Las convulsiones febriles son convulsiones causadas por fiebre superior a 38 °C, lo que genera sintomas como rigidez muscular, temblores o movimientos involuntarios de los brazos o las piernas o pérdida de conciencia.
Este tipo de convulsión ocurre en niños entre los 6 meses y 5 años de edad, siendo más común en aquellos que tienen antecedentes familiares de convulsiones febriles, y es causada por infecciones virales o bacterianas que no afectan al sistema nervioso central.
Lea también: Convulsiones: qué son, enfermedades que las causan y tipos tuasaude.com/es/convulsionesEn la mayoría de los casos, las convulsiones febriles pasan en menos de 5 minutos, mejorando espontáneamente, y se recomienda usar medicamentos antitérmicos para bajar la fiebre. No obstante, cuando duran más de 5 minutos, el tratamiento debe ser realizado por el pediatra en el hospital, con el uso de medicamentos en la vena para interrumpir las convulsiones.
Síntomas de convulsiones febriles
Los principales síntomas de convulsiones febriles incluyen:
- Fiebre superior a 38 °C;
- Rigidez muscular;
- Temblores o movimientos involuntarios de los brazos o las piernas;
- Revirar los ojos o mirada fija;
- Saliva espumosa en la boca;
- Espalda arqueada;
- Dientes apretados;
- Pérdida de conciencia.
Asimismo, los niños también pueden perder el control de los esfínteres, presentar labios azulados, tener dificultad para respirar o incluso detener la respiración. Conozca todos los síntomas de la crisis convulsiva.
Las convulsiones febriles normalmente surgen 24 horas después del inicio de la fiebre; no obstante, en ciertas ocasiones, puede ser la primera señal de que el niño está enfermo.
¿Cuánto tiempo duran las convulsiones febriles?
Por lo general, las convulsiones febriles pueden durar desde algunos segundos hasta 5 minutos, y luego de que termina la crisis convulsiva, el niño puede sentirse somnoliento o confuso.
Qué hacer durante las convulsiones febriles
Es importante acudir al hospital en las siguientes situaciones:
- Primer episodio de convulsión febril;
- Episodio que dura más de 5 minutos;
- Más de 1 episodio de convulsión en un período de 24 horas;
- Presencia de vómitos, dificultad para respirar o rigidez en el cuello;
- Rigidez o temblores solamente en un lado del cuerpo;
- Somnolencia excesiva por más de 1 hora después de la crisis convulsiva.
Cuando el niño ya tiene antecedentes personales de convulsiones febriles, durante la crisis convulsiva se debe mantener la calma, acostar al niño de lado en el suelo, no intentar retener los movimientos del niño y no colocar nada en su boca. Vea cómo deben ser los primeros auxilios en caso de convulsiones.
Cómo confirmar el diagnóstico
El diagnóstico de las convulsiones febriles es realizado por el pediatra a través de la evaluación detallada de los síntomas de la crisis convulsiva, el intervalo entre el inicio de la fiebre y las convulsiones, la duración de las mismas y los síntomas después del episodio.
El médico también debe evaluar los antecedentes de salud y de vacunación del niño, los antecedentes familiares de convulsiones febriles, las enfermedades recientes y la exposición a toxinas.
Además, deben ser solicitados exámenes como, por ejemplo, hemograma completo, panel metabólico, examen de orina o electroencefalograma (EEG).
Otro examen que puede ser solicitado es la punción lumbar en niños menores de 12 meses de edad, que hayan tenido convulsiones 2 días después del inicio de la fiebre, que estén bajo tratamiento con antibióticos o que no hayan sido adecuadamente inmunizados con la vacuna neumocócica o la vacuna contra Haemophilus influenza tipo B.
¿Con cuántos grados de fiebre convulsiona el niño?
El niño puede presentar convulsiones febriles cuando la fiebre se sitúa por encima de 38 °C, medida con el termómetro axilar. Vea cómo medir la temperatura correctamente.
Para saber si la temperatura del niño es normal o se trata de fiebre, por favor introduzca el valor en nuestra calculadora:
Posibles causas
Las principales causas de las convulsiones febriles incluyen:
- Antecedentes familiares de convulsiones febriles;
- Infecciones virales;
- Fiebre después de la vacunación;
- Retraso en el desarrollo;
- Deficiencia de hierro, zinc, ácido fólico, selenio, calcio, vitamina B12 o magnesio;
- Desequilibrio de electrolitos;
- Hipoglucemia;
- Prematuridad, principalmente en bebés que reciben corticosteroides después del nacimiento.
Asimismo, las convulsiones febriles son más comunes en niños entre 6 meses y 5 años de edad; sin embrago, entre los 12 y 18 meses, el riesgo de desarrollo de convulsión febril es mayor.
La causa exacta de las convulsiones febriles no es completamente conocida, pero se sabe que los factores de riesgo asociados a la inmadurez y la vulnerabilidad del sistema nervioso central del niño pueden generar un aumento en la actividad de las neuronas debido al incremento rápido de la temperatura corporal causado por la fiebre.
Tipos de convulsiones febriles
Los principales tipos de convulsiones febriles incluyen:
1. Convulsiones febriles simples
Las convulsiones febriles simples generalmente son del tipo tónico-clónico generalizadas, que se caracterizan por afectar ambos lados del cuerpo del niño, surgiendo rigidez muscular en el cuerpo, temblores, contracciones musculares involuntarias, salivación excesiva y pérdida de conciencia.
Este tipo de episodio de convulsión febril dura menos de 15 minutos, no se repite en un período de 24 horas y, normalmente, causa somnolencia después de la crisis convulsiva.
2. Convulsiones febriles complejas
Las convulsiones febriles complejas son del tipo convulsión focal, que se caracterizan por afectar solo un lado del cuerpo, causando movimientos bruscos o involuntarios, producción de espuma por la boca y pérdida de conciencia.
Este tipo de episodio de convulsión febril puede durar 15 minutos o más y repetirse dentro de un período de 24 horas.
3. Estado epiléptico febril
El estado de mal epiléptico febril se caracteriza por crisis convulsivas continuas o repetitivas, sin recuperación de la conciencia entre ellas.
Generalmente, se considera estado epiléptico febril cuando el episodio de convulsión dura más de 30 minutos, lo que aumenta el riesgo de daños cerebrales si el tratamiento no es iniciado inmediatamente.
Cómo es realizado el tratamiento
El tratamiento de las convulsiones febriles debe ser realizado bajo orientación del pediatra y, generalmente, implica el uso de medicamentos antitérmicos para bajar la fiebre, como el paracetamol o el ibuprofeno, por ejemplo, después de que acabe el episodio, pues no existe ningún tratamiento específico.
Lea también: Cómo bajar la fiebre en un niño o bebé (¡inmediatamente!) tuasaude.com/es/que-hacer-para-bajarle-la-fiebre-al-bebeEs importante tener en cuenta que no se debe emplear ácido acetilsalicílico (AAS o Aspirina) en niños debido al riesgo de desarrollo del síndrome de Reye. Entienda qué es el síndrome de Reye.
En aquellos casos donde el niño presenta la crisis convulsiva por más de 5 minutos, normalmente son aplicadas en la vena medicamentos anticonvulsivantes o sedantes, para interrumpir el episodio de convulsión y evitar el estado de mal epiléptico febril.
¿Las convulsiones febriles son peligrosas?
Las convulsiones febriles son consideradas una condición benigna y, generalmente, no son peligrosas ni causan la muerte del niño.
Sin embargo, en los casos de estado de mal epiléptico febril, cuando el tratamiento no es iniciado rápidamente, pueden ocurrir daños cerebrales permanentes u otras complicaciones como arritmias cardíacas, insuficiencia respiratoria o edema pulmonar, por ejemplo.