La epigastralgia es un dolor localizado en el epigastrio, una región del abdomen comúnmente conocida como la “boca del estómago”, y normalmente es causada por ansiedad o mala digestión, aunque también puede indicar problemas más graves, como infarto o cáncer de estómago en algunos casos.
Además de la epigastralgia, pueden presentarse otros síntomas asociados, como preocupación excesiva, temblores, sudor intenso, dolor en el pecho, náuseas, vómitos, eructos frecuentes o hinchazón abdominal, dependiendo de su causa.
En caso de sospecha de epigastralgia, es importante consultar a un gastroenterólogo o médico general. Además, si el dolor es intenso o persistente, se recomienda acudir a urgencias para una evaluación.
Principales causas
Las principales causas de epigastralgia son:
1. Ansiedad
La ansiedad puede causar síntomas físicos como epigastralgia, sudor excesivo, sensación de opresión en el pecho o temblores en algunas personas. Normalmente está asociada con preocupación excesiva, estrés o miedo.
Lea también: Ansiedad: qué es, síntomas, tipos y tratamiento tuasaude.com/es/ansiedadQué hacer: la epigastralgia debida a la ansiedad generalmente no se considera un problema serio y tiende a pasar a medida que la persona se relaja y la situación estresante se resuelve.
Además, en caso de sospecha de ansiedad y síntomas frecuentes que interfieren con las actividades diarias, se recomienda consultar a un psiquiatra. El médico puede recetar medicamentos para ayudar a controlar los síntomas.
2. Dispepsia funcional
La dispepsia funcional, también conocida como mala digestión, además de epigastralgia, puede causar otros síntomas como sensación de hinchazón abdominal, náuseas, eructos frecuentes o ardor. Esta condición no tiene una causa específica.
Lea también: Dispepsia funcional: qué es, síntomas, causas y tratamiento tuasaude.com/es/dispepsia-funcionalQué hacer: aunque la dispepsia funcional no es un problema grave, es importante descartar condiciones más serias que puedan causar síntomas similares, como úlcera péptica o cáncer gástrico. Por ello, se recomienda consultar a un gastroenterólogo para confirmar el diagnóstico.
Cuando está indicado, el tratamiento puede incluir medicamentos como omeprazol, ranitidina o metoclopramida.
3. Reflujo
La epigastralgia causada por el reflujo gastroesofágico tiende a presentarse como una sensación de ardor en la boca del estómago que sube por el pecho. También puede estar asociada con síntomas como náuseas, eructos frecuentes o retorno de alimentos del estómago a la boca.
El reflujo tiende a ser más frecuente en personas con obesidad y después de las comidas, especialmente si la persona se acuesta.
Lea también: Reflujo gastroesofágico: qué es, síntomas y tratamiento tuasaude.com/es/reflujo-gastricoQué hacer: en caso de sospecha de reflujo gastroesofágico es importante consultar a un gastroenterólogo o médico general. El tratamiento generalmente se realiza con medicamentos antiácidos, que pueden aliviar los síntomas.
Además, se recomienda tomar medidas como perder peso en caso de obesidad y evitar acostarse durante al menos 3 horas después de las comidas.
4. Gastritis
La gastritis puede causar síntomas similares a los de la mala digestión y, por ello, también puede estar asociada con síntomas como náuseas, vómitos o sensación de hinchazón abdominal, además de epigastralgia.
Puede ser causada por la producción de anticuerpos anormales que reaccionan contra la mucosa del estómago o por infección con la bacteria H. pylori, por ejemplo.
Qué hacer: en caso de sospecha de gastritis, se recomienda consultar a un gastroenterólogo, quien puede indicar el uso de medicamentos como antibióticos e inhibidores de la secreción de ácido gástrico y, en algunos casos, la reposición de vitaminas específicas.
Lea también: Dieta para gastritis y úlceras: alimentos permitidos y prohibidos tuasaude.com/es/dieta-para-la-gastritis-y-la-ulcera5. Úlcera péptica
La úlcera péptica es una llaga que surge en la pared del estómago o en la porción inicial del intestino delgado y puede provocar epigastralgia que, en algunos casos, se extiende a la espalda o al hombro izquierdo.
Además, puede estar asociada con síntomas como dolor abdominal nocturno o después de las comidas, náuseas, vómitos o pérdida de peso.
Lea también: Úlcera péptica: síntomas, causas y cómo curarla tuasaude.com/es/ulcera-pepticaQué hacer: en caso de sospecha de úlcera péptica, es importante consultar a un gastroenterólogo o médico general para confirmar el diagnóstico e iniciar el tratamiento adecuado, que puede incluir antiácidos y, en algunos casos, antibióticos.
6. Pancreatitis aguda
La epigastralgia debida a pancreatitis suele percibirse como una molestia constante y profunda en el abdomen, que puede extenderse a la espalda o afectar toda la parte superior del vientre en algunos casos. Generalmente, otros síntomas también están presentes, como náuseas y pérdida de apetito.
Qué hacer: en caso de sospecha de pancreatitis, se recomienda acudir a urgencias para una evaluación. El tratamiento puede incluir desde el uso de analgésicos, antibióticos y suero por vía intravenosa hasta cirugía en los casos más graves.
7. Infarto
El infarto también puede causar epigastralgia en algunas personas, aunque es más frecuente el dolor en el pecho que se extiende hacia el brazo, el hombro o el cuello del lado izquierdo. Además, suelen presentarse otros síntomas, como náuseas, dificultad para respirar y sudor intenso.
Qué hacer: en caso de sospecha de infarto, se debe acudir a urgencias para una evaluación. El tratamiento inicial puede incluir medicamentos trombolíticos o cirugía para restablecer el flujo sanguíneo al corazón.
Lea también: Infarto: qué es, síntomas, tratamiento y cómo prevenir tuasaude.com/es/infarto-agudo-de-miocardio8. Cáncer de estómago
La presencia de cáncer en el estómago puede causar epigastralgia, además de síntomas como pérdida de apetito, dolor abdominal, sensación de estómago excesivamente lleno al comer, saciedad rápida durante las comidas y pérdida de peso sin causa aparente.
Qué hacer: es importante consultar a un gastroenterólogo o médico general para una evaluación detallada y confirmar el diagnóstico. El tratamiento puede incluir quimioterapia y/o radioterapia y, en algunos casos, cirugía.