La frecuencia cardíaca en niños y bebés es normalmente más rápida que en los adultos, sin que se considere un problema. Generalmente, la frecuencia cardíaca de los niños tiende a disminuir durante el sueño o reposo y aumentar en caso de llanto, dolor o si está jugando, por ejemplo.
Sin embargo, alteraciones en la frecuencia cardíaca también pueden ser causadas por enfermedades como asma, anemia o gastroenteritis, pero generalmente se acompañan de síntomas como fiebre, vómitos, diarrea o falta de aire. Además, síntomas como somnolencia, desmayos o dificultad para respirar también pueden estar presentes e indicar enfermedades más graves, como arritmias o meningitis.
Es importante consultar a un pediatra en caso de que las alteraciones en la frecuencia cardíacas produzcan otros síntomas. Además, se recomienda acudir al servicio de urgencias en caso de que haya alguna alteración en los latidos, junto con la somnolencia o falta de aire.
Tabla de frecuencia cardíaca en niños
La siguiente tabla indica las variaciones normales de la frecuencia cardíaca desde recién nacido hasta los 18 años de edad:
Para evaluar la frecuencia cardíaca correctamente es importante que el bebé o el niño esté en reposo durante al menos 5 minutos y después utilizar un medidor de frecuencia cardíaca en la muñeca o en el dedo, por ejemplo. Conozca más detalles sobre cómo medir los latidos cardíacos.
Alteraciones en la frecuencia cardíaca en niños
La frecuencia cardíaca en niños puede aumentar o disminuir en diferentes situaciones, como durante el sueño en caso de fiebre.
Aumento de los latidos cardíacos
Se considera frecuencia cardíaca elevada (taquicardia) cuando los latidos están por encima del límite normal para la edad del niño. Por ello, las situaciones más comunes que causan su aumento son fiebre y llanto, pero existen situaciones más graves, como falta de oxígeno, deshidratación, en caso de dolor, anemia y arritmias. Vea más causas que aumentan la frecuencia cardíaca.
Disminución de los latidos cardíacos
Los latidos cardíacos se consideran disminuidos (bradicardia) cuando la frecuencia cardíaca está debajo del límite normal para la edad del niño. Generalmente, la disminución ocurre en situaciones como dormir o en reposo, sin embargo, también puede causada por arritmias, hipotiroidismo, falta de aire grave o elevación de la presión intracraneana. Vea más causas de disminución de los latidos cardíacos.
Qué hacer cuando se altera la frecuencia cardíaca
Algunas medidas pueden ayudar a normalizar la frecuencia cardíaca de niños, como:
- Tratar la fiebre con baños y antitérmicos, de acuerdo a la orientación del médico;
- Evitar la deshidratación por medio de la ingesta de líquidos;
- Utilizar el suero casero o de rehidratación oral en caso de vómitos o diarrea;
- Tratar la crisis de asma con broncodilatadores, de acuerdo ala indicación del médico.
Sin embargo, cuando las alteraciones de la frecuencia cardíaca se acompañan de síntomas es importante consultar a un pediatra lo antes posible para que se identifique la causa y pueda iniciarse el tratamiento más apropiado.
Además, en caso de que haya síntomas como desmayos, palidez, cansancio, disminución de la orina o alteraciones en la piel, como apariencia azulada o parecida al mármol, es importante acudir al servicio de urgencias para una evaluación.
Signos de alerta para acudir al pediatra
Es importante consultar a un pediatra en caso de:
- Fiebre;
- Dolor;
- Diarrea;
- Vómitos;
- Silbidos en el pecho;
- Tos.
Sin embargo, en caso de que haya síntomas como palidez, somnolencia, desmayo, dificultad para respirar, cansancio, poca orina o alteraciones en la piel, como apariencia azulada o semejante al mármol, es importante acudir al servicio de urgencias para una evaluación. Además, en caso de que el niño presente frecuencia cardíaca elevada, incluso en reposo o llanto inconsolable, también se recomienda una evaluación en la sala de urgencias.