La flema blanca generalmente surge debido a infecciones o inflamación respiratoria como bronquitis, sinusitis o enfermedades más complicadas como la enfermedad obstructiva crónica. Sin embargo, también puede estar relacionada a alteraciones en el sistema digestivo, como reflujo o alergia alimentaria, por ejemplo.
Normalmente, la flema blanca es producida y se le adhieren bacterias, hongos o virus expulsados a través de la tos, protegiendo al organismo contra enfermedades. Además, la flema también está compuesta de anticuerpos, que son proteínas que ayudan a la defensa del organismo, combatiendo virus, hongos y bacterias.
Cuando se tiene flema blanca frecuente, acompañada o no de síntomas como fiebre, dolor de cabeza o cansancio, es importante consultar a un médico general para que realice una evaluación de las posibles causas del tratamiento más adecuado.
Principales causas de flema blanca
Las causas más comunes de la flema blanca son:
1. Sinusitis
La flema blanca puede formarse durante la infección de sinusitis, que es una inflamación que se produce en los senos paranasales de la cara, ubicados en la zona de los ojos y mejillas, la cual puede durar entre 4 a 12 semanas. Además de la presencia de tos con flema, otros síntomas que pueden surgir, son fiebre, sensación de presión en los oídos, cansancio, escurrimiento nasal, dolor de cabeza y mal aliento. Conozca más sobre los síntomas de la sinusitis.
Qué hacer: algunas medidas que pueden ayudar a la eliminación de la flema blanca es beber al menos 2 litros de agua al día y evitar el uso de aire acondicionado, ya que puede resecar la nariz y boca, dificultando la eliminación de la flema. Para tratar la sinusitis se recomienda acudir con un médico general, el cual prescribirá el uso de una solución fisiológica para la nariz, además de analgésicos para el dolor, antibióticos y descongestionantes.
2. Bronquitis aguda
En la bronquitis aguda, la flema puede se incolora o blanca y es causada por una inflamación en los bronquios, que son las estructuras responsables de llevar oxígeno a los pulmones. Normalmente esta inflamación dura en promedio 1 mes y tiene como principales síntomas la tos con flema blanca, que suele empeorar por la noche, además de haber cansancio, silbidos al respirar y dolor en el pecho.
Qué hacer: para tratar la bronquitis, es importante realizar una consulta con un médico general, que evaluará los síntomas y podrá prescribir paracetamol para el dolor o un broncodilatador, que se administra a través de un inhalador. Además de los medicamentos, beber bastante agua y bebidas calientes, como tés, ayudando a mejorar la respiración y aliviando los síntomas de la bronquitis aguda. Vea más detalles sobre el tratamiento de la bronquitis aguda.
3. Asma
El asma es una inflamación crónica en los pulmones que puede causar la producción de flema blanca. El asma es una enfermedad genética que inicia en la infancia, y factores como la obesidad o exposición al polvo o perfumes pueden agravar los síntomas, que generalmente incluyen falta de aire, tos, opresión en el pecho y sibilancias al respirar.
Qué hacer: para tratar el asma es esencial recibir la evaluación de un neumólogo para que indique la mejor terapia. Normalmente, las recomendaciones para el tratamiento del asma incluyen el uso de medicamentos, como corticoides e inhaladores, evitar la exposición a la contaminación ambiental, como ácaros, pelo de animales y materiales de limpieza, además de para de fumar, ya que el tabaco empeora la enfermedad. Conozca más sobre otros medicamentos para tratar el asma.
4. Reflujo
El reflujo es una enfermedad en que el ácido del estómago sube hasta el esófago o la boca y puede ser causado por obesidad o edad avanzada. Los principales síntomas de reflujo son quemazón en el pecho y/o garganta, tos con presencia de flema blanca, voz ronca, carraspera, y desgaste de dientes causado por la presencia de ácido gástrico en la boca.
Qué hacer: es importante acudir a consulta con un gastroenterólogo para confirmar el diagnóstico y orientar el tratamiento adecuado, que normalmente se inicia con el uso de medicamentos para disminuir la acidez del estómago, como omeprazol. También se recomienda evitar la ingesta de bebidas alcohólicas, fumar y el uso de ropa ajustada. Además, es importante adoptar una dieta equilibrada, orientada por un nutricionista. Conozca cómo debe ser una dieta para tratar el reflujo.
5. Alergia alimentaria
La alergia alimentaria es una reacción del organismo a algunos alimentos, como cacahuate, leche, huevo, mariscos, trigo o soya. Los síntomas surgen entre 20 minutos y 2 horas después de comer el alimento, y varían entre una comezón y ampollas en la piel, tos con flema blanca, náuseas, vómitos e incluso, reacciones más graves, como anafilaxia, que es la dificultad para respirar, pudiendo poner en riesgo la vida. Conozca más sobre las causas y síntomas de la alergia alimentaria.
Qué hacer: para tratar la alergia alimentaria leve es importante acudir a consulta con un alergólogo o inmunólogo, el cual podrá indicar el uso de nebulizaciones, antihistamínicos o corticoides. En caso de que surjan síntomas más graves, como falta de aire o sensación de garganta hinchada, se debe llamar a una ambulancia o acudir al hospital inmediatamente. La evaluación médica es fundamental para identificar y excluir de la dieta los alimentos que pueden causar las reacciones alérgicas.
6. Enfermedad pulmonar obstructiva crónica
La enfermedad pulmonar obstructiva crónica o EPOC, es una enfermedad que ocurre debido a la exposición prolongada al humo, contaminación u otras sustancias irritantes. La enfermedad causa el cierre de las vías respiratorias, impidiendo gravemente la circulación de aire hacia los pulmones. La dificultad para respirar, tos con producción excesiva de moco, la cual puede ser blanca o tener otros colores, son síntomas comunes de la enfermedad. Conozca mejor qué es, los síntomas y el tratamiento del EPOC.
Qué hacer: es esencial recibir la evaluación de un neumólogo. El tratamiento del EPOC varía de acuerdo al grado de la enfermedad, siendo recomendado parar de fumar, y pudiendo ser indicado el uso de medicamentos como corticoides, oxígeno, fisioterapia pulmonar y actividad física regular. Además, una dieta equilibrada y supervisada por un nutricionista es fundamental durante el tratamiento de la enfermedad.