Epididimitis: qué es, síntomas y tratamiento

Qué es:

La epididimitis es la inflamación del epidídimo, un pequeño ducto que es la conexión del canal deferente al testículo, que es responsable de colectar y almacenar los espermatozoides que son producidos en los testículos.

Esta inflamación puede suceder como consecuencia de una enfermedad infecciosa crónica o puede ser debido a alguna infección de transmisión sexual, lo cual puede llevar al surgimiento de algunos signos y síntomas como hinchazón del escroto y de la zona genital principalmente al caminar o mover la zona.

El tratamiento de la epididimitis debe estar orientado por el urólogo de acuerdo a la causa e intensidad de los síntomas, pudiendo indicarse el uso de antibióticos o medicamentos antiinflamatorios para aliviar el dolor y molestias. Sin embargo, también se pueden adoptar remedios caseros como la aplicación de compresas de hielo en la zona y el uso de un suspensorio, por ejemplo.

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Síntomas principales

Los síntomas de la epididimitis surgen a medida que ocurre la inflamación del epidídimo, siendo los principales:

  • Fiebre baja constante y escalofríos;
  • Dolor intenso en la zona escrotal o pélvica;
  • Sensación de presión en los testículos;
  • Hinchazón y enrojecimiento del escroto;
  • Ganglios en la ingle;
  • Dolor durante el contacto íntimo o al orinar;
  • Presencia de sangre en el semen.

Estos síntomas pueden comenzar de forma leve e ir empeorando a lo largo del tiempo, hasta el punto en que no es posible moverse debido al dolor intenso. Siempre que surgen síntomas que puedan indicar una alteración en los testículos es importante consultar al urólogo para que identifique la causa correcta e iniciar el tratamiento más adecuado.

El diagnóstico de la epididimitis debe ser realizado por el urólogo a partir de la observación y palpación de los genitales, además de poder recomendar la realización de exámenes de orina, ultrasonido Doppler, tomografía computarizada o resonancia magnética para identificar la causa de la inflamación.

Causas de epididimitis

La epididimitis puede ser causada por una infección de transmisión sexual, como clamidia o gonorrea, o cuando hay otra infección como tuberculosis, prostatitis o infección urinaria, por ejemplo.

A pesar de ser más frecuente en adolescentes y adultos, la epididimitis también puede presentarse en niños y ser causada por un golpe en los genitales, por torsión del testículo o ser consecuencia de alteraciones anatómicas del testículo.

Cuál es el tratamiento

El tratamiento de la epididimitis debe estar orientado por el urólogo de acuerdo a la intensidad de los síntomas y a la causa de la inflamación. En caso de que la epididimitis haya sido causada por una infección, el médico puede recomendar el uso de antibióticos, como Doxiciclina, Ciprofloxacino o Ceftriaxona, que debe ser usado de acuerdo a la orientación médica, aunque los síntomas no estén presentes.

Además, para aliviar los síntomas se aconseja mantenerse en reposo, evitar cargar objetos muy pesados y aplicar hielo en la zona.. El urólogo puede recetar medicamentos antiinflamatorios y analgésicos como ibuprofeno o paracetamol, para mejorar el bienestar durante la recuperación.

Este tipo de tratamiento normalmente tiene bastante éxito y la mejoría de los síntomas surge alrededor de 2 semanas, sin embargo, en algunos casos la epididimitis puede tardar hasta 3 meses en desaparecer completamente. En estos casos, el médico puede evaluar la necesidad de realizar cirugía, especialmente si el padecimiento no está siendo causado por una infección pero sí por una alteración de la anatomía de los testículos, por ejemplo.

Remedios caseros

Algunos síntomas de la epididimitis pueden tratarse con el uso de remedios caseros que pueden aliviar síntomas como dolor e inflamación, siendo la medida general el permanecer en reposo, además de la elevación del escroto cuando cuando se permanece acostado o con la ayuda de un suspensorio deportivo mientras se está de pie. 

Asimismo, también se pueden aplicar compresas heladas en el escroto cubiertas por un paño para evitar lesiones en la piel de esta zona, además de evitar actividades que requieras esfuerzo moderado a intenso.

El uso de medidas caseras no sustituye el tratamiento indicado por el médico, por lo que antes de iniciar alguna de estas medidas, se recomienda acudir con el urólogo para que diagnostique la causa y dé la orientación adecuada.