El esmegma es una combinación de grasa, células muertas y líquido en la región genital, que puede acumularse y causar síntomas como secreción espesa, blanca y pegajosa y mal olor.
Esta secreción puede estar provocada por una mala higiene íntima y aparecer en el prepucio en el hombre y en la vulva en la mujer y también afecta a los bebés, especialmente con fimosis, por la dificultad para retraer el prepucio, facilitando la acumulación de esmegma.
El esmegma no es una infección de transmisión sexual y puede tratarse y prevenirse con una higiene íntima adecuada. Sin embargo, si causa dolor o enrojecimiento en la región genital, se debe consultar a un pediatra, ginecólogo o urólogo para obtener la orientación adecuada.
Síntomas de esmegma
Los principales síntomas del esmegma son:
- Secreción espesa, blanca y pegajosa;
- Mal olor;
- Secreción parecida al queso cuajado;
- Irritación o enrojecimiento, en algunos casos.
Los síntomas del esmegma suelen aparecer en el prepucio de los hombres o en la vulva o alrededor del clítoris en las mujeres.
En los casos en que el esmegma se acumula en exceso, puede endurecerse y hacer que el prepucio se pegue al pene o que la capucha del clítoris se pegue a su eje, provocando dolor o malestar.
Además, en los hombres, el esmegma también puede favorecer la aparición de infecciones en el prepucio y provocar balanitis, con síntomas como dolor, enrojecimiento o hinchazón en el pene. Vea cómo identificar los síntomas de la balanitis.
Cómo confirmar el diagnóstico
El diagnóstico de esmegma es clínico, siendo realizado por un pediatra, urólogo o ginecólogo mediante la evaluación de los síntomas, hábitos de higiene y exploración física.
Por lo general, no es necesaria ninguna prueba para confirmar el diagnóstico, sin embargo, en el caso de adultos, si el médico sospecha de infecciones de transmisión sexual (ITS), puede tomar una muestra de la secreción genital para ser analizada en el laboratorio. Consulta las principales ITS.
Principales causas
El esmegma es causado por una mala higiene en la región íntima, lo que favorece la acumulación de líquidos, sebo y células muertas de la piel en el prepucio masculino o en la vulva o clítoris femenino.
Esta secreción es natural en el organismo, pero puede acumularse cuando no se realiza una higiene adecuada. Vea los principales cuidados para la salud del pene.
Tipos de esmegma
El esmegma puede ser clasificado en 3 tipos, que incluyen:
1. Esmegma infantil
El esmegma infantil afecta a bebés o niños, especialmente a los varones, ya que puede resultar más complicado limpiar el prepucio del pene por estar más cerrado o por fimosis.
La fimosis se puede percibir a través de síntomas, como dificultad para retraer manualmente la piel que recubre el glande o incluso dificultad para orinar según el grado de fimosis. Vea cómo identificar la fimosis.
2. Esmegma masculino
El esmegma masculino se presenta en hombres, generalmente no circuncidados, lo que favorece la acumulación de secreciones en el prepucio, que es la piel que recubre la cabeza del pene.
3. Esmegma femenino
El esmegma femenino puede aparecer en los pliegues de la vulva o alrededor del clítoris, que son regiones que producen más sebo y pueden acumularse.
Cuando el esmegma se acumula en el clítoris, puede hacer que el prepucio clitorial, que es el pliegue cutáneo que lo cubre, se adhiera de forma total o parcial, pudiendo ser una situación bastante dolorosa.
Cómo se realiza el tratamiento
El tratamiento del esmegma pasa por una adecuada higiene íntima para evitar la acumulación de sebo, células muertas y líquidos.
Por esto, para realizar una adecuada higiene íntima se recomienda:
1. Higiene masculina
Para realizar correctamente la higiene masculina, en hombres no circuncidados, niños o bebés varones, se debe lavar minuciosamente la zona debajo del prepucio de la cabeza del pene con agua tibia y jabón neutro, al menos dos veces al día, y luego secar bien.
Para personas circuncidadas, lavar con agua y jabón neutro alrededor de la cabeza del pene, especialmente en la región de la cresta, que es la región que separa la cabeza del cuerpo del pene.
Es importante tener cuidado de no frotar demasiado la cabeza del pene o intentar jalar demasiado del prepucio en el caso de hombres no circuncidados, para evitar lastimarlo, lo que puede aumentar el riesgo de infecciones. Vea cómo realizar la higiene genital femenina de forma adecuada.
Mira el vídeo a continuación con el enfermero Manuel Reis sobre cómo lavarse el pene correctamente:
¿Cómo lavar el pene correctamente?
02:36 | 593.734 visualizações2. Higiene feminina
La higiene femenina debe realizarse con agua y el uso de jabón líquido íntimo, preferiblemente recomendado por el ginecólogo, como máximo dos veces al día.
Para ello, debes abrir suavemente los labios vaginales, lavar con agua tibia y aplicar una pequeña cantidad de jabón íntimo, extendiéndolo suavemente sobre la vulva y la región del clítoris. Luego se debe enjuagar bien y secar.
Es importante no frotar muy fuerte para evitar causar irritación, además de no aplicar el jabón en el canal vaginal y retirar completamente el jabón con agua tibia. Vea cómo realizar la higiene genital femenina de forma adecuada.
Cómo prevenir
La mejor forma de prevenir el esmegma es teniendo una adecuada higiene íntima.
Para niños u hombres, el pediatra o urólogo puede recomendar la cirugía de fimosis, con el fin de facilitar la higiene y prevenir la formación de esmegma. Vea cómo se realiza la circuncisión.
Además, tanto para hombres como para mujeres, se recomienda utilizar ropa interior de algodón y no usar pantalones ajustados, para evitar el exceso de producción de sebo y líquidos, y prevenir la aparición de esmegma.
Cuándo acudir al médico
Es importante consultar a un pediatra, urólogo o ginecólogo en las siguientes situaciones:
- Empeoramiento del esmegma, incluso con una higiene íntima adecuada;
- Esmegma endurecido;
- Enrojecimiento o hinchazón de la cabeza del pene, vulva o clítoris;
- Sensación de picazón o ardor en la zona íntima;
- Dificultad para orinar;
- Secreción vaginal o peneana.
En estos casos el médico deberá evaluar los síntomas presentes, identificar su causa y recomendar el tratamiento más adecuado.