Qué es:
La fascitis necrosante, también llamada fascitis necrotizante, es una infección bacteriana grave y rara, en la cual existe inflamación y muerte del tejido que se encuentra debajo de la piel y que envuelve los músculos, nervios y vasos sanguíneos, llamado fascia.
Esta infección ocurre, principalmente, por bacterias del tipo Streptococcus del grupo A, siendo más frecuente debido al Streptococcus pyogenes. Estas bacterias logran diseminarse rápidamente y ocasionan síntomas como fiebre, enrojecimiento e inflamación en la piel, que pueden evolucionar rápidamente y ocasionar la formación de úlceras, así como el oscurecimiento de la región afectada debido a la muerte del tejido.
Por esta razón, al estar en presencia de cualquier señal que indique fascitis necrosante, es importante acudir al hospital lo más pronto posible para que se inicie el tratamiento y evitar que surjan complicaciones.
Principales síntomas
La bacteria puede entrar en el cuerpo por medio de aberturas en la piel, pudiendo ocurrir debido a inyecciones, uso de drogas intravenosas, quemaduras y cortadas. A partir del momento en que la bacteria logra entrar en el cuerpo, se disemina de forma acelerada y ocasiona el surgimiento de síntomas que progresan rápidamente, siendo los principales:
- Enrojecimiento e hinchazón en cierta zona de la piel, la cual aumenta a lo largo del tiempo;
- Dolor intenso en la región enrojecida e hinchada, pudiendo también notarse en otras partes del cuerpo;
- Fiebre;
- Aparición de úlceras y ampollas;
- Oscurecimiento de la región;
- Diarrea;
- Náuseas;
- Presencia de pus en la herida.
La evolución de los síntomas indica que la bacteria esta multiplicándose y provocado necrosis, que es la muerte del tejido; razón por la cual es indispensable buscar ayuda médica si se nota algún signo.
A pesar de que el Streptococcus de grupo A se pueda encontrar de forma natural en el organismo, la fascitis necrosante no ocurre en todas las personas. Esta infección es más común en personas que sufran de diabetes, enfermedades crónicas o malignas, edad superior a los 60 años, obesidad, uso de drogas inmunosupresoras o enfermedades vasculares.
Posibles complicaciones
Las complicaciones de la fascitis necrosante ocurren cuando la infección no se identifica a tiempo. Un diagnóstico tardío podría generar una sepsis y una disfunción multiorgánica, causando fallas en el funcionamiento de los órganos donde la bacteria se ha desarrollado.
Además, debido a la muerte del tejido, también puede haber la necesidad de remover el miembro afectado, con el objetivo de prevenir la diseminación de la bacteria y el surgimiento de otras infecciones.
Cómo se realiza el diagnóstico
El diagnóstico de la fascitis necrosante se realiza a través de la observación de los signos y síntomas presentados por la persona, además de los resultados de los exámenes de laboratorio. Normalmente, se solicitan exámenes de sangre y de imagen para observar la región afectada, además de la biopsia del tejido, lo cual es importante para identificar la presencia de la bacteria en la zona. Vea cómo se realiza la biopsia.
Pese a que el tratamiento con antibióticos se debe iniciar luego de obtener el resultado de los exámenes de laboratorio, en caso de fascitis necrosante, el tratamiento debe iniciarse lo más pronto posible debido a la grave y rápida evolución de la enfermedad.
Tratamiento de la fascitis necrosante
El tratamiento de la fascitis necrosante se debe realizar en el hospital, recomendándose la hospitalización de la persona de forma aislada por algunas semanas para que no exista el riesgo de transmisión de la bacteria a otras personas.
El tratamiento se realiza mediante el uso de antibióticos por vía intravenosa para combatir la infección. Sin embargo, cuando la infección ya está más avanzada y hay signos de necrosis, puede ser indicado por el médico la realización de cirugía para remover el tejido afectado y, de esta forma, combatir la infección.