Disfagia: qué es, síntomas y tratamiento

La disfagia es la dificultad para tragar alimentos líquidos o sólidos, pudiendo causar síntomas como sensación de tener un nudo en la garganta, dolor al tragar, tos o atragantamientos frecuentes, o el regreso de los alimentos por la nariz.

Esta condición puede ser causada por abscesos retrofaríngeos, tumores, infecciones o miastenia gravis, por ejemplo, y puede afectar desde la boca hasta el esófago, lo que se conoce como disfagia orofaríngea, o ocurrir desde el esófago hasta el estómago, conocida como disfagia esofágica.

El tratamiento para la disfagia lo realiza un gastroenterólogo u otorrinolaringólogo y varía según el tipo de disfagia y su causa. Puede incluir cambios en la alimentación, uso de medicamentos o cirugía en algunos casos.

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Principales síntomas

Los principales síntomas de la disfagia son:

  • Dificultad para tragar al inicio o después de unos segundos de comer;
  • Dolor en el cuello o pecho al tragar;
  • Sensación de tener un nudo en la garganta;
  • Tos o atragantamiento;
  • Necesidad de despejar la garganta durante la comida;
  • Regreso del alimento por la nariz;
  • Infecciones torácicas frecuentes;
  • Pérdida de peso.

Además, la persona puede comer más despacio para evitar el malestar o incluso hacer cambios en su dieta, prefiriendo alimentos más pastosos o líquidos, o bebiendo líquidos durante las comidas. 

Cómo confirmar el diagnóstico  

El diagnóstico de la disfagia lo realiza un gastroenterólogo mediante la evaluación de los síntomas, así como cuándo comenzaron y cuánto tiempo han durado, junto con un examen físico.

Además, el médico puede solicitar exámenes como la videonasofibroscopia de la deglución o la evaluación endoscópica por fibra óptica de la deglución, para evaluar el paso del bolo alimenticio y la deglución.

En algunos casos, también puede pedir una fluoroscopia con bario o una endoscopia para evaluar el esófago.

Posibles causas

Las principales causas de la disfagia orofaríngea son:

  • Infecciones, como abscesos retrofaríngeos, tuberculosis y candidiasis;

  • Tumores;

  • Accidente cerebrovascular (ACV);

  • Traumatismo craneoencefálico;

  • Enfermedades degenerativas, como Parkinson y Alzheimer;

  • Enfermedades neuromusculares, como esclerosis lateral amiotrófica, miastenia, acalasia;

  • Parálisis cerebral;

  • Intubación orotraqueal prolongada o traqueostomía.

Asimismo, la ingesta de productos químicos, como los de limpieza, por ejemplo, puede dañar la mucosa del esófago, produciendo los síntomas típicos de disfagia.

Otras causas son el uso de medicamentos, como antidepresivos, antiinflamatorios no esteroides, opioides, antipsicóticos o suplementos de potasio, por ejemplo.

Tipos de disfagia

Los principales tipos de disfagia son:

1. Disfagia orofaríngea

La disfagia orofaríngea se caracteriza por la dificultad para iniciar la deglución, afectando la parte entre la raíz de la lengua y la epiglotis.

Este tipo de disfagia puede ser causado por alteraciones en el músculo de la lengua, ACV, problemas en la producción de saliva, encías o debido a la pérdida de fuerza en la mandíbula, por ejemplo.

2. Disfagia esofágica

La disfagia esofágica se caracteriza por la aparición de los síntomas algunos segundos después de tragar, sintiéndose más en la región del pecho, debido a la dificultad del alimento para pasar por el esófago y llegar al estómago.

En algunos casos, la disfagia esofágica puede confundirse con alteraciones cardíacas, por lo que es importante consultar al médico en caso de dolor en el pecho para descartar problemas relacionados con el corazón y así iniciar el tratamiento adecuado.

Cómo se realiza el tratamiento

El tratamiento de la disfagia debe realizarse bajo la orientación de un gastroenterólogo u otorrinolaringólogo y varía según el tipo de disfagia.

En el caso de la disfagia orofaríngea, generalmente se recomienda hacer cambios en la dieta, optando por alimentos más blandos, líquidos espesos y adoptando posiciones que faciliten la deglución.

Además, el médico puede recomendar ejercicios de fortalecimiento y estimulación térmica y gustativa para mejorar la deglución. En algunos casos, puede ser necesario utilizar una sonda nasogástrica para la alimentación. Vea más sobre este tipo de alimentación por sonda.

En cuanto a la disfagia esofágica, el médico puede indicar el uso de medicamentos inhibidores de la producción de ácido en personas con reflujo gastroesofágico, corticoides en casos de esofagitis eosinofílica y relajantes musculares en personas que presentan espasmos en el esófago. También se pueden utilizar procedimientos médicos para dilatar el esófago o realizar cirugía en casos de obstrucción por tumores o divertículos, por ejemplo.