La fractura de la columna vertebral es un problema grave que puede provocar parálisis permanente de las piernas o del cuerpo, dependiendo de la vértebra afectada.
Generalmente, las fracturas en la columna vertebral están causadas por accidentes de tránsito, caídas desde grandes alturas o accidentes deportivos; no obstante, este tipo de lesión también puede surgir de forma espontánea en pacientes con osteoporosis o tumores óseos debido al debilitamiento de los huesos de la columna.
Principales síntomas
El síntoma principal de una fractura de la columna vertebral de origen traumático es dolor en el área lesionada; sin embargo, también puede presentarse dolor en la cadera, el abdomen o el muslo.
Además, en los casos donde haya compresión de los nervios en el sitio de la fractura, podría surgir entumecimiento, sensación de hormigueo o debilidad muscular, aparte de incontinencia urinaria o fecal o incapacidad para orinar. Por otra parte, en los casos de fractura de la columna por osteoporosis, las personas no suelen presentar síntomas o, si los hay, estos son muy leves.
Por lo tanto, lo más recomendado es acudir al traumatólogo siempre que haya síntomas para que realice las pruebas de diagnóstico, identifique la fractura e indique el tratamiento más adecuado.
Cómo es realizado el tratamiento
El tratamiento siempre requiere ser iniciado en el hospital y ser orientado por un traumatólogo, pues varía según el grado de la lesión, sin embargo, suele incluir los siguientes procedimientos:
- Uso del corset de Jewett, collarín o yeso: usado en casos de fractura de la columna sin lesiones en la médula espinal. Normalmente, este tipo de tratamiento conservador debe mantenerse de 8 a 12 semanas, hasta que las vértebras cicatricen;
- Cirugía: llevada a cabo en caso de fracturas graves y cuando la médula está afectada, siendo utilizado un soporte de metal similar a unos tornillos, que alinea la columna y sostiene el peso del cuerpo.
Durante la recuperación, se debe permanecer en reposo absoluto durante la primera semana e iniciar lentamente las actividades diarias más ligeras, como caminar y sentarse, evitando ejercicios pesados como correr, nadar y levantar pesos, y respetando todas las indicaciones del médico.
Cuando el tratamiento no es realizado de forma adecuada, incluso en lesiones leves, puede ocurrir agravamiento de la fractura y, en estos casos, puede haber riesgo de parálisis, aun si la médula no se vio afectada inicialmente.
Cuándo realizar fisioterapia
Mientras sea necesario permanecer en reposo, el ortopedista puede indicar que se lleven a cabo sesiones de fisioterapia para facilitar la circulación e impedir la atrofia muscular o el surgimiento de escaras. Asimismo, en ciertas ocasiones, el fisioterapeuta puede usar un dispositivo de magnetoterapia llamado magnetrón, el cual estimula la formación de hueso, facilitando la consolidación de la fractura.
El fisioterapeuta puede incluso realizar ejercicios respiratorios para expulsar secreciones que se van acumulando en los pulmones y prevenir infecciones respiratorias.
Cómo acelerar la recuperación
Entre los cuidados que ayudan a evitar complicaciones y acelerar la recuperación de las vértebras se incluyen los siguientes:
- Permanecer en reposo absoluto en la cama en los primeros días, haciendo solo los movimientos permitidos por el traumatólogo;
- Mantener las piernas ligeramente elevadas, utilizando 2 almohadas por debajo de los pies para facilitar la circulación;
- Iniciar lentamente las actividades diarias, bajo la indicación del médico y evitando ejercicios más intensos como correr o nadar, por ejemplo;
- Evitar realizar movimientos bruscos con la columna, como girar el cuello o la espalda.
Asimismo, la hidroterapia, que es un tipo de fisioterapia más leve que se realiza en el agua, puede ser una excelente opción para acelerar el proceso de recuperación, pues permite trabajar y fortalecer los músculos de la columna sin causar dolor.
Durante el período de recuperación, también es importante tener una alimentación equilibrada y rica en calcio y en vitamina D, para no aumentar de peso y para ayudar a fortalecer los huesos, especialmente en el caso de personas mayores con fractura de la columna debido a osteoporosis.
Luego de la recuperación completa de la cirugía, y según las orientaciones médicas, se recomienda la ingesta de alimentos ricos en calcio y la práctica de ejercicios de forma gradual y regular para fortalecer los huesos.
Principales secuelas de la fractura en la columna
Luego de una lesión en esta área, la médula, que es un conjunto de nervios que discurre por dentro de la columna, puede lesionarse y afectar los movimientos de las partes del cuerpo por debajo de este punto. De esta forma, una fractura en la columna en su porción cervical (cuello) puede causar parálisis total del cuerpo, mientras que una fractura en la columna en su porción torácica o en su porción lumbar (espalda baja) puede causar parálisis en las piernas.
Por lo general, las complicaciones de la fractura en la columna surgen inmediatamente después del accidente, durante el traslado al hospital o en las primeras horas posteriores al inicio del tratamiento.
Anatomía de la columna vertebral
Las fracturas en la columna pueden afectar solo el hueso sin provocar lesiones en el interior de la médula. En estos casos, no existen secuelas graves, como parálisis, siendo necesario únicamente permanecer en reposo y realizar el tratamiento, bajo indicaciones del ortopedista, para que el hueso de la columna se recupere.