La cervicalgia es un dolor que surge en la zona cervical, es decir, en el cuello, el cual puede estar causado por tensión muscular, golpes o accidentes en la región del cuello, hernia discal o artrosis cervical, ocasionando síntomas como rigidez, además del dolor.
Asimismo, la cervicalgia, también conocida como dolor cervical, puede estar acompañada de otros síntomas como dolor que se irradia hacia los hombros o brazos, sensación de hormigueo, debilidad o pérdida de fuerza en los brazos, o dolor de cabeza en la zona de la nuca, por ejemplo.
Aunque en la mayor parte de los casos el dolor en la columna cervical sea temporal, es importante consultar al traumatólogo siempre que este demore más de 3 días en mejorar o esté acompañado de otros síntomas, para que sea identificada la causa e indicado el mejor tratamiento.
Síntomas de cervicalgia
Entre los principales síntomas de cervicalgia se incluyen:
- Dolor en la zona del cuello, que puede irradiarse hacia los brazos y hombros;
- Dolor de cabeza, sobre todo en la zona de la nuca;
- Rigidez del cuello;
- Dificultad para mover la cabeza;
- Sensación de hormigueo, debilidad o pérdida de fuerza en los brazos.
El surgimiento de estos síntomas va a depender de cuál sea la causa de la cervicalgia, por lo que, en caso de presentar varios de estos síntomas, lo más recomendable es acudir al médico para que realice una evaluación e indique el tratamiento más adecuado.
Principales causas
Algunas de las causas más comunes de cervicalgia incluyen:
1. Tensión muscular
La tensión muscular es la causa más común de dolor en la región de la columna cervical, la cual normalmente es provocada por actividades o comportamientos del día a día, como tener mala postura, trabajar sentado por mucho tiempo, dormir en la posición incorrecta o contraer los músculos del cuello durante el ejercicio físico.
Asimismo, la tensión muscular también puede surgir durante períodos de mucho estrés, pues la tensión generalmente causa el surgimiento de contracturas en la zona cervical.
Cómo tratar: una forma fácil de aliviar las molestias consiste en hacer estiramientos del cuello de 2 a 3 veces al día, durante al menos 5 minutos. Sin embargo, aplicar compresas calientes en la zona durante 10 a 15 minutos también puede ayudar.
2. Golpes y accidentes
La cervicalgia puede estar causada por traumas, como un golpe fuerte en el cuello provocado por accidentes de tránsito o una lesión deportiva, por ejemplo.
Por ser una región muy expuesta y sensible, el cuello puede sufrir varios tipos de traumas, lo que acaba generando dolor.
Cómo tratar: normalmente, el dolor es relativamente suave y desaparece al cabo de unos días con la aplicación de compresas calientes durante 15 minutos diarios. Sin embargo, si el dolor es muy intenso o si surgen otros síntomas como dificultad para mover el cuello u hormigueo, es importante consultar a un médico.
3. Artrosis cervical
La artrosis cervical, también conocida como osteoartritis cervical o espondiloartrosis, ocurre debido a un desgaste del cartílago de las vértebras de la columna cervical, lo que da como resultado inflamación y síntomas como dolor intenso en el cuello, dificultad para mover el cuello o sensación de hormigueo o adormecimiento en los brazos o el cuello.
Aparte del dolor en la cervical, también pueden surgir otros síntomas como dolor de cabeza y producción de pequeños chasquidos.
Cómo tratar: normalmente, es necesario hacer fisioterapia para aliviar las molestias provocadas por la artrosis cervical; no obstante, el traumatólogo también puede indicar el uso de algunos medicamentos para reducir la inflamación y aliviar el dolor. Conozca mejor cómo es realizado el tratamiento de la artrosis cervical.
4. Hernia de disco
La hernia de disco cervical ocurre cuando los discos entre las vértebras de la columna, que funcionan como amortiguadores, son presionados y cambian de forma, lo que puede ejercer presión en las raíces de los nervios cercanos, causando síntomas como dolor constante, hormigueo o adormecimiento de los brazos.
La hernia de disco cervical es más frecuente luego de los 40 años, pero puede surgir antes, en especial en personas que tienen una mala postura o que trabajan en posiciones no muy cómodas, como pintores, panaderos u odontólogos, por ejemplo.
