Fatiga: 8 causas y qué hacer

Fatiga es una sensación de agotamiento y falta de energía que puede ser causada por actividades físicas, estrés excesivo, falta de sueño o problemas de salud como anemia, hipotiroidismo, hipocalemia y, aunque raro, cáncer.

La sensación de fatiga puede ser muscular y/o mental y estar asociada a síntomas como dolor en el cuerpo, pérdida de peso, estreñimiento, dificultad de concentración o razonamiento, debilidad o falta de aire, dependiendo de su causa.

En caso de fatiga, especialmente si es persistente o asociada a otros síntomas, se recomienda consultar a un médico general. El tratamiento debe ser específico para su causa y puede involucrar medidas como dormir y descansar lo suficiente, y el uso de suplementos de vitaminas o medicamentos, por ejemplo.

Principales causas

Las principales causas de fatiga son:

1. Ejercicios físicos

Después de los ejercicios físicos es común el desarrollo de fatiga muscular que, dependiendo de la intensidad de la actividad, puede causar síntomas como dolor en el cuerpo, debilidad y disminución en el rendimiento en otras actividades físicas hasta que los músculos se recuperen.

Qué hacer: la fatiga después de actividades físicas tiende a desaparecer en pocos días cuando se descansa adecuadamente. Además, a medida que la persona mejora su condición física, la fatiga tiende a disminuir con el tiempo.

2. Estrés excesivo

El estrés excesivo puede provocar fatiga mental dependiendo de su intensidad y duración. En este caso, es común que la fatiga se manifieste con síntomas como irritabilidad, dificultad de concentración o memoria y falta de energía. 

Además, cuando la persona constantemente está expuesta a altos niveles de estrés, puede presentar también sensación de debilidad, dolor en el cuerpo, mareos y/o dificultad para dormir, por ejemplo, lo que a veces se llama fatiga adrenal.

Qué hacer: la fatiga debido al estrés excesivo tiende a mejorar a medida que la situación que lo provocó pasa y la persona descansa.

Especialmente si el estrés es frecuente, se recomiendan medidas como dormir lo suficiente y reservar tiempo para actividades físicas y de distracción. Sin embargo, a veces es indicado consultar a un psicólogo, que puede ayudar a desarrollar estrategias para lidiar mejor con el estrés.

3. Dormir poco

Dormir poco puede causar fatiga y otros síntomas como desatención, dificultad de memoria, razonamiento y/o aprendizaje o disminución del rendimiento en tareas que requieren esfuerzo mental.

Además, no dormir lo suficiente también aumenta el riesgo de problemas de salud como hipertensión, diabetes, ACV, infarto y depresión.

Qué hacer: para evitar la fatiga se recomienda practicar la higiene del sueño, que son medidas que contribuyen a tener un sueño saludable como dormir una cantidad de horas suficiente y siempre en los mismos horarios.

Sin embargo, especialmente si hay dificultad para dormir, se recomienda consultar a un médico general para verificar si hay algún problema de salud que esté afectando el sueño.

4. Anemia

La anemia es una de las principales causas de fatiga crónica y, normalmente, también está asociada a otros síntomas como taquicardia, debilidad, palidez de la piel, sensación de falta de aire, dolor en el pecho o taquicardia.

Generalmente, la anemia es provocada por una disminución de la hemoglobina dentro de los glóbulos rojos o reducción del número de estas células en la sangre debido a sangrados o problemas en la producción de glóbulos rojos, por ejemplo.

Qué hacer: en caso de sospecha de anemia, se recomienda consultar a un hematólogo. El tratamiento de la anemia debe ser específico para su causa y puede involucrar la reposición de nutrientes como hierro o vitamina B12, uso de medicamentos como corticosteroides o transfusión de sangre, por ejemplo.

5. Depresión

La fatiga crónica también puede ser causada por la depresión y, en este caso, es común que también estén presentes otros síntomas como tristeza, sueño excesivo y pérdida de apetito o de interés por actividades placenteras, además de la falta de energía y cansancio. Conozca más sobre los síntomas de depresión.

Qué hacer: en caso de sospecha de depresión se recomienda consultar a un psiquiatra. El tratamiento normalmente se realiza con sesiones de psicoterapia y uso de medicamentos antidepresivos, que pueden ayudar a controlar los síntomas y, consecuentemente, mejorar la fatiga.

6. Potasio bajo en sangre

Cuando el potasio está bajo en sangre, una condición conocida como hipocalemia, pueden surgir síntomas como fatiga, debilidad, espasmos musculares, estreñimiento y entumecimiento en partes del cuerpo.

Además, en los casos más graves, bajos niveles de potasio en sangre pueden provocar disminución de la presión arterial, arritmias y parálisis muscular, por ejemplo.

Qué hacer: se recomienda consultar a un médico general en caso de sospecha de bajos niveles de potasio en sangre. En los casos más leves, el tratamiento normalmente se realiza con la reposición de potasio mediante suplementos.

7. Hipotiroidismo

La falta de hormonas tiroideas en el organismo, conocida como hipotiroidismo, puede causar fatiga en algunas personas. Además, es común que existan otros síntomas como aumento de peso, estreñimiento, intolerancia al frío o pérdida de cabello, cuando los niveles de hormonas tiroideas están bajos. Conozca los principales síntomas de hipotiroidismo.

Qué hacer: en caso de sospecha de hipotiroidismo, se recomienda consultar a un endocrinólogo. El tratamiento normalmente se realiza con la reposición de hormonas tiroideas mediante medicamentos.

8. Cáncer

Aunque es raro, el cáncer también puede causar fatiga en algunas personas y, normalmente, también están presentes otros síntomas como pérdida de peso, fiebre, sudores nocturnos o ganglios linfáticos inflamados en el cuerpo.

Además, dependiendo de su ubicación, también pueden surgir síntomas como cambios en el funcionamiento del intestino, sangre en las heces, ronquera o crisis convulsivas, por ejemplo.

Qué hacer: se recomienda consultar a un médico general para una evaluación detallada en caso de sospecha de cáncer. El tratamiento depende del tipo de tumor y de su etapa, pudiendo involucrar quimioterapia, radioterapia o cirugía, por ejemplo.