La embolia grasa es la obstrucción de un vaso sanguíneo por partículas de grasa, lo que suele ocurrir después de fracturas de huesos largos, como los huesos de las piernas, muslos o caderas, pero también puede aparecer en el período postoperatorio de cirugías ortopédicas o procedimientos estéticos, como la liposucción, por ejemplo.
Los síntomas de la embolia grasa varían según el tejido u órgano afectado, pudiendo incluir dolor de cabeza, náuseas, dificultad para respirar, malestar general o dolor relacionado con la fractura ósea, por ejemplo.
El tratamiento de la embolia grasa debe ser administrado por un médico general, lo más pronto posible en el hospital, e involucra la administración de sueros intravenosos, oxigenoterapia y medicamentos como corticoides, por ejemplo.
Síntomas de embolia grasa
Los principales síntomas de embolia grasa son:
- Dolor relacionado con fractura ósea;
- Dolor de cabeza;
- Náuseas;
- Dificultad para respirar o respiración acelerada;
- Sudor excesivo;
- Latidos cardíacos acelerados;
- Hemorragia en los ojos;
- Pequeños puntos rojos, morados o marrón;
- Malestar general.
Estos síntomas varían según el tejido u órgano afectado, siendo más comunes en los pulmones, la piel o el cerebro, por ejemplo. Sin embargo, otros órganos como los riñones, la retina, el bazo o el hígado, por ejemplo, también pueden verse afectados y tener comprometida su función.
Cuando las partículas de grasa afectan los vasos sanguíneos en el cerebro, también pueden aparecer síntomas como agitación, inquietud, alteración del estado mental, convulsiones o incluso coma.
En caso de presentar síntomas de embolia grasa, se debe acudir de inmediato a urgencias para que se realice el diagnóstico y se inicie el tratamiento lo más rápido posible, a fin de evitar complicaciones.
Cómo se realiza el diagnóstico
El diagnóstico de la embolia grasa es realizado por el médico general en el hospital a través de la evaluación de los síntomas, el historial de salud y el historial reciente de fracturas óseas, accidentes, cirugías ortopédicas o procedimientos estéticos.
Además, el médico puede solicitar exámenes como un hemograma completo, un panel metabólico o una gasometría arterial. Conozca cómo se realiza la gasometría arterial.
Para confirmar el diagnóstico, el médico puede solicitar pruebas como una radiografía de tórax, una tomografía computarizada o una resonancia magnética, por ejemplo.
Principales causas
La embolia grasa puede ser producida por situaciones como:
- Fractura de los huesos, como el fémur, tibia y pelvis, después de un accidente automovilístico o caída;
- Cirugías ortopédicas, como artroplastia de la rodilla o cadera;
- Cirugías plásticas, como lipoaspiración o realización de Lipofilling.
La embolia grasa también puede producirse sin un motivo claro, de forma espontánea, lo cual es raro.
Algunos de los grupos de riesgo son los portadores de infección generalizada, personas con crisis de anemia falciforme, pancreatitis, diabetes, esteatosis hepática, uso prolongado de corticoides o con quemaduras extensas.
¿Cuándo se produce el Síndrome de Embolia grasa?
La embolia grasa recibe el nombre de Síndrome de Embolia Grasa cuando es grave y lesiona de forma simultánea los pulmones, el cerebro, la coagulación de la sangre y la piel, provocando un cuadro grave que incluye dificultad para respirar, alteraciones cerebrales y lesiones enrojecidas en la piel, que indican inflamación y tendencia al sangrado.
Cerca del 1% de los casos de embolia grasa desarrollan este síndrome, el cual es muy grave debido a que, además de la obstrucción de los vasos por la grasa, también desencadena reacciones químicas en la circulación que producen una intensa reacción inflamatoria en el organismo.
Cómo se realiza el tratamiento
A pesar de no haber un tratamiento específico para curar la embolia grasa, existen medidas utilizadas por el médico capaces de controlar los síntomas y facilitar la recuperación. En algunos casos, esta monitorización puede hacerse en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI), hasta que haya mejoría y estabilización del cuadro clínico.
Algunas opciones utilizadas por el médico incluyen el uso de catéter o mascarilla de oxígeno, además de la monitorización continua de los signos vitales. En caso de ser necesario, puede hidratarse por la vena con suero, así como el uso de medicamentos para regular la presión arterial.
Además, algunos médicos pueden intentar el uso de medicamentos corticoides con la intención de disminuir la reacción inflamatoria de la enfermedad.