Qué es:
La enfermedad de Chagas, o mal de Chagas, es una enfermedad infecciosa causada pro el parásito Trypanosoma cruzi, que causa hinchazón local de la picadura del insecto, fiebre, aumento de tamaño de los ganglios linfáticos y complicaciones para la salud, como alteraciones en el sistema digestivo y/o cardíaco, principalmente aumento de tamaño del músculo cardíaco debido a la cronicidad de la enfermedad.
El Trypanosoma cruzi usa al insecto triatomino como hospedero intermedio, por lo que durante una picadura, este insecto defeca u orina en la persona, liberando el parásito. Después de la picadura, la reacción normal de la persona es rascarse, propiciando la entrada del T. cruzi en el organismo, desarrollando la enfermedad.
Ante la presencia de signos y síntomas de una posible picadura de este insecto, es importante acudir con el médico general o infectólogo para que realice el diagnóstico e inicie el tratamiento adecuado, que normalmente incluye el uso de medicamentos, como el benznidazol, que es eficaz en la fase aguda de la enfermedad, actuando directamente sobre T. cruzi.
Síntomas de la enfermedad de Chagas
Los principales síntomas de la enfermedad de Chagas son:
- Signo de romaña, que es una hinchazón de los párpados, indicando que hubo entrada del parásito en el organismo;
- Chagoma, que corresponde a la hinchazón de una zona de la piel, y también indica la entrada de T. cruzi en el organismo;
- Fiebre;
- Malestar;
- Aumento de tamaño de los ganglios linfáticos;
- Dolor de cabeza;
- Náuseas y vómitos;
- Diarrea.
En los casos más graves, también puede haber aumento de tamaño del corazón, llamado cardiomegalia; insuficiencia cardíaca; megacolon, o megaesófago, por ejemplo, además de que puede haber aumento de tamaño del hígado y del bazo.
Los síntomas de la enfermedad de Chagas normalmente surgen entre 7 a 14 días después de la infección; sin embargo, cuando el contagio se produce a través del consumo de alimentos contaminados, los síntomas pueden surgir después de 3 a 22 días después de la infección.
Fases de la enfermedad de Chagas
La enfermedad de Chagas puede clasificarse en dos fases principales:
- Fase aguda, en que normalmente no hay síntomas y corresponde al período en que el parásito se está multiplicando y diseminando por el cuerpo a través del torrente sanguíneo;
- Fase crónica, que corresponde al desarrollo del parásito en los órganos, principalmente corazón y sistema digestivo, pudiendo no causar síntomas por años. En esta fase se observan los síntomas más graves, como cardiomegalia, insuficiencia cardíaca y aumento de tamaño del bazo y del hígado.
Es importante que la fase de la enfermedad de Chagas sea diagnosticada para que el médico indique el tratamiento más adecuado y, de esta forma, evitar complicaciones.
Cómo se confirma el diagnóstico
El diagnóstico de la enfermedad de Chagas es realizado por el médico general o infectólogo con base en la fase de la enfermedad, síntomas presentados por la persona y los datos clínico epidemiológicos, como lugar en que vive o que visitó, así como hábitos alimentarios.
Normalmente, se solicitan análisis de sangre, como hemograma, y la búsqueda del parásito en la sangre, como frotis de sangre y pruebas serológicas de anticuerpos. Además, el médico también puede solicitar la realización de exámenes de imagen, como ultrasonido abdominal y ecocardiograma, por ejemplo. Vea qué es y para qué sirve un ecocardiograma.
Transmisión de la enfermedad de Chagas
La enfermedad de Chagas, también llamada tripanosomiasis americana, es causada por el parásito Trypanosoma cruzi, que posee como hospedero inmediato el insecto triatomino. Este insecto suele encontrarse en grietas de casas rústicas, camas, colchones, depósitos, nidos de aves, troncos de árboles, dentro de otros lugares, siendo que tiene preferencia por lugares cercanos a los de su fuente de alimento.
Cuando el insecto triatomino se alimento de la sangre, tiene el hábito de defecar y orinar inmediatamente, liberando el parásito, y cuando la persona se rasca, este parásito logra entrar en el organismo y diseminarse en el torrente sanguíneo, siendo esta la principal forma de transmisión de la enfermedad.
Otra forma de transmisión es el consumo de alimentos contaminados con el insecto o sus excrementos. La enfermedad también puede contagiarse a través de la transfusión de sangre contaminada, o de forma congénita, esto es, de la madre al hijo durante el embarazo o en el parto.
Cómo se realiza el tratamiento
El tratamiento de la enfermedad de Chagas debe iniciarse lo antes posible, siendo normalmente indicado el uso de Benznidazol, que es un medicamento antiparasitario que actúa directamente contra el T. cruzi. De forma general, el tratamiento se realiza con 2 a 3 dosis del medicamento al día, durante 60 días continuos. La dosis debe ser orientada por el médico general o infectólogo y, generalmente varía de acuerdo a la edad y peso, siguiendo estos criterios:
- Adultos: 5 a 7 mg/kg/día, dividido en dos veces al día, siendo recomendada una dosis después del desayuno y otras después de la cena;
- Niños y adolescentes mayores de 12 años: 5 a 7 mg/kg/día, divididos en dos veces al día;
- Niños menores de 12 años: hasta 10 mg/kg/día por hasta 20 días, siendo recomendado disminuir la dosis después de este período de acuerdo a la indicación del pediatra.
Es importante que el tratamiento sea realizado de acuerdo a la orientación del médico y se siga incluso aunque no haya más síntomas aparentes, ya que de esta forma es posible garantizar la acción contra el parásito, el cual disminuirá su tasa de replicación y de diseminación.
En casos raro, puede haber intolerancia al benznidazol, que puede ser observada a través de signos como alteraciones en la piel, náuseas, vómitos y diarrea. En caso de que esto suceda, es importante volver al médico para que indique la suspensión de este medicamento e iniciar con otro, que normalmente es nifurtimox.
Tratamiento durante el embarazo
Debido a que hay riesgo de toxicidad en la gestación, el tratamiento de la enfermedad de Chagas no está recomendado durante el embarazo, siendo realizado solo después después del parto. Sin embargo, en los casos más graves, en que hay riesgo para la mujer, puede recomendarse el tratamiento durante la gestación. Cuando el tratamiento no se realiza, hay riesgo de que la infección pase de la madre hacia el bebé durante el embarazo o durante el parto.
Signos de mejoría y empeoramiento
La mejoría de los síntomas generalmente va surgiendo gradualmente a partir de la primera semana de tratamiento e incluye la disminución de la fiebre, mejoría del malestar y disminución de la hinchazón abdominal y detención de la diarrea.
Aunque los síntomas puedan mejorar al final del primer mes, el tratamiento debe mantenerse por 2 meses para garantizar que los parásitos en el organismo sean completamente eliminados. La única forma de garantizar que la enfermedad ha sido curada es haciendo un examen de sangre al final del tratamiento.
Por otro lado, cuando el tratamiento no se inicia o no se realiza de forma adecuada, los síntomas pueden desaparecer después de 2 meses, sin embargo, los parásitos continúan en el cuerpo desarrollándose e infectando varios órganos. En estos casos, la persona puede volver a tener nuevos síntomas hasta 20 o 30 años después de la primera infección. Sin embargo, estos síntomas son más graves y están relacionados con lesiones en varios órganos como corazón, pulmones o intestino, pudiendo poner la vida en riesgo.