La fractura de fémur es la ruptura del hueso más largo y fuerte del cuerpo humano, el fémur, ubicado en el muslo. Debido a su resistencia, se necesita una gran cantidad de presión y fuerza para fracturarlo, situación que puede ocurrir durante un accidente de tránsito a alta velocidad o una caída desde gran altura.
La parte del hueso que se rompe con mayor facilidad es normalmente la región central, conocida como el cuerpo del fémur. Sin embargo, en personas mayores con huesos más frágiles, este tipo de fractura también puede ocurrir en la cabeza del fémur, que es la zona que se articula con la cadera.
En la mayoría de los casos, la fractura de fémur requiere tratamiento quirúrgico para reposicionar el hueso y, a menudo, colocar piezas de metal que ayuden a mantener el hueso en su lugar correcto mientras cicatriza.
Tipos de fractura de fémur
Dependiendo de la zona del hueso en que se produzca la fractura, esta puede dividirse en dos tipos principales:
- Fractura de cuello de fémur: se produce en la región que conecta a la cadera y es más común en ancianos debido a la presencia de osteoporosis. Ya que se produce debido al debilitamiento del hueso, esta fractura puede producirse debido a una simple torcedura de la pierna al caminar, por ejemplo;
- Fractura del cuerpo del fémur: se produce en la zona central del hueso y es más frecuente en jóvenes debido a accidentes de tránsito o caídas de gran altura.
Además de esta clasificación, las fracturas pueden clasificarse en estables e inestables, dependiendo de si el hueso mantiene la alineación correcta o si permanece desalineada. Así, como también pueden llamarse transversas u oblicuas, dependiendo si la fractura se produce en una línea horizontal o a lo largo del hueso o si surge en una línea diagonal, por ejemplo.
En el caso de las fracturas del cuerpo del fémur, también es común que se dividan las fracturas en proximal, medial o distal, dependiendo si la fractura se produce más cerca de la cadera, en medio del hueso o en la zona más cercana a la rodilla.
Síntomas de fractura de fémur
Los síntomas que indica una posible fractura de fémur son:
- Dolor severo en el muslo o la cadera que aumenta con el movimiento;
- Dificultad o imposibilidad de mover la pierna afectada;
- Dificultad o incapacidad para pararse o caminar;
- Hinchazón y/o deformidad de la pierna o de la cadera;
- Presencia de hematomas.
Además, es posible que surjan cambios en la sensibilidad de la pierna, pudiendo incluso aparecer sensaciones de hormigueo y quemazón.
Cómo se realiza el diagnóstico
El diagnóstico de una fractura de fémur debe ser realizado por un ortopedista observando los signos y síntomas que presenta la persona, evaluando la región y solicitando la realización de algunas pruebas de imagen, como una radiografía o tomografía computarizada, por ejemplo.
Lea también: Tomografía Computarizada: qué es y para qué sirve tuasaude.com/es/tomografia-computarizadaTratamiento de la fractura de fémur
En casi todos los casos de fractura de fémur es necesario la realización de cirugía hasta en 48 horas, para corregirla y permitir que la cicatrización tenga lugar. Sin embargo, el tipo de cirugía puede variar de acuerdo al tipo de gravedad de la fractura.
1. Fijación externa
En este tipo de cirugía el médico coloca clavos a través de la piel hasta los lugares por arriba y debajo de la fractura, fijando la alineación correcta del hueso, para que la fractura pueda comenzar a cicatrizar correctamente.
En la mayoría de la veces, este es un procedimiento temporal, que se mantiene hasta que a la persona se le pueda realizar la cirugía de reparación más extensa, pero también puede utilizarse com forma de tratamiento en fracturas más sencillas, por ejemplo.
2. Clavo intramedular
Esta es una de las técnicas más utilizadas para tratar fracturas en la zona del cuerpo del fémur e incluye la colocación de un clavo de metal especial en el interior del hueso. El clavo normalmente se retira después que la cicatrización ha concluido, lo que puede tardar hasta 1 año para que suceda.
3. Fijación interna
La fijación interna normalmente se realiza en fracturas más complicadas o con varias secciones en que no es posible utilizar un clavo intramedular. En este método, el cirujano aplica clavos y placas de metal directamente sobre el hueso para mantenerlo estabilizado y alineado, permitiendo la cicatrización.
Estos clavos pueden retirarse cuando la cicatrización ha concluido, pero como es necesario hacer una nueva cirugía, muchas veces permanecen de por vida, especialmente si no causan dolor, ni limitan los movimientos.
4. Artroplastia
Esta es un tipo de cirugía menos utilizada, que normalmente se reserva para situaciones de fracturas cercanas a la cadera que tardan en cicatrizar o que son muy complicadas. En estos casos, el médico puede sugerir una artroplastia, en la cual la articulación de la cadera es completamente removida y sustituida por una prótesis artificial.
Cómo es la recuperación
El tiempo de recuperación puede variar mucho dependiendo del tipo de cirugía que se realice, sin embargo, es común que la persona se quede internada entre 3 días a 1 semana antes de tener el alta e ir a casa.
Además, como muchas fracturas se producen debido a accidentes, también puede ser necesario más tiempo para realizar el tratamiento de otros problemas como hemorragias o heridas, por ejemplo.
La cicatrización de la fractura generalmente tarda entre 3 a 9 meses, siendo en este tiempo recomendado evitar actividades que pongan mucho peso sobre la pierna afectada.
Aunque no se pueda realizar actividad física intensa, es muy importante mantener el movimiento del miembro, no sólo para mejorar la circulación sanguínea, si no también para evitar la pérdida de la masa muscular y del movimiento de la articulación, por lo que el médico normalmente recomienda la realización de fisioterapia.