Cómo tratar: el tratamiento de la hernia discal debe ser llevado a cabo por el traumatólogo, el cual puede indicar fisioterapia o uso de medicamentos analgésicos y antiinflamatorios, como paracetamol o ibuprofeno, para ayudar a aliviar el dolor y a reducir la inflamación. En los casos más graves, el médico puede incluso recomendar una cirugía. Vea las principales opciones de tratamiento para la hernia de disco.
5. Osteofitosis
La osteofitosis, conocida popularmente como "picos de loro", ocurre cuando una parte de la vértebra crece más de lo normal, provocando una protuberancia ósea que se asemeja al pico de un loro. Aunque esta protuberancia en sí no genere dolor, puede acabar presionando los nervios de la columna, lo que provoca síntomas como dolor, hormigueo e incluso pérdida de fuerza.
Cómo tratar: el pico de loro debe ser siempre diagnosticado por un traumatólogo para que indique el tratamiento, el cual suele ser realizado con fisioterapia y medicamentos antiinflamatorios. Conozca más sobre el pico de loro y cómo tratarlo.
6. Discopatía degenerativa
La discopatía degenerativa es el desgaste progresivo de los discos intervertebrales en la columna cervical, causado por el envejecimiento natural del cuerpo, siendo común en personas mayores de 40 años.
Por lo general, este desgaste no causa dolor; sin embargo, en ciertos casos puede surgir dolor en el cuello, sensación de hormigueo o debilidad en los brazos, por ejemplo.
Cómo tratar: el tratamiento de la discopatía degenerativa debe ser llevado a cabo bajo orientación del traumatólogo, el cual puede indicar el uso de medicamentos antiinflamatorios o analgésicos para aliviar los síntomas, fisioterapia o cirugía, en los casos más graves. Vea cómo es realizado el tratamiento de la discopatía degenerativa.
7. Espondilosis cervical
La espondilosis cervical es un desgaste de las vértebras de la columna cervical y de los discos intervertebrales, lo que causa compresión de los nervios y síntomas como dolor en el cuello o alrededor del hombro, el cual puede irradiarse hacia los brazos, sensación de cuello rígido o dolor de cabeza en la zona de la nuca.
Esta condición puede surgir debido al envejecimiento natural del cuerpo, razón por la cual es más común en adultos mayores; no obstante, puede ocurrir en cualquier persona debido al exceso de peso o mala postura, por ejemplo.
Cómo tratar: el tratamiento debe ser llevado a cabo por el traumatólogo, el cual puede indicar medicamentos analgésicos y antiinflamatorios, uso de collarín o cirugía. Vea cómo es realizado el tratamiento de la espondilosis cervical.
8. Hiperlordosis
La hiperlordosis es una curvatura más acentuada de la columna hacia adentro, lo que puede ocurrir en la región cervical, causando dolor o molestias en el cuello.
Este problema en la columna puede ser causado por mala postura, sedentarismo, obesidad o por un debilitamiento muscular progresivo, conocido como distrofia muscular.
Cómo tratar: el tratamiento de la hiperlordosis es llevado a cabo por el traumatólogo, el cual puede indicar la práctica de actividades físicas, fisioterapia o reeducación postural global (RPG). Conozca otros tratamientos para la hiperlordosis.
Cuándo acudir al médico
Se recomienda consultar al traumatólogo siempre que surja dolor constante en la columna cervical, con el objetivo de que sea realizada una evaluación e identificada su causa.
Asimismo, se debe consultar al médico si el dolor en la columna cervical está acompañado de los siguientes síntomas:
- Dolor intenso en el cuello;
- Dolor en la columna que se irradia hacia el hombro o los brazos;
- Dificultad para mover el cuello o los brazos;
- Dolor persistente o que empeora con el paso del tiempo;
- Fiebre o escalofríos;
- Accidentes que puedan haber lesionado la columna;
- Debilidad muscular;
- Sensación de arenilla en las articulaciones del cuello.
Por lo general, estos síntomas indican que el dolor no se trata solo de una contractura muscular, por lo cual deben ser evaluados por el traumatólogo.
En la consulta, aparte de evaluar los síntomas, el médico puede solicitar la realización de algunos exámenes como radiografía o resonancia magnética, por ejemplo, para determinar mejor la causa.