La desnutrición infantil es una condición caracterizada por la deficiencia de nutrientes, que causa signos y síntomas como cansancio excesivo, cabello fino y seco, piel y ojos pálidos, además de retraso en el crecimiento y desarrollo del niño.
La desnutrición infantil puede ser causada por una ingesta inadecuada de alimentos o por problemas de salud, como enfermedades cardíacas o pulmonares, o parálisis cerebral, que afectan el metabolismo o aumentan las necesidades de nutrientes.
Ante la presencia de signos y síntomas indicativos de desnutrición infantil, se recomienda consultar al pediatra para realizar una evaluación completa del niño y determinar el tratamiento más adecuado, que puede incluir una dieta, el uso de suplementos y, en algunos casos, la hospitalización.
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Síntomas de la desnutrición infantil
Los principales signos y síntomas de la desnutrición infantil son:
- Retraso en el crecimiento y desarrollo;
- Cansancio y debilidad excesivos;
- Piel reseca;
- Disminución de la masa muscular;
- Cabello fino y seco;
- Diarrea;
- Pérdida del apetito;
- Palidez de la piel y las mucosas de los ojos;
- Apatia.
Además, en algunos casos, el niño también puede presentar dificultad para respirar, infecciones recurrentes y afectación en la función de algunos órganos, como el hígado, los pulmones y el corazón, lo que pone en riesgo su vida
Cómo confirmar el diagnóstico
El diagnóstico de la desnutrición infantil es realizado por el pediatra mediante la evaluación de los signos y síntomas que presenta el niño.
Además, el médico también debe medir la circunferencia del brazo y la altura, así como evaluar el peso, para verificar la curva de crecimiento y el índice de masa corporal (IMC) del niño.
Para confirmar el diagnóstico, el médico también realiza una evaluación de la ingesta alimentaria y puede solicitar exámenes de orina, heces y sangre, para evaluar los niveles de hierro, proteínas, glucosa y proteína C reactiva, entre otros.
Tipos de desnutrición
Existen dos tipos principales de desnutrición infantil: la leve a moderada, donde el niño puede presentar pérdida de peso y baja estatura, que generalmente no pone en riesgo la salud del niño.
Por otro lado, en la forma grave, que incluye el kwashiorkor, el marasmo y el kwashiorkor marasmático, la desnutrición infantil provoca síntomas más graves, como hinchazón, diarrea, lesiones en la piel, infecciones recurrentes, esteatosis hepática, pérdida de masa muscular, anemia y deficiencia de vitaminas, lo que aumenta el riesgo de complicaciones y mortalidad
Posibles causas´
Las posibles causas de la desnutrición infantil son:
- Ingesta inadecuada de alimentos;
- Enfermedades pulmonares;
- Enfermedades cardíacas congénitas;
- Infecciones intestinales frecuentes;
- Parálisis cerebral;
- Cáncer;
- Fibrosis quística;
- Trastornos alimentarios, como anorexia y bulimia.
Además, algunos factores, como condiciones socioeconómicas bajas y condiciones inadecuadas de saneamiento básico, también están relacionados con un aumento en el riesgo de desnutrición infantil
Cómo se realiza el tratamiento
El tratamiento de la desnutrición infantil incluye dieta, suplementos e internación.
1. Dieta
La dieta debe ser orientada por un nutricionista e incluir alimentos o fórmulas infantiles ricos en energía y nutrientes. La alimentación debe ser gradual para evitar el síndrome de realimentación, una complicación que puede surgir después de un ayuno prolongado, causando arritmias y falla cardíaca.
2. Suplementos
El uso de suplementos de vitaminas, minerales, proteínas y/o grasas también puede ser indicado por el nutricionista.
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En casos de desnutrición grave, puede ser necesario que el niño permanezca hospitalizado para recibir nutrición enteral, a través de una sonda que puede ir de la nariz o la boca al estómago, o nutrición parenteral a través de una vía intravenosa.
Posibles complicaciones
La desnutrición infantil puede causar las siguientes complicaciones:
- Retraso en el crecimiento;
- Disminución de la capacidad física;
- Retraso en el desarrollo cognitivo;
- Enfermedades crónicas en la edad adulta, como diabetes, obesidad y presión alta.
Además, en los casos más graves y cuando no se trata adecuadamente, la desnutrición infantil puede poner en riesgo la vida del niño.