del sueño.
5. Impotencia e infertilidad
La obesidad puede causar desequilibrios hormonales en las mujeres, que puede conducir a ciclo menstruales irregulares y dificultad para quedar embarazada.
Además, las mujeres con obesidad también tienen mayor riesgo de padecer ovarios poliquísticos, una condición que dificulta la concepción.
Lea también: Ovario poliquístico: qué es, síntomas y tratamiento tuasaude.com/es/ovarios-poliquisticosEn los hombres la obesidad puede contribuir a problemas de erección, pues la circulación de la sangre se ve comprometida debido a diversos factores, como la presión arterial alta, enfermedades cardiovasculares y problemas hormonales, aumentando el riesgo de impotencia sexual.
6. Enfermedades óseas, articulares y cutáneas
La obesidad se asocia con un mayor riesgo de artrosis y osteoartritis debido al daño que el sobrepeso causa en los huesos y las articulaciones.
Además, las personas obesas son más propensas a desarrollar enfermedades cutáneas, ya que esta condición puede aumentar la fragilidad de la piel, lo que incrementa el riesgo de infecciones por hongos.
También son más susceptibles a sufrir de acantosis nigricans, una afección en la que los pliegues cutáneos se engrosan y pigmentan, principalmente como resultado de la resistencia a la insulina provocada por el exceso de peso. Vea más sobre qué es la acantosis nigrincans y cuál es el tratamiento.
7. Problemas hepáticos
La resistencia a la insulina causada por la obesidad puede causar afecciones hepáticas, como hígado graso no alcohólico, una condición en la que se acumula grasa en las células del hígado sin el consumo excesivo de alcohol. Esta acumulación puede llevar a inflamación, daño celular y, en casos graves, fibrosis y cirrosis hepática.
Lea también: Esteatosis hepática: síntomas, grados y tratamiento tuasaude.com/es/grasa-en-el-higado8. Piedras en la vesícula
En las personas con obesidad, la composición de la bilis puede alterarse, lo que puede llevar a una mayor concentración de colesterol en la bilis. Cuando la bilis contiene demasiado colesterol, este puede cristalizar y formar cálculos
Además, el exceso de peso, principalmente en las mujeres, también puede elevar la cantidad de colesterol en la bilis, aumentando el riesgo de desarrollar piedras en la vesícula. Conozca cuáles son los síntomas de piedras en la vesícula.
9. Ansiedad y depresión
Las personas con obesidad tienen un mayor riesgo de sufrir ansiedad y depresión, ya que a menudo enfrentan estigmatización social y discriminación, un fenómeno conocido como gordofobia.
Lea también: Gordofobia: qué es y cómo combatirla tuasaude.com/es/gordofobiaAdemás, pueden experimentar aislamiento social debido a burlas, rechazo o comentarios negativos sobre su apariencia, lo que afecta su autoestima y autoconcepto.
Asimismo, la obesidad se asocia con alteraciones en los niveles hormonales que pueden impactar el estado de ánimo, ya que la producción de neurotransmisores como la serotonina y la dopamina puede verse afectada.
10. Aumentar el riesgo de cáncer
La obesidad se ha relacionado con un aumento del riesgo de algunos tipos de cáncer, como el de mama, endometrio, próstata y colon, estando posiblemente relacionado a las variaciones en la concentración de ciertas hormonas, como el estrógeno y la insulina, por ejemplo.
Además, la obesidad se caracteriza por un estado de inflamación crónica. Las células de grasa liberan sustancias proinflamatorias que pueden contribuir al desarrollo y la progresión de tumores. Esta inflamación puede afectar el funcionamiento normal de las células y promover el crecimiento celular descontrolado.
Qué hacer
Para evitar las consecuencias de la obesidad, es fundamental realizar cambios en el estilo de vida, la alimentación y la salud mental. Algunas estrategias que se pueden aplicar son:
- Adoptar una alimentación saludable y equilibrada, debiendo acudir a un nutricionista para que realice un plan nutricional individualizado. Vea cómo hacer una alimentación saludable;
- Realizar actividad física de forma regular, como caminar, nadar o andar en bicicleta, por ejemplo. La intensidad debe ser moderada y debe practicarse al menos 3 veces por semana;
- Fomentar la salud mental, aplicando técnicas de manejo del estrés o apoyo psicológico;
- Evitar el consumo de tabaco y alcohol;
- Dormir lo suficiente, al menos 8 horas de sueño por noche. La falta de sueño puede afectar las hormonas que regulan el apetito y contribuir al aumento de peso.
Implementar estas estrategias puede ayudar a prevenir las consecuencias de la obesidad y promover una vida más saludable y equilibrada. La clave está en hacer cambios sostenibles y buscar apoyo cuando sea necesario.