Actualmente, no existen estudios científicos que demuestren que haya frutas malas para el hígado graso. Sin embargo, algunos estudios sugieren que el consumo excesivo de frutas podría favorecer el desarrollo de este problema.
El consumo regular de frutas y vegetales contribuye a reducir la severidad de la inflamación hepática asociada con el hígado graso, ya que estos alimentos son ricos en polifenoles y flavonoides, compuestos activos con propiedades antiinflamatorias.
Debido a que los estudios en este ámbito son inconsistentes, lo más recomendable es seguir la pauta general de consumir frutas y vegetales a diario, entre 3 y 5 porciones al día, debiendo tener especial cuidado con las frutas deshidratadas, por ser más ricas en fructosa. Vea cómo debe ser la dieta para el hígado graso.
En caso de dudas, es aconsejable consultar a un nutricionista para una evaluación y asesoramiento más personalizado.