Qué es:
La erisipela bullosa es el tipo de erisipela más grave, la cual normalmente es causada por una infección por la bacteria Streptococcus Beta-hemolítico del grupo A, que penetra en la piel a través de heridas o lesiones, produciendo síntomas como heridas rojas y extensas en la piel y ampollas con líquido transparente o amarillento.
Este tipo de erisipela afecta capas más profundas de la piel, pudiendo, en ciertos casos, provocar complicaciones y afectar la capa de tejido graso o incluso los músculos, causando acumulación de pus o necrosis de la piel o afectando la circulación sanguínea, lo que puede provocar una infección generalizada.
El tratamiento de la erisipela bullosa debe ser iniciado lo antes posible para evitar complicaciones, siendo normalmente indicado por el dermatólogo antibióticos para combatir la infección, cremas para aplicar en la piel afectada y mejorar los síntomas, y en los casos más graves, hospitalización para recibir medicamentos por vía intravenosa.
La erisipela bullosa no es contagiosa, por lo cual no se transmite de una persona a otra.
Síntomas de la erisipela bullosa
Los principales síntomas de erisipela bullosa incluyen:
- Heridas extensas en la piel, inflamadas y dolorosas;
- Ampollas en la piel con líquido transparente, amarillento o amarronado;
- Ganglio inflamado en la ingle, cuando la herida afecta las piernas o los pies;
- Dolor, enrojecimiento e hinchazón de la piel afectada;
- Aumento de la temperatura local;
- Oscurecimiento de la región afectada;
- Fiebre, en los casos más graves.
Cuando la infección empeora, especialmente cuando el tratamiento no es realizado de forma correcta, es posible que afecte capas más profundas de la piel, como tejido subcutáneo, pudiendo incluso causar destrucción de los músculos, como ocurre en la fascitis necrosante.
Asimismo, si las lesiones no son tratadas rápidamente, es posible que las bacterias alcancen la circulación sanguínea, provocando infección generalizada, lo que puede poner la vida en riesgo.
Por esta razón, es importante consultar el dermatólogo o el médico general siempre que surjan los síntomas de erisipela bullosa, para que sea inmediatamente iniciado el tratamiento más adecuado. Conozca más sobre las características y cómo identificar la erisipela.
¿La erisipela bullosa es contagiosa?
La erisipela bullosa no es contagiosa, pues surge cuando bacterias que ya viven en la piel y en el ambiente logran penetrar la piel a través de una herida, una picada de insecto o sabañones en los pies, por ejemplo.
Sin embargo, en ciertos casos, cuando la erisipela bullosa no es tratada de forma adecuada y el individuo presenta heridas abiertas, la bacteria puede ser transmitida a otras personas mediante el contacto directo con la herida, con el líquido contenido en las ampollas o con ropa u objetos contaminados.
Cómo confirmar el diagnóstico
El diagnóstico de la erisipela bullosa es realizado por el dermatólogo o médico general, a través de la evaluación de los síntomas, las características de la lesión y los antecedentes de salud.
Asimismo, pueden ser solicitados exámenes como hemograma para evaluar la gravedad de la infección, y exámenes de imagen como tomografía computarizada o resonancia magnética en caso de que haya lesiones que ataquen capas muy profundas, músculos y huesos.
Si el médico sospecha de infección generalizada, puede solicitar un hemocultivo, por ejemplo, con el objetivo de identificar cuál bacteria está causando la infección y, de esta forma, indicar el mejor antibiótico.
Otro análisis que el médico puede solicitar es el examen de cultivo del líquido contenido en las ampollas, para evaluar la presencia de bacterias y cuál es su tipo.
Posibles causas
La erisipela bullosa es causada por una infección por la bacteria Streptococcus beta-hemolítico del grupo A, también conocida como Streptococcus pyogenes, que penetra en la piel por medio de pequeñas heridas o lesiones, como picadas de insectos, arañazos, mordidas o sabañones en los pies, por ejemplo.
Asimismo, en ciertos casos, también puede ocurrir al mismo tiempo una infección secundaria en la piel por bacterias como Staphylococcus aureus, Proteus mirabilis, Pseudomonas aeruginosa o Enterococcus faecalis, por ejemplo.
Algunos factores que pueden aumentar el riesgo de desarrollo de la erisipela bullosa incluyen:
- Antecedentes de erisipela o celulitis infecciosa;
- Escaras;
- Úlcera venosa crónica;
- Obesidad;
- Diabetes no controlada;
- Obstrucción o insuficiencia linfática;
- Infección por el VIH;
- Insuficiencia venosa;
- Fístula arteriovenosa;
- Enfermedades autoinmunes.
La erisipela bullosa es más común en personas con el sistema inmunitario debilitado o con mala circulación, pues en estos casos las bacterias logran proliferar más fácilmente en la piel.
Cómo es realizado el tratamiento
El tratamiento de la erisipela bullosa es realizado con antibióticos recetados por el dermatólogo o médico general, siendo normalmente la primera opción a utilizar la penicilina benzatínica o las cefalosporinas. Las personas alérgicas a las penicilinas deben ser evaluadas individualmente.
Además, durante el tratamiento es importante tener algunas medidas como guardar reposo, aplicar compresas frías en la zona, mantener el cuerpo hidratado y elevar las piernas para reducir la hinchazón.
En el caso de erisipela de repetición, el médico puede indicar el tratamiento con penicilina G benzatínica cada 21 días, como forma de prevención de nuevos cuadros de la enfermedad. Vea más sobre las formas de tratamiento de la erisipela y cuándo es necesaria la hospitalización.
Asimismo, durante el tratamiento de la erisipela se recomienda la realización de curas, llevadas a cabo por un enfermero, con una correcta limpieza de la lesión y la remoción de secreciones y tejidos muertos, además del uso de pomadas que ayuden en el proceso de cicatrización, como hidrocoloide, hidrogel, papaína o colagenasa, dependiendo de las características de la lesión de cada persona. Conozca cómo realizar correctamente la cura de una herida.
Posibles complicaciones
La erisipela bullosa es el tipo de erisipela más grave, el cual puede causar algunas complicaciones como absceso en la piel, infecciones en los huesos o articulaciones, gangrena, infección generalizada o infecciones en válvulas cardíacas.
De esta manera, el tratamiento de la erisipela bullosa debe ser iniciado lo antes posible, bajo la orientación de un dermatólogo o médico general, para así evitar complicaciones que puedan poner la vida en riesgo.