En la dieta para hígado graso es importante priorizar el consumo de frutas frescas y naturales, vegetales frescos y cereales integrales ricos en fibras. Por otro lado, se debe disminuir la ingesta de alimentos ricos en azúcares, como refrescos, azúcar y jugos pasteurizados; carbohidratos, como pan blanco, pasta y arroz blanco, así como alimentos ricos en grasas saturadas, como la margarina y las frituras en general.
Además de cambiar los hábitos alimentarios, también es importante la realización de actividad física de forma regular, pudiendo caminar, correr, trotar, bailar o nadar, por ejemplo.
El hígado graso, también conocido como esteatosis hepática, normalmente está causado por hábitos inadecuados de alimentación, sedentarismo u obesidad. Esta situación también puede surgir como consecuencia del síndrome metabólico, que es cuando se tiene una o más enfermedades asociadas, como diabetes, colesterol alto o presión alta. Conozca los síntomas de hígado graso y cómo es el tratamiento.
Alimentos permitidos
Los alimentos que se deben priorizar en la dieta para hígado graso son:
- Frutas frescas y naturales, como manzana, pera, piña, durazno, papaya, fresas, kiwi, mandarina, naranja, plátanos, melón, sandía, arándanos, frambuesas, limón, ciruela y guanábana;
- Vegetales frescos, como calabacín, rúcula, espinacas, berenjena, lechuga, tomate, cebolla, zanahoria, coles, pimentón, ajo, ejotes y berro;
- Granos y tubérculos, como los frijoles, lentejas, garbanzos, papa y batata;
- Cereales integrales, como arroz integral, pan integral, pasta integral, arroz salvaje o negro, quinoa y avena en hojuelas;
- Proteínas magras, como huevos, tofu, carnes rojas magras, pollo y pavo sin piel, debiendo darle preferencia a los pescados;
- Leche y derivados con poca grasa, como leche y yogur descremados, y quesos blancos como requesón (ricotta), queso crema y cottage.
La dieta para el hígado graso debe caracterizarse por el consumo de alimentos frescos y naturales, con una disminución en el consumo de alimentos procesados.
Alimentos de consumo moderado
Algunos alimentos, a pesar de contener grasas, pueden ser consumidos de forma moderada y en pequeñas porciones cuando se tienen hígado graso, estos son: aceite de oliva, aguacate, aceitunas y coco; semillas, como la chía o linaza; frutos secos, como las nueces, almendras, cacahuates y pistachos, y los pescados grasos, como el salmón y las sardinas,
Esto se debe a que son ricos en grasas monoinsaturadas y poliinsaturadas, poseen compuestos con propiedades antioxidantes y, en el caso de las frutas como el coco y el aguacate, aportan fibras, siendo benéfico para el tratamiento del hígado graso.
Alimentos a evitar
Los alimentos que deben evitarse mientras se sufre de grasa en el hígado son:
- Alimentos ricos en grasas saturadas, como quesos amarillos (queso gruyere, Mar del Plata, queso parmesano), frituras, queso crema, tocino, cordero, carne de res grasa, piel de pollo, carne de cerdo grasa, chocolate, leche completa, mantequilla y margarina;
- Cereales refinados, como arroz blanco, pasta y pan blanco;
- Alimentos ricos en azúcares, como miel, azúcar, jarabe de maíz de alta fructosa, y preparaciones, como galletas, helados, frutas en almíbar, mermeladas y jugos de fruta industrializados, como los envasados o en polvo;
- Alimentos industrializados, como salsas listas, cubitos de caldo y fideos instantáneos;
- Embutidos, como jamón serrano, pechuga de pavo, salchicha, mortadela, salami y longaniza;
- Comida rápida y congelada, como nuggets, papas fritas, hamburguesas, lasañas y pizzas.
También es fundamental interrumpir el consumo de bebidas alcohólicas, como cerveza y vinos, pues el alcohol puede sobrecargar el hígado, dificultando el tratamiento.
Frutas "malas" para el hígado graso
El término "frutas malas" para el hígado graso, quizás no sería la mejor denominación para referirse a las frutas deshidratadas, como las pasas, uvas pasas, arándanos y orejones, por ejemplo.
No obstante, mientras se sufre de hígado graso, es importante evitar el consumo de estos alimentos en exceso, pues este tipo de frutas son ricas en azúcares simples, principalmente fructosa, que consumidas en grandes cantidades pueden favorecer la acumulación de grasa en el hígado.
Menú ejemplo para el hígado graso
En la tabla a continuación se muestra un menú ejemplo de 3 días de una dieta para el hígado graso:
Este menú es solo un ejemplo de dieta, el cual puede variar en caso de que la persona tenga otro problema de salud. Para un mejor seguimiento, es importante acudir a una consulta con un nutricionista para una evaluación completa y la realización de un menú de acuerdo con las necesidades individuales de cada persona.
Otras recomendaciones
Durante la dieta para tratar el hígado graso, también es importante beber bastante agua a lo largo del día, recomendándose tomar mínimo 2 litros diarios. Una buena opción para aumentar el consumo de agua es mediante la ingesta de algunos tipos de tés, como el té verde, de boldo o de alcachofa, puesto que, además de ser hidratantes, también poseen propiedades que favorecen el funcionamiento del hígado. Vea otros remedios caseros para la grasa en el hígado.
Asimismo, es importante dormir al menos 8 horas y practicar actividad física de forma regular. Estos son algunos hábitos saludables que ayudan en el metabolismo de energía y en la regulación de hormonas, contribuyendo directamente a la disminución de la grasa en el hígado.
Vea más consejos de la nutricionista Tatiana Zanin para combatir la grasa en el hígado en el siguiente video: