En la 27.ª semana de embarazo, el desarrollo del bebé está marcado por la capacidad de abrir los ojos y por tener fases más regulares de sueño y vigilia, con movimientos oculares rápidos (REM) durante el sueño, que son importantes para el procesamiento de los recuerdos.
Asimismo, los pulmones continúan madurando y el bebé puede presentar hipo debido a los movimientos respiratorios que ayudan a preparar los pulmones para respirar luego del nacimiento.
Durante esta semana, la mujer puede continuar teniendo síntomas de calambres, hinchazón de las piernas o pies o contracciones de Braxton-Hicks, y pueden surgir hemorroides.
Desarrollo del bebé
En la semana 27 de embarazo las principales características en el desarrollo del bebé son:
- El cerebro del bebé está más activo y las neuronas se siguen formando, realizando conexiones complejas en todas las áreas del cerebro;
- Los párpados ya no están fusionados, lo que permite al bebé abrir los ojos;
- El bebé ahora tiene fases de sueño y vigilia más regulares y cuando duerme ya tiene movimientos oculares rápidos (REM), que es la fase del sueño importante para procesar los recuerdos.
Los pulmones continúan madurando, los alvéolos, que son pequeños sacos de aire en los pulmones, comienzan a expandirse y el bebé puede presentar hipo, el cual no emite sonido porque no tiene aire en los pulmones.
Estos movimientos respiratorios son importantes para preparar los pulmones del bebé para respirar luego del nacimiento, y ciertas mujeres pueden sentir el hipo del feto, que dura algunos segundos o minutos.
Tamaño y peso del bebé
El tamaño del feto con 27 semanas de gestación es de alrededor de 35 centímetros, medidos de la cabeza a los pies, y 24,4 centímetros de la cabeza a los glúteos, siendo equivalente al tamaño de un nabicol o colinabo.
El peso del bebé esta semana es de 1,0 Kg aproximadamente.
Cambios en el cuerpo de la mujer
En la 27.ª semana de embarazo, los senos se tornan más voluminosos y el vientre continúa aumentando de tamaño, lo que puede causar dolor en la espalda o hinchazón de las piernas y pies debido al peso del útero, que puede comprimir las venas y arterias de la región pélvica, dificultando la circulación y el retorno de la sangre de los pies y las piernas hacia el corazón.
En esta fase de la gestación, los síntomas de calambres en las piernas y las contracciones de Braxton-Hicks pueden continuar. Asimismo, es común que surjan hemorroides gracias a la dilatación de los vasos sanguíneos en la región anal, debido a la compresión de los mismos por el peso del útero y también a los cambios hormonales del embarazo, que pueden ralentizar los movimientos del intestino, causando estreñimiento, el cual genera un mayor esfuerzo para defecar y la dilatación de los vasos sanguíneos.
Cuidados durante la 27.ª semana
En la 27.ª semana de embarazo, ciertos cuidados son importantes para ayudar a aliviar las molestias que pueden surgir, tales como:
- Dolor en la espalda: no permanecer mucho tiempo de pie, evitar cruzar las piernas al sentarse, usar una faja de maternidad, para conferir soporte al vientre y a la espalda, o aplicar compresas calientes sobre la espalda. Asimismo, se debe practicar actividades físicas recomendadas por el médico como estiramientos, yoga o pilates, con el objetivo de fortalecer la musculatura de la espalda y de la pelvis. Conozca los mejores ejercicios para llevar a cabo durante la gestación;
- Hinchazón de las piernas o los pies: colocar los pies a una altura mayor que el cuerpo, con la ayuda de un banco o almohadas, cuando se esté sentada o acostada, no utilizar zapatos apretados, no permanecer mucho tiempo de pie y practicar ejercicio físico de forma regular, como caminatas o natación, de acuerdo con la orientación del médico. Sin embargo, si la hinchazón no mejora, comienza de forma repentina o surge hinchazón de las manos y el rostro, se debe buscar ayuda médica de forma inmediata, pues podría ser señal de preeclampsia. Vea más sobre la preeclampsia y cómo es realizado el tratamiento;
- Calambres en las piernas: realizar un masaje o estirar suavemente la pantorrilla, haciendo movimientos con los pies, tirando del talón hacia abajo y los dedos del pie hacia arriba, o aplicar compresas calientes en la región del calambre, como pies, tobillos o piernas. Además, se puede incrementar el consumo de alimentos ricos en magnesio y tomar suplementos de calcio, magnesio o vitamina B, siempre que estén recomendados por el médico;
- Contracciones de Braxton-Hicks: mover el cuerpo, cambiar de posición, beber más agua o tomar un baño tibio, por ejemplo. Asimismo, se debe realizar ejercicios físicos recomendados por el médico para ayudar a aliviar la incomodidad de las contracciones. No obstante, si la contracción es fuerte, muy frecuente o está acompañada de otros síntomas como dolor en la espalda, sangrado vaginal o flujo líquido, se debe buscar ayuda médica de forma inmediata, pues la mujer puede haber entrado en trabajo de parto. Vea cómo identificar los síntomas de trabajo de parto;
- Hemorroides: llevar a cabo baños de asiento con agua tibia y no permanecer sentada o de pie por mucho tiempo. Además, es importante siempre lavar la región anal luego de defecar y evitar alimentos con mucha pimienta o muy condimentados. Vea otras formas de aliviar las hemorroides en el embarazo.
Es importante seguir las recomendaciones del obstetra y practicar actividades físicas como yoga, pilates, caminatas o hidrogimnasia, siempre que estén autorizadas por el médico, pues ayudan a controlar el peso, dan sensación de bienestar, mejoran el sueño y fortalecen la musculatura. Asimismo, se debe continuar tomando los suplementos indicados por el médico, mantener el cuerpo hidratado tomando al menos 8 vasos de agua al día y tener una alimentación nutritiva y balanceada, incluyendo frutas y verduras frescas, ya que son ricas en nutrientes importantes para el desarrollo saludable del bebé. Vea cómo debe ser la alimentación durante el embarazo.
Principales exámenes
La 27.ª semana de gestación es la última semana para la tercera consulta prenatal, en la cual el médico debe evaluar la salud de la mujer y el desarrollo del bebé mediante las pruebas indicadas en la segunda consulta prenatal.
Asimismo, el médico debe solicitar un nuevo hemograma y una prueba de glucemia y orina para que la mujer lleve el resultado en la próxima consulta. De ser necesario, el médico también puede pedir para repetir exámenes como hepatitis B y C, toxoplasmosis, citomegalovirus y enfermedades como la sífilis y el VIH, por ejemplo.
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