Enfermedades psicosomáticas: qué son, síntomas, causas y tratamiento

Las enfermedades psicosomáticas son condiciones de salud causadas por alteraciones emocionales, como el estrés o la ansiedad, que generan síntomas físicos tales como dolor, dificultad para respirar, palpitaciones, temblores o diarrea, entre otros.

Generalmente, los síntomas derivados de las enfermedades psicosomáticas no se explican por ninguna otra enfermedad o alteración física y/o orgánica. Por esta razón, una persona con una enfermedad psicosomática puede acudir a varias consultas con diferentes médicos sin lograr identificar una causa clara.

El tratamiento de las enfermedades psicosomáticas, también conocidas como trastorno de síntomas somáticos, es llevado a cabo por un psiquiatra e incluye, por lo general, psicoterapia y/o el uso de medicamentos como antidepresivos o ansiolíticos, para ayudar a aliviar los síntomas.

Síntomas de las enfermedades psicosomáticas

Los principales síntomas de una enfermedad psicosomática incluyen:

• Dolor o sensación de ardor en el estómago, náuseas, empeoramiento de gastritis o úlceras gástricas;
• Diarrea o estreñimiento;
• Sensación de nudo en la garganta, irritaciones en la garganta y amígdalas;
• Tensión, contracturas, dolor muscular o dolor de espalda;
• Sensación de falta de aire o asfixia;
• Palpitaciones y aparición o empeoramiento de la hipertensión;
• Dolor en el pecho, que puede incluso confundirse con un infarto;
• Picazón, ardor o hormigueo en la pie.

Además, la persona puede experimentar alteraciones en la visión, el equilibrio, la sensibilidad (entumecimientos, hormigueos) y la motricidad, así como dolores de cabeza, migrañas, insomnio o irritabilidad.

Otros síntomas pueden incluir dolor o dificultad al orinar, empeoramiento de la impotencia, disminución del deseo sexual, dificultad para concebir o alteraciones en el ciclo menstrual.

Estos síntomas varían de una persona a otra y ocurren porque el estrés y la ansiedad incrementan la actividad nerviosa en el cerebro, además de elevar los niveles de hormonas como la adrenalina y el cortisol, lo que aumenta la intensidad y duración de los síntomas.

Síntomas en niños

En niños, los síntomas más comunes incluyen:

• Dolor abdominal frecuente;
• Dolor de cabeza;
• Cansancio;
• Náuseas;

Es más habitual que los niños presenten solo un síntoma, mientras que los adultos tienden a experimentar varios síntomas al mismo tiempo.

Estos síntomas están asociados a un malestar emocional y, en algunos casos, a trastornos de ansiedad y depresión. Son más frecuentes en personas con antecedentes familiares de somatización de experiencias traumáticas.

Cómo confirmar el diagnóstico

El diagnóstico de la enfermedad psicosomática lo realiza un psiquiatra mediante la evaluación de los síntomas y el historial de salud del paciente.

Por lo general, la persona es referida a un psiquiatra por  otro médico, como un médico general , después de haber realizado varios exámenes de laboratorio y de imagen sin encontrar una causa física u orgánica que explique los síntomas presentados.

Posibles causas

Las principales causas de las enfermedades psicosomáticas son:

Factores genéticos;

• Duelo;
• Estrés excesivo;
• Traumas en la infancia o conflictos familiares;
• Violencia doméstica o acoso escolar (bullying);
• Consumo excesivo de alcohol o  uso de drogas.

Estas situaciones pueden facilitar el desarrollo de somatización, como la depresión, ansiedad, o estrés, y contribuir al desarrollo de enfermedades psicosomáticas.

Normalmente, las personas que presentan una enfermedad psicosomática pueden sufrir durante meses o incluso años antes de que se descubra la causa real.

Tipos de enfermedades psicosomáticas

Los principales tipos de enfermedades psicosomáticas son:

1. Trastorno de síntomas somáticos

Este trastorno se caracteriza por uno o más síntomas físicos que interfieren en las actividades diarias y afectan la calidad de vida.

2. Trastorno conversivo

Es un tipo de enfermedad somática que afecta los sentidos, las funciones corporales o los movimientos.

Por lo general, el trastorno conversivo provoca síntomas neurológicos, como temblores generalizados, parálisis, visión doble, sordera o convulsiones no epilépticas.

 3. Dolor psicogénico

El dolor psicogénico es un tipo de enfermedad psicosomática en la que la persona presenta dolor crónico sin una causa física identificable.

Un ejemplo de dolor psicogénico es el síndrome de dolor abdominal funcional.

4. Hipocondría

La hipocondría se caracteriza por una preocupación excesiva por padecer alguna enfermedad debido a la mala interpretación de señales corporales.

La persona con hipocondría suele consultar a varios médicos sin encontrar una causa física para los síntomas, obteniendo un diagnóstico de salud normal.

Cómo se realiza el tratamiento

El tratamiento de las enfermedades psicosomáticas debe ser supervisado por un psiquiatra con el objetivo de aliviar los síntomas y tratar la depresión y/o la ansiedad.

Principales tratamientos para enfermedades psicosomáticas:

1. Psicoterapia

El acompañamiento con un psicólogo es fundamental en estos casos, ya que ayuda a la persona a identificar las causas de su estrés y ansiedad. Así, se pueden desarrollar estrategias y hábitos que promuevan el bienestar.

2. Uso de medicamentos

Los medicamentos para tratar enfermedades psicosomáticas pueden ser indicados por el psiquiatra para tratar la ansiedad o depresión. Normalmente, se utilizan antidepresivos como sertralina o citalopram, o ansiolíticos calmantes como diazepam o  alprazolam.

Además, se pueden recetar medicamentos para aliviar los síntomas, como analgésicos, antiinflamatorios y medicamentos para las náuseas.

3. Actividades físicas

La actividad física es fundamental para complementar el tratamiento médico de las enfermedades psicosomáticas, ya que ayuda a reducir la ansiedad, el estrés y los síntomas depresivos.

Esto se debe a que el ejercicio libera endorfinas, sustancias relacionadas con el placer y el bienestar.

4. Tratamiento natural

Algunas medidas naturales y sencillas también pueden ayudar a lidiar con problemas emocionales, como tomar tés calmantes de manzanilla y valeriana, tomarse un descanso o vacaciones para despejar la mente y abordar un problema a la vez.

 Este tratamiento natural no sustituye el tratamiento médico recomendado, sino que lo complementa.