La encefalitis autoinmune es una inflamación del cerebro que surge cuando el sistema inmunitario ataca las propias células cerebrales, perjudicando su funcionamiento y provocando síntomas como hormigueo en el cuerpo, alteraciones visuales, convulsiones o agitación, por ejemplo, que pueden o no dejar secuelas.
Esta enfermedad es rara y puede afectar a personas de todas las edades. Existen diferentes tipos de encefalitis autoinmunes, pues dependen del tipo de anticuerpo que ataque las células y del área del cerebro afectada, siendo algunos de los principales ejemplos la encefalitis anti-NMDAR, encefalitis diseminada aguda o encefalitis límbica, por ejemplo, las cuales pueden surgir debido a una neoplasia, después de infecciones o sin causa aparente.
Aunque la encefalitis autoinmune no tenga cura, puede ser tratada con el uso de ciertos medicamentos, como anticonvulsivantes, corticoides o inmunosupresores, por ejemplo, que alivian los síntomas, reducen la inflamación y ayudan a devolver todas las capacidades del funcionamiento cerebral.
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La causa específica de este tipo de encefalitis aún no es conocida y, en muchos casos, surge en personas saludables.
También se cree que los autoanticuerpos puedan ser originados después de algunos tipos de infección por bacterias o virus, los cuales podrían generar la producción de anticuerpos inapropiados. Conozca sobre la encefalitis viral y los principales síntomas.
No obstante, la encefalitis autoinmune también puede surgir como una de las manifestaciones de un tumor a distancia, como el cáncer de pulmón o de útero, por ejemplo, lo que es llamado el síndrome paraneoplásico. Por lo tanto, en la presencia de una encefalitis autoinmune es necesario investigar la presencia de cáncer.
Principales síntomas
Puesto que la encefalitis autoinmune altera el funcionamiento del cerebro, los síntomas varían de acuerdo con la región afectada. Sin embargo, los más comunes incluyen:
- Debilidad o alteraciones de la sensibilidad en varias partes del cuerpo;
- Pérdida de equilibrio;
- Dificultad para hablar;
- Movimientos involuntarios;
- Alteraciones de la visión, como visión borrosa;
- Dificultad para entender y alteraciones de memoria;
- Alteraciones en el sentido del gusto;
- Dificultad para dormir y agitación frecuente;
- Alteraciones del humor o de la personalidad.
Además, cuando la comunicación entre las neuronas se encuentra muy afectada, también pueden surgir síntomas como alucinaciones, delirios o pensamientos paranoicos.
De esta manera, ciertos casos de encefalitis autoinmune pueden ser diagnosticados de forma errada, como siendo una alteración psiquiátrica del tipo esquizofrenia o trastorno bipolar. Cuando esto ocurre, el tratamiento no es realizado de forma adecuada y los síntomas pueden empeorar a lo largo del tiempo o no mostrar señales significativas de mejoría.
Cómo es realizado el diagnóstico
Para establecer el diagnóstico correcto de esta enfermedad es importante consultar a un neurólogo, puesto que, además de evaluar los síntomas, es indispensable la realización de otras pruebas de diagnóstico, como análisis del líquido cefalorraquídeo, resonancia magnética o electroencefalograma, para detectar lesiones cerebrales que indiquen la existencia de encefalitis autoinmune.
También se puede realizar exámenes de sangre para determinar si existen anticuerpos que puedan causar este tipo de alteraciones. Algunos de los principales autoanticuerpos son el anti-NMDAR, el anti-VGKC o el anti-GlyR, por ejemplo, específicos para cada tipo de encefalitis.
Asimismo, para investigar la encefalitis autoinmune, el médico necesita descartar otras causas más frecuentes de inflamación cerebral, como infecciones virales o bacterianas.
Cómo se realiza el tratamiento
El tratamiento para la encefalitis autoinmune es iniciado con uno o más de los siguientes tipos de tratamiento:
- Uso de corticoides, como prednisona o hidrocortisona, para disminuir la respuesta del sistema inmunitario;
- Uso de inmunosupresores, como rituximab o ciclofosfamida, para una reducción más potente del sistema inmunitario;
- Plasmaféresis, para filtrar la sangre y remover el exceso de anticuerpos que estén causando la enfermedad;
- Inyecciones de inmunoglobulina, pues sustituye la unión de los anticuerpos nocivos a las células cerebrales;
- Remoción de tumores que puedan estar originando los anticuerpos que causan la encefalitis.
También pueden ser necesarios medicamentos para reducir los síntomas, como anticonvulsivantes o ansiolíticos, por ejemplo.
Asimismo, es importante que la persona afectada por la encefalitis autoinmune pase por una rehabilitación, pudiendo haber la necesidad de fisioterapia, terapia ocupacional o seguimiento psiquiátrico para reducir los síntomas y disminuir posibles secuelas.