La enterocolitis es una inflamación que ocurre en el intestino grueso y delgado, la cual causa síntomas como dolor de estómago, vómitos, pérdida del apetito, fiebre, diarrea y distensión o hinchazón abdominal.
También conocida como colitis, la enterocolitis puede ser causada por infecciones virales o bacterianas, alergia alimentaria o por el uso de medicamentos inmunosupresores, antibióticos o quimioterapéuticos, que alteran la flora intestinal, favoreciendo el surgimiento de infecciones.
De esta manera, en caso de sospecha de enterocolitis, es importante consultar al gastroenterólogo o al médico general para que sea realizada una evaluación completa e indicado el tratamiento más adecuado, el cual puede incluir uso de medicamentos, dieta y, en ciertos casos graves, cirugía.
Principales síntomas
Los principales síntomas de la enterocolitis incluyen:
- Dolor abdominal y cólicos;
- Diarrea, que puede contener sangre;
- Pérdida del apetito;
- Náuseas;
- Vómito verde o amarillo;
- Presencia de moco en las heces;
- Fiebre;
- Distensión abdominal.
Asimismo, el recién nacido con enterocolitis también puede presentar vómito amarillo, verde o con sangre, heces con sangre, baja temperatura corporal y somnolencia.
Tipos de enterocolitis
Existen distintos tipos de enterocolitis, de acuerdo con la causa y los síntomas de esta condición:
1. Enterocolitis necrosante
La enterocolitis necrosante, que afecta principalmente a bebés prematuros, es la inflamación grave de los intestinos, que reaccionan de manera excesiva cuando son expuestos a bacterias normales de los alimentos, interrumpiendo el flujo de sangre local, causando la muerte del tejido. Con la evolución del cuadro, esta inflamación puede provocar perforación intestinal, causando peritonitis, sepsis y muerte.
Los principales síntomas de la enterocolitis necrosante son pérdida del apetito, vómito verde o amarillo, letargia, distensión abdominal, diarrea con sangre y sensibilidad en el abdomen.
2. Enterocolitis pseudomembranosa
La enterocolitis pseudomembranosa, o colitis pseudomembranosa, es una inflamación de la parte final del intestino, el colon y el recto, que puede ser causada por el uso de algunos antibióticos, como amoxicilina y clindamicina, provocando la proliferación de la bacteria Clostridium difficile y el surgimiento de síntomas como diarrea, fiebre y dolor abdominal.
3. Enterocolitis neutropénica
La enterocolitis neutropénica afecta a personas con neutropenia, que es la reducción de la cantidad de neutrófilos, que son las células de la sangre responsables por el combate de infecciones. Las personas con neutropenia son propensas a infecciones más graves que pueden generar enterocolitis.
Los síntomas que pueden estar presentes en la enterocolitis neutropénica, que también es conocida como tiflitis, incluyen fiebre, dolor y distensión abdominal, pérdida del apetito, náuseas, diarrea con o sin sangre y sensibilidad al tocar el abdomen.
4. Rectocolitis ulcerosa
La rectocolitis ulcerosa es una enfermedad crónica en la que reacciones exageradas del sistema inmunitario causan inflamación y úlceras en el intestino grueso, causando síntomas como diarrea con o sin sangre, cólicos o dolor de estómago, moco o pus en las heces y sensación de ganas de evacuar incluso con el intestino vacío.
5. Enterocolitis hemorrágica
Las infecciones provocadas por Escherichia coli enterohemorrágica pueden ocasionar el desarrollo de la enterocolitis hemorrágica. Esto porque esta cepa de bacterias produce toxinas que permanecen en el revestimiento del intestino, causando inflamación y hemorragia.
La enterocolitis hemorrágica afecta principalmente a personas muy jóvenes y adultos mayores, causando diarrea con sangre.
6. Enterocolitis inducida por proteínas alimentarias
La enterocolitis inducida por proteínas alimentarias es un tipo de alergia alimentaria que causa una respuesta inflamatoria en el intestino. Así como otras alergias alimentarias, este tipo de enterocolitis puede ser provocada por la ingesta de alimentos como leche de vaca, soja y cereales (arroz, cebada, avena).
Esta condición afecta principalmente a niños menores de dos años de edad, pudiendo causar vómitos intensos, diarrea y deshidratación. Asimismo, las formas más graves de este tipo de enterocolitis pueden generar una alteración de la temperatura corporal y la reducción de la presión arterial.
7. Enterocolitis asociada a Hirschsprung
La enterocolitis asociada a Hirschsprung es una complicación de la enfermedad de Hirschsprung, una afección congénita en la que los bebés poseen deficiencia o ausencia de células implicadas en las contracciones musculares que desplazan las heces a través del intestino grueso, impidiendo su funcionamiento adecuado y causando la acumulación de heces.
De esta manera, la acumulación de heces favorece el crecimiento excesivo de bacterias que se diseminan por todo el intestino, favoreciendo el desarrollo de la enterocolitis y pudiendo causar el surgimiento de síntomas como fiebre, vómitos, diarrea, distensión abdominal y sepsis.
Cómo confirmar el diagnóstico
El diagnóstico de la enterocolitis debe ser realizado por el gastroenterólogo o médico general mediante la evaluación de los síntomas presentados y de los antecedentes de salud de la persona.
Para confirmar el diagnóstico, el médico también puede solicitar algunos exámenes, como hemograma, análisis de heces, biopsia del intestino y exámenes de imagen, como ecografía, colonoscopia o tomografía computarizada, para ayudar a identificar infecciones, enfermedades específicas y posibles complicaciones en los intestinos.
Posibles causas
La enterocolitis es provocada por una inflamación en el intestino, que puede ser causada por los siguientes factores:
- Infecciones causadas por parásitos, como giardiasis;
- Infecciones bacterianas;
- Enfermedades intestinales crónicas, como enfermedad celíaca o enfermedad de Crohn;
- Reacciones alérgicas a alimentos.
Asimismo, la enterocolitis también puede ser causada por el uso de medicamentos inmunosupresores, antibióticos o quimioterapéuticos, que alteran el equilibrio de la flora intestinal, favoreciendo las infecciones.
Los bebés y los niños son los que frecuentemente se ven más afectados por la enterocolitis, así como personas con enfermedades crónicas, como el VIH, por ejemplo.
Cómo es realizado el tratamiento
El tratamiento de la enterocolitis varía según la causa de esta condición, e incluye el uso de medicamentos, alimentación y cirugía.
1. Medicamentos
El uso de antibióticos como ampicilina, gentamicina, clindamicina, metronidazol, rifaximina y vancomicina, por ejemplo, pueden ser indicados para el tratamiento de la enterocolitis pseudomembranosa y necrosante.
Además, los aminosalicilatos pueden ser prescritos por el médico para tratar la enterocolitis ulcerativa leve o moderada. Por otra parte, los corticosteroides, como prednisona, y los inmunosupresores, como azatioprina, pueden ser recomendados para tratar la enterocolitis ulcerativa.
2. Alimentación
El tratamiento inicial de la enterocolitis necrosante debe ser llevado a cabo mediante la nutrición parenteral total, que es un tipo de alimentación donde los nutrientes son administrados directamente en el torrente sanguíneo. Vea para qué sirve la nutrición parenteral.
En los casos de enterocolitis inducida por proteínas alimentarias debido a fórmulas infantiles de leche o soja, el pediatra puede recomendar utilizar fórmulas hipoalergénicas. Cuando es causada por alimentos, el alergólogo o el pediatra puede recomendar el consumo de frutas y vegetales en vez de cereales y granos.
La alimentación es importante en el tratamiento de la enterocolitis, pues reduce el riesgo de complicaciones y mejora la absorción de nutrientes, promoviendo una mejor calidad de vida. En la dieta para la enterocolitis debe evitarse el consumo de alimentos crudos y se debe dar prioridad a alimentos probióticos, como yogur y kéfir, para equilibrar la flora bacteriana intestinal. Conozca cómo debe ser la dieta para la enterocolitis.
3. Cirugía
La cirugía, como la hemicolectomía, la ileostomía y la laparotomía, puede ser indicada para enterocolitis pseudomembranosa, ulcerativa o necrosante, cuando estas condiciones no responden a los medicamentos o en complicaciones como hemorragias, megacolon o perforación intestinal, por ejemplo.
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