Qué es:
El feocromocitoma es un tumor benigno que se desarrolla en las glándulas suprarrenales, ubicadas en la parte superior de los riñones. Aunque este tipo de tumor no pone en peligro la vida, puede producir varios problemas de salud, especialmente porque las glándulas suprarrenales producen hormonas que regulan el funcionamiento de casi todos los órganos del cuerpo.
De esta forma, como las hormonas no se producen correctamente debido a la presencia del tumor, es común que surja presión alta que no disminuye, además de otros problemas cardiovasculares.
Por ello, aunque no es un cáncer maligno, en la mayoría de los casos, el feocromocitoma debe extirparse a través de cirugía para evitar lesiones a otros órganos con el tiempo.
Principales síntomas
Los síntomas de este tipo de tumor son más frecuentes entre los 20 y los 50 años de edad, e incluyen los siguientes:
- Presión arterial alta;
- Aumento de la frecuencia cardíaca;
- Sudoración excesiva;
- Dolor de cabeza intenso;
- Temblores;
- Palidez en el rostro;
- Sensación de falta de aire.
Por lo general, estos síntomas de feocromocitoma aparecen en crisis que duran entre 15 a 20 minutos y pueden ocurrir más de una vez al día. Sin embargo, la presión arterial puede mantenerse siempre elevada y es difícil de controlar.
Estas crisis de síntomas son más comunes después de situaciones como hacer ejercicio, estar muy nervioso o ansioso, cambiar la posición del cuerpo, utilizar el baño o ingerir comidas ricas en tirosina, como algunos quesos, aguacate o carne ahumada.
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Cómo se hace el diagnóstico
Para confirmar el diagnóstico de feocromocitoma, el médico puede solicitar ciertas pruebas, como análisis de sangre para medir los niveles de las hormonas producidas por las glándulas suprarrenales, como la adrenalina o la noradrenalina, y exámenes de tomografía computarizada o resonancia magnética, que evalúan la estructura de las glándulas suprarrenales.
Cómo se realiza el tratamiento
La mejor forma de tratamiento para el feocromocitoma es someterse a una cirugía para extirpar la mayor parte del tumor de la glándula suprarrenal afectada. Sin embargo, antes de llevar a cabo la cirugía, el médico puede recetar algunos medicamentos que ayudan a regular la presión y a disminuir el riesgo de complicaciones, tales como los siguientes:
- Bloqueadores alfa, como doxazosina o terazosina, que mejoran la circulación sanguínea y reducen la presión alta;
- Bloqueadores beta, como atenolol o metoprolol, que disminuyen la frecuencia cardíaca y mantienen la presión arterial controlada;
- Otros medicamentos para la presión alta, como captopril o amlodipino, que se utilizan cuando la presión arterial no disminuye solamente con el uso de los bloqueadores alfa o beta.
Estos medicamentos, por lo general, son utilizados por un período de alrededor de 10 días antes de la cirugía. Cuando la presión ya se encuentra controlada, normalmente es posible realizar el procedimiento quirúrgico para extirpar el tumor.
Cirugía del feocromocitoma
La cirugía para feocromocitoma se realiza bajo anestesia general y el médico suele optar por extirpar toda la glándula suprarrenal afectada para reducir el riesgo de que el tumor vuelva a aparecer. Sin embargo, si la otra glándula también se encuentra perjudicada o si ya fue extirpada anteriormente, el médico retira solo la porción afectada de la glándula, manteniendo la parte sana.
Generalmente, la glándula sana es capaz de mantener su función y producir las hormonas necesarias para el organismo. No obstante, cuando esta producción se ve comprometida, el médico puede recetar el reemplazo hormonal, que debe realizarse de por vida.
Tratamiento del feocromocitoma maligno
Aunque es bastante raro, el feocromocitoma también puede ser un tumor maligno, razón por la cual, en estos casos, después de la cirugía puede ser necesario someterse a quimioterapia o radioterapia para eliminar todas las células malignas o metástasis, según el grado de evolución del tumor.
Signos de mejoría
Los primeros signos de mejoría surgen cerca de 1 semana después de iniciar el tratamiento con los medicamentos, e incluyen la disminución de la presión arterial y de la frecuencia cardíaca. Después de la cirugía, todos los síntomas desaparecen por completo; sin embargo, en el caso del tumor maligno, aún pueden mantenerse algunos síntomas o pueden aparecer signos de cáncer con metástasis, como dolor sin causa aparente o pérdida de peso, por ejemplo.
Signos de empeoramiento
Los signos de empeoramiento son más frecuentes mientras no se inicia el tratamiento y pueden incluir aumento de las crisis de temblores, dolor de cabeza intenso y falta de aire, así como un marcado aumento de la presión arterial y de la frecuencia cardíaca.