La fístula arteriovenosa, o malformación arteriovenosa, es una comunicación anormal entre una arteria y una vena que puede generar síntomas como un ruido continuo en el oído, venas visibles en la piel, sensación de pesadez y/o hinchazón en la zona afectada, especialmente en las extremidades.
Este tipo de fístula puede estar presente desde el nacimiento o surgir debido a heridas o complicaciones de procedimientos médicos. Además, existen fístulas creadas de manera intencional por un médico a través de cirugía, con el propósito de facilitar tratamientos como la diálisis o la hemodiálisis.
Ante la sospecha de la presencia de una fístula arteriovenosa, se recomienda consultar a un médico angiólogo para que el mismo realice una evaluación. En muchos casos, no es necesario tratamiento, aunque en situaciones específicas, el médico podría sugerir una intervención quirúrgica para corregirla.

Principales síntomas
Dependiendo de la ubicación, la fístula arteriovenosa puede causar diversos síntomas, como:
- Ruido continuo en el oído, cuando se encuentra en vasos cercanos a la superficie del cerebro;
- enrojecimiento del ojo, en casos de fístula intracraniana;
- venas visibles o hinchazón en algunas partes del cuerpo, especialmente en fístulas arteriovenosas en las extremidades;
- nódulo pulsátil en la piel, si la fístula es superficial;
- dolor de cabeza, debilidad muscular y/o convulsiones, en casos de fístula arteriovenosa cerebral;
- sensación de peso o dolor local en el área de la fístula.
Además, la fístula arteriovenosa se puede desarrollar en órganos internos provocando sangrado que se pueden evidenciar en la orina, heces o vómitos.
Lea también: Orina con sangre: 5 causas y qué hacer tuasaude.com/es/orina-con-sangreEn algunos casos, la fístula arteriovenosa puede estar presente desde el nacimiento y no causar síntomas hasta que el flujo sanguíneo aumente, lo que a veces ocurre con el crecimiento de la persona.
Cómo confirmar el diagnóstico
El diagnóstico de fístula arteriovenosa lo realiza un médico angiólogo mediante la evaluación de los síntomas y los resultados de estudios de imagen, como ultrasonido o angiotomografía, que permiten visualizar la comunicación anormal entre los vasos sanguíneos. Conozca qué es y para qué sirve la angiotomografia.
Posibles causas
Las principales causas de fístulas arteriovenosas son:
- Fístulas arteriovenosas congénitas, se deben a una alteración en el desarrollo de los vasos sanguíneos;
- complicaciones asociadas a procedimientos médicos, como colocación de algunos tipos de accesos venosos;
- heridas graves, debido a fracturas o accidentes por arma de fuego;
- cirugía para realización de fístula arteriovenosa, especialmente en casos de fístula para hemodiálisis.
En la mayoría de los casos, las fístulas arteriovenosas son causadas por heridas, especialmente en áreas donde las venas y arterias están muy próximas. Al cicatrizar la herida, es posible que estos vasos se unan, dando lugar a una fístula.
Fístula arteriovenosa para hemodiálisis
La fístula arteriovenosa para hemodiálisis o diálisis se realiza mediante cirugía en personas con enfermedad renal crónica en fase terminal que requieren sesiones frecuentes de hemodiálisis.
Este procedimiento se indica principalmente cuando se necesita hemodiálisis de forma regular a largo plazo y puede durar entre 3 y 5 años en algunos casos.
Lea también: Hemodiálisis: qué es, cómo funciona y posibles riesgos tuasaude.com/es/hemodialisisAdemás, la fístula arteriovenosa mejora la eficiencia de la hemodiálisis y reduce el riesgo de complicaciones, como infecciones o lesiones en los vasos sanguíneos.
Cómo se realiza el tratamiento
El tratamiento principal para la fístula arteriovenosa es la corrección, que se realiza mediante una cirugía endovascular. Este procedimiento está asociado con una recuperación rápida, genera poco dolor en el posoperatorio y ofrece buenos resultados.
La corrección de la fístula arteriovenosa se indica generalmente en casos de fístulas persistentes tras una herida, alteraciones en la circulación sanguínea o cuando la fístula está presente desde el nacimiento.
Además, el médico puede recomendar la corrección de la fístula arteriovenosa en personas que ya no necesiten la fístula para continuar con el tratamiento de hemodiálisis.
Posibles complicaciones
Las posibles complicaciones tras la creación de una fístula arteriovenosa incluyen:
- Insuficiencia o hipertensión venosa crónica, debido a que la sangre fluye con alta presión desde la arteria hacia la vena;
- insuficiencia cardíaca, especialmente cuando el flujo sanguíneo a través de la fístula es excesivo;
- insuficiencia arterial, puede dificultar que la sangre oxigenada llegue a la extremidad del cuerpo afectada por la fístula;
- sangrado, aunque es poco frecuente, la rotura de la fístula puede causar sangrado significativo;
- trombosis, cuando el lugar de la fístula tiene su flujo interrumpido por coágulos, que pueden desprenderse y provocar isquemia;
- infección de la fístula, especialmente en personas que realizan hemodiálisis, la manipulación frecuente de la fístula aumenta el riesgo de infección;
- pseudoaneurisma o aneurisma, debido a la manipulación o el flujo sanguíneo alterado en el interior de la fístula.
En caso de complicaciones, pueden aparecer síntomas como hinchazón en algunas partes del cuerpo, así como venas visibles y dolorosas en la piel. Ante la aparición de cualquiera de estos síntomas, se recomienda consultar a un angiólogo, cirujano vascular o nefrólogo para evaluar la fístula