La dermatitis atópica en bebés es una inflamación de la piel que causa síntomas como comezón, enrojecimiento y surgimiento de pequeñas heridas y costras en partes del cuerpo como rostro, tronco, brazos y piernas, principalmente en bebés pequeños.
Se cree que esta inflamación es causada por alteraciones en el sistema inmunitario y en el mecanismo de defensa de la piel, siendo más común en bebés con padres alérgicos y en aquellos expuestos a humo de cigarro, por ejemplo.
En caso de sospecha de dermatitis atópica en el bebé, lo más recomendable es consultar al dermatólogo, alergólogo o pediatra. El tratamiento normalmente es llevado a cabo con pomadas con corticosteroides y cuidados como usar hidratantes y evitar posibles productos que empeoren las lesiones en la piel.
Principales síntomas
Los principales síntomas de la dermatitis atópica en bebés incluyen:
- Comezón en el cuerpo;
- Enrojecimiento de la piel;
- Surgimiento de pequeñas ampollas;
- Descamación;
- Piel más gruesa;
- Resequedad de la piel;
- Surgimiento de pequeñas heridas y costras.
Las lesiones de la dermatitis atópica, también conocida como eccema, en bebes pequeños tienden a afectar especialmente el rostro, el tronco y la superficie externa de los brazos y piernas.
A partir de los 2 años de edad, la piel tiende a tornarse más seca y gruesa, y las lesiones afectan principalmente partes del cuerpo como rodillas, codos, muñecas, cuello y tobillos.
Asimismo, la dermatitis atópica en bebés tiende a empeorar cuando hace mucho calor o frío, debido al contacto con sustancias irritantes o que causan alergia, como moho o polvo, estrés e ingesta de ciertos alimentos, como leche de vaca, trigo o soja.
Posibles causas
Se cree que la dermatitis atópica en bebés es causada por cambios en el funcionamiento del sistema inmune y/o en la barrera protectora de la piel, la cual tiende a perder agua más fácilmente y a ser más sensible a sustancias irritantes o que provocan alergias.
Asimismo, la dermatitis atópica en bebés es más común en casos de antecedentes familiares de alergias, como asma o rinitis alérgica; uso de productos de higiene irritantes en la piel, como ciertos jabones y detergentes, y exposición a humo de cigarro, por ejemplo.
Cómo confirmar el diagnóstico
El diagnóstico de la dermatitis atópica en bebés es llevado a cabo por el dermatólogo, alergólogo o pediatra, tomando en cuenta las características de las lesiones en la piel y los antecedentes de enfermedades como rinitis o asma en los padres.
Por lo general, no son necesarios otros exámenes para confirmar el diagnóstico. Sin embargo, el dermatólogo también puede hacer una dermatoscopia, examen en el que se emplea una lupa especial para observar los cambios de la piel con mayor detalle.
Cómo es el tratamiento
El tratamiento de la dermatitis atópica en el bebé es llevado a cabo mediante el uso de pomadas con corticosteroides, como hidrocortisona y mometasona, o inhibidores de la calcineurina, como el pimecrolimus y tacrolimus, durante 7 a 10 días, de acuerdo con las indicaciones del dermatólogo.
Asimismo, el médico también puede indicar antialérgicos como dexclorfeniramina e hidroxizina cuando hay comezón intensa, y en los casos más graves de dermatitis, otros medicamentos como corticosteroides orales o ciclosporina.
Cuidados para la dermatitis atópica en el bebé
Algunos cuidados indicados para evitar que las lesiones de la dermatitis atópica en el bebé surjan nuevamente incluyen:
- Utilizar productos de higiene suaves al bañar al bebé, preferiblemente los llamados syndets (jabones sintéticos o "jabones sin jabón");
- Aplicar hidratantes en el cuerpo del bebé 2 veces al día, especialmente en los primeros 3 minutos luego del baño, mientras que la piel aún está húmeda;
- Identificar y evitar posibles productos que empeoren la dermatitis, como detergentes, jabones, suavizantes, ropa sintética y etiquetas de ropa;
- Optar por vestir al bebé con ropa leve y más holgada, para evitar el roce con la piel y la resequedad;
- Evitar el contacto con humo de cigarro y sustancias que causan alergias, como ácaros, polvo y moho, en especial en casos de alergia comprobada por medio de pruebas.
Estas medidas ayudan a controlar la dermatitis atópica en el bebé y a proteger la piel de irritantes, reduciendo la necesidad de utilizar pomadas con corticosteroides en el tratamiento de la dermatitis atópica